Jalisco

La red de la calidad del aire vive del mantenimiento

Hay instrumentos para medir la contaminación, pero en el Estado falta mejorar la situación de los equipos

GUADALAJARA, JALISCO (12/JUN/2012).- La zona de alta fragilidad ambiental del Sur metropolitano no sólo comprende a la Colonia Miravalle, sino por lo menos a otras 10 de Guadalajara y Tlaquepaque. Por eso, cuando los vecinos de Las Juntas se manifestaron a las afueras de las cementeras en 2008, les correspondía decir: “Yo también soy afectado”. Eso piensa Patricia Hernández, una vecina de El Vergel, quien dice que cada año durante el verano, cuando el calor arrecia, sienten “como si vivir aquí fuera un castigo”.

Este jueves 7 de junio, la red de monitoreo ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente (Semades) estableció que la comunidad de Las Juntitas, localizada en El Salto y también en la zona de alta fragilidad, tuvo 111 imecas a las 15:00 horas. Es decir, se pudo activar precontingencia pero no lo hicieron.

De acuerdo con el Cuarto almanaque de datos y tendencias de la calidad del aire, Guadalajara sigue siendo la segunda ciudad más contaminada por ozono en el país. La exposición promedio anual a este contaminante aumentó 27% en nueve años. Y ese mismo estudio lanza la alerta: establece que la Red de Monitoreo Ambiental es un instrumento que data de 1993 y que su vida útil es de 15 años. Es decir, debió ser renovada en 2008.

Patricia no lo sabe porque la información sobre la calidad del aire se publica en internet, y ella es parte del 65% de los mexicanos que carece de acceso a la red.

El mayor problema que denuncia el documento avalado por el Gobierno federal son las fallas detectadas en las auditorías a la Red: primero, que son poco frecuentes; luego, que dan un porcentaje menor de aprobación a los equipos de medición, que denuncian falta de mantenimiento de los equipos de calibración y que evidencian bajo porcentaje de datos válidos.

Sin embargo, el director de la Red de Monitoreo de la Semades, David Parra Romero, minimiza lo que dice el documento, “pues ya se han estado tomando medidas para mejorar los indicadores”. Dijo que las auditorías más recientes, de 2010 y 2011, arrojan mejores resultados, “pero no te las puedo pasar”, por la veda electoral.

Diez millones de pesos invertidos

El 25 de marzo, Rosendo Ramírez esperaba en la plaza principal de Tala a que el doctor de las farmacias similares abriera el negocio. Se le veía asustado, marchito, con los ojos desencajados, sentía que se ahogaba. Se tocó el pecho y dijo: “Tengo crecido el corazón, no puedo estar donde hay muchas personas… y este ambiente me está matando. Cuando se siente el olor a fogata y a quemazón, me friega mucho. Se me sube la presión a 200 y me tumba, me desmayo”.

El boletín de prensa 18-2012 de la Secretaría de Medio Ambiente (Semades) advierte que la Unidad Móvil de Monitoreo Atmosférico fue a Tala el 24 de marzo, cuando el incendio en el Bosque La Primavera había arrastrado el humo al municipio azucarero. Sin embargo no se publicaron las mediciones y desde entonces, con la excusa de la veda electoral, no se dice dónde ni qué registra dicha unidad móvil.

El director de la Red de Monitoreo Ambiental de la Semades, luego de conocer los resultados de las auditorías hechas a las estaciones de monitoreo de parte del Instituto Nacional de Ecología, se defendió diciendo que se invirtieron casi 10 millones de pesos para comprar dos estaciones más: una que fue instalada en la comunidad de Las Pintitas, en El Salto, y otra más fue la mencionada Unidad Móvil.

Sin embargo, el Cuarto almanaque de datos y tendencias de la calidad del aire en 20 ciudades mexicanas (2000-2009), publicado el año pasado, aclara que hay contaminantes que por norma debieron medirse desde 2007, específicamente la categoría PM2.5 (partículas menores a las 2.5 micras) mientras que los equipos de medición en Jalisco no empezaron a funcionar hasta julio de 2011. Casi cuatro años sin medir de acuerdo a la norma.

Es por eso que la investigadora Alejandra Guerrero de León, del Instituto del Derecho Ambiental, advierte sobre la gravedad de que no se reporten los datos precisos: “No tenemos indicadores de PM 2.5 y los demás están sesgados, no es confiable el instrumento para medir”, lo que implica que haya resultados por debajo de la norma internacional.

Para la académica, es preocupante que las autoridades “no hagan estudios epidemiológicos donde se vinculen los riesgos por la calidad del aire. Y no se hacen porque son caros, y no quieren invertir en ellos”.

Alejandra Guerrero realizó un comparativo con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las normas mexicanas que demuestra que la mayoría de las normas ambientales nacionales no ha sido actualizada desde 1993. Tan sólo en el nivel del ozono, el que más ha crecido en los últimos años, la OMS recomienda no permitir cantidades mayores a 100 microgramos por metro cúbico. La norma mexicana permite hasta 160.

El equipo “sigue funcionando”

El director de la Red de Monitoreo Ambiental en la Secretaría de Medio Ambiente (Semades), David Parra Romero, afirma que las recientes auditorías muestran que ese instrumento estatal ha mejorado, pero se excusa de mostrar los datos con el argumento de que se lo impide la veda electoral.

Sí admite que la vida útil de estos aparatos es de 15 años, que se cumplió en 2008 y que hoy ese sistema estatal ha llegado “a una edad avanzada”, pero afirma que remedia “con mantenimiento”; y de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, dice que las acatan porque “no las cumple ningún país”.

—El Cuarto almanaque de la calidad del aire dice que la red de monitoreo requiere atención porque no cumple con lo establecido. ¿Qué es lo que necesita para que funcione adecuadamente?

—El Almanaque se elaboró con datos de 2009 y 2010. Y ahí salieron estos temas a relucir. Lo que te puedo decir es que ya hemos atendido las recomendaciones de las últimas auditorías de 2010 y 2011. De 2007 para atrás, no se llevaban auditorías en la red de monitoreo y las condiciones eran… no tan de buena calidad. Hemos cambiado el curso: aún no tenemos la calificación perfecta pero ya vamos en el camino correcto.

“Hay que hacer hincapié en que estamos operando con equipos que se consideran de edad avanzada. La Red y su sistema siguen funcionando a pesar de que hay equipo que… pues ya tiene una vida útil”.

—¿Cuál es la vida útil de una estación de monitoreo?

—Depende del mantenimiento, pero en promedio las redes de monitoreo tienen 15 años. Nosotros ya estamos sobre esas fechas, por eso es que ya hemos hecho las solicitudes para renovar el equipo. Gracias a esto se han invertido 10 millones de pesos en equipo en la Red.

—¿Cuánto cuesta una estación? ¿Cuáles se han visto beneficiadas?

—Estamos hablando de tres millones de pesos. Con esos más de 10 millones de pesos se adquirió la unidad móvil y la estación que está funcionando en Las Pintitas. También logramos cambiar 100% de los sensores meteorológicos. (...) Las estaciones, como tales, están en buen estado, sobre todo la carcasa. Lo que hay que actualizar son los analizadores de gases: de ozono, de PM10 y completar los analizadores de PM2.5.

—¿Han tenido auditorías después de 2009?

—Sí, las vamos a publicar, al igual que la nueva página de internet, una vez que termine el proceso electoral.

SALUD NO VINCULA LOS DATOS

Una tarde de mayo, Magdalena Curiel manejaba por el viaducto de la Avenida López Mateos, de Tlajomulco a Zapopan. Le gustaba la medida del Gobierno del Estado de eliminar los semáforos en los días con menor afluencia vehicular; decía que le daba miedo quedarse atorada en el tráfico de entre semana, sobre todo en los túneles: “Son la parte más contaminada de las ciudades”.

En la primera semana de junio, del otro lado del teléfono la doctora Gabriela Méndez, de la Unidad de Epidemiología de la Secretaría de Salud (SSJ), advirtió en entrevista con este medio que carece de datos precisos sobre los daños que sufre una persona que constantemente respira aire contaminado: “Es que nosotros no las vinculamos”.

De acuerdo con un estudio hecho por la Semades, Guadalajara es la ciudad en México con mayor número de días fuera de la norma en óxidos de nitrógeno y la segunda por cantidad de ozono; ambos son contaminantes que generan los automóviles.

Pero la ciudad compensa débilmente estos datos. Hay más autos que árboles y, mientras que hay 222 nacimientos diarios, 385 vehículos se integran cada día al tráfico. Se calcula que cada habitante de la Zona Metropolitana de Guadalajara respira 327 gramos por día de contaminantes emitidos por el parque vehicular, afirma el documento Taller de fortalecimiento del programa de verificación vehicular.

Las cifras más recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía indican que la contaminación atmosférica representó los mayores costos ambientales en 2009, al ubicarse en 520 mil 300 millones de pesos, 4.4% del Producto Interno Bruto.

El informe ejecutivo del Cuarto almanaque de datos y tendencias de la calidad del aire en 20 ciudades mexicanas (2000-2009) dice que en nuestro país se estima murieron 38 mil personas entre 2001 y 2005 por cáncer de pulmón, enfermedades cardiopulmonares e infecciones respiratorias relacionadas con la exposición a la contaminación atmosférica.

Por eso, uno entiende que a Magdalena le preocupe quedarse atorada en el tráfico de López Mateos.

PENDIENTES
También debería crecer


Las estaciones de la Red de Monitoreo Ambiental no han sido cambiadas de ubicación desde que fueron instaladas en 1993. El director del sistema afirma que hacen falta, al menos, dos: una en la cabecera municipal de Tlajomulco y otra en la zona de El Bajío, Zapopan.
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