Jalisco
Las caras de Guadalajara
Guadalajara es mucho mejor de lo que anuncian sus accesos carreteros; lo que pasa es que tales vialidades se ven sujetas a fuertes presiones
Los diferentes accesos tienen cada uno sus características. Es interesante concentrarnos en uno que posee, a la fecha, una oportunidad muy valiosa de convertirse en un ejemplo metropolitano. Es el que viene de Los Altos y de la ciudad de México por sendas carreteras de cuota que se juntan antes de cruzar la barranca del Río Grande de Santiago. De allí a donde propiamente comienza la mancha urbana hay aproximadamente ocho kilómetros. Este tramo estuvo relativamente protegido en términos visuales y de uso hasta que, hace no mucho, la caseta de cobro tuvo que ser desplazada hasta su actual ubicación, pasando el río. La dinámica urbana había rebasado el límite que la citada caseta representaba.
Rápidamente empezaron a proliferar nuevos fraccionamientos a lo largo del tramo mencionado. También anuncios de los llamados “espectaculares”. Sin embargo, se está a tiempo. A tiempo de establecer un corredor especial de cuidado a la imagen urbana y paisajística. Este punto tiene particular relevancia. La topografía y las vistas de la zona tienen una gran valía y consolidarlas significaría una permanente lección para los centenares de miles de usuarios que recorren el área. La alternativa, como puede verse en otras entradas carreteras como la de Chapala o la de Colima, es desastrosa.
El acceso Oriente, desde Los Altos y México, se continúa a través de la mancha urbana rumbo al Centro metropolitano por la Avenida Revolución. Es factible renovar también este corredor y conferirle la necesaria dignidad. La otra opción es avanzar por la Avenida Lázaro Cárdenas. Esta última vialidad tiene la fortuna de poseer una en general agradable imagen urbana (salvo el tramo entre la carretera libre a Zapotlanejo y el Álamo que habría que renovar radicalmente). Lázaro Cárdenas puede consolidarse como un bastión del respeto por la ciudad y el arbolado citadino.
Lo que aquí se propone es factible. Y altamente deseable. Sería una acción que solamente el Consejo Metropolitano podría impulsar y realizar en colaboración permanente con los municipios involucrados. Para la Secretaría de Turismo, por ejemplo, debiera ser de especial interés. También para los grupos que buscan impulsar modos alternos de transporte, y para todos los interesados en el patrimonio. El principio de este tipo de acciones es lograr su tematización dentro de la agenda urbana de la ciudad. La dignidad y aún la belleza de la entrada —de la cara— de cualquier casa son esenciales para sus moradores. Más importante aún es la entrada a la casa de todos: la ciudad.
jpalomar@informador.com.mx
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