Jalisco
La suerte de los Flores y el novato
Un menor de 13 años atropella a una familia; hay cuatro lesionados
Claudia Patricia Murillo Segundo, una joven de 26 años, cuidaba a su hijo de año y medio, Santiago Josafat, en una carriola delante de ella en la entrada de la cochera; su esposo, Luis Miguel Flores Gómez, de 32 años, se hallaba junto al puesto con su padre, Juventino Flores Flores, de 69 años. Un sobrino de la pareja, Christian, de 14 años, también se encontraba con ellos, la noche del martes.
Claudia miraba hacia el sur sobre 3 de Junio en la esquina con Aurelia Guevara, en Guadalajara, cuando escuchó el grito de su esposo: “¡Aguas!”, pero no alcanzó a reaccionar: una camioneta Honda CRV 2009 blanca, placas JHA-7098, dio vuelta en sentido contrario por la calle donde se hallaba la familia y se fue directo contra ellos.
El vehículo sin control chocó primero contra el árbol afuera del domicilio, después contra el cancel y finalmente atropelló a los presentes. Claudia quedó atrapada entre el auto y el cancel, su bebé estaba tirado boca abajo debajo de la camioneta, entre los tubos deformes del automóvil y aún sujetado a ella; Juventino, Luis Miguel y Christian habían sido golpeados y lanzados hacia la cochera.
“¡Vámonos!”, gritó el pasajero de la camioneta, Sergio Eduardo, de 14 años, al conductor que trataba de enseñar a conducir: Alejandro, de 13. El muchacho metió reversa y liberó a Claudia. Una rápida reacción de Luis Miguel impidió que se fugaran al quitarle las llaves al incipiente conductor. Su sorpresa antes de meterle un puñetazo a los tripulantes fue ver que eran menores de edad, además vecinos suyos.
La primera reacción de la mujer fue gritar: “¡Mi bebé, me mataste a mi bebé!”. Comenzó a buscarlo y lo vio debajo de la camioneta, justo entre las ruedas y atrapado entre los tubos de la carriola. No se movía y estaba “morado” sin decir lamento alguno, aseguró Claudia.
Con los menores retenidos llamaron a las autoridades además de que llegaron el padre del conductor y la madre del pasajero, la dueña de la camioneta. Paramédicos cargaron con los lesionados con la incertidumbre de su estado. Las autoridades retuvieron a los menores infractores.
Ayer por la mañana se despejaron las dudas sobre las lesiones: un esguince cervical de segundo grado para Claudia; el pequeño Santiago tiene fracturada una clavícula; a Luis Miguel le quebraron dos dedos del pie derecho; a Christian también le resultó un esguince mientras que a Juventino le diagnosticaron golpes en la columna.
Pese a todo, la familia reconoce que los padres de los menores han asumido al momento la responsabilidad de las lesiones; sin embargo, deberán aún estimar a cuánto ascienden pues, en el caso de Luis Miguel, él quedó incapacitado por un mes, por lo que no podrá laborar en la herrería. Esperan que su caso, del que ambas partes corrieron con suerte, se resuelva con justicia.
Mejor, escuela de manejo
Hay una gran diferencia entre saber conducir y enseñar a conducir, por lo que la ciudadanía debe evitar enseñar por sí misma a las personas, recomendó Ana Laura Chávez, titular de Cultura Vial de la Secretaría de Movilidad.
José Aguirre, instructor de la escuela de manejo Del Sol, precisó que los instructores deben estar capacitados y tener experiencia en enseñar; caso contrario, un taxista o chofer sabe manejar, pero no transmitir esos conocimientos al aprendiz.
Las condiciones además son más seguras; por ejemplo, los vehículos están rotulados para que sean identificados por automovilistas y sepan que la persona del automóvil aprende. En el caso de ese instituto, los vehículos son autos-escuela. Cuentan con volante, clutch y freno del lado del copiloto; así, el instructor puede tomar el control si el alumno se equivoca.
Los costos en estas escuelas rondan los dos mil pesos por dos semanas de capacitación.
Los padres deben resarcir daños
Los daños a terceros que provocan los menores de edad, en específico, cuando éstos conducen vehículos sin contar con permiso para manejar o la edad mínima requerida, deben ser resarcidos por los padres o tutores, indicó el maestro investigador de la Academia de Derecho Penal del Centro Universitario Valles (CUValles) Emiliano Sandoval Delgado: “Los padres son los responsables, tienen la corresponsabilidad, pues son menores de edad y no son sujetos de derecho penal”.
Incluso, para obtener un permiso para conducir es requisito que los padres o tutores asuman los costos en caso de que el adolescente participe en un percance: “Cualquier acción que se derive de un accidente, el corresponsable para el pago de los daños es el padre y los obligan a que el vehículo esté asegurado”. En este caso el seguro no se hará cargo de los daños dado que el menor que conducía carecía de permiso. Más cuando la edad del causante ni siquiera le permite conducir, pues sólo pueden hacerlo los mayores de 16 años, y en el accidente de la noche de este martes el joven tenía 13.
En fatalidades, el juez tiene la última palabra
Ana Laura Chávez, titular de Cultura Vial de la Secretaría de Movilidad, aclaró que en el supuesto de que alguna persona falleciera en un accidente provocado por un menor, un juez debe determinar qué hacer con el causante: “Se le va a imputar como homicidio imprudencial pero será el Consejo de Menores el que determine si fue una conducta delictiva, qué tipo de sanción tiene y en este tipo siempre va solidario con el padre”.
Ley de Movilidad
Artículo 63
Según el artículo 63 de la Ley de Movilidad de Jalisco, el menor de 18 años, pero mayor de 16, podrá obtener un permiso para el manejo de automóviles o motocicletas, previo el cumplimiento de los requisitos que se exigen a los conductores de esos tipos de vehículos. Deberá además, satisfacer los siguientes requerimientos:
I. Que el padre o tutor asuma expresamente responsabilidad solidaria y mancomunada por las infracciones que se cometan a esta ley y a su Reglamento, y además:
II. Garantizar, mediante la exhibición de la constancia o póliza de seguro expedida a favor del propietario o menor, el pago de daños y perjuicios ocasionados a terceros durante la vigencia de la licencia.
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