Jalisco

La mitad de los matrimonios en Jalisco se dan en la ZMG

En el país, seis de cada 10 personas de 15 años y más están casadas o en unión libre; tres se encuentran solteras y una es divorciada o viuda

GUADALAJARA, JALISCO (13/FEB/2011).- Según las estadísticas vitales del año 2008 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en Jalisco se registraron 39 mil 932 matrimonios; los municipios que reflejan mayor porcentaje de casamientos son Guadalajara (21.5%), Zapopan (13.3%), Tlaquepaque (9.7%) y Tonalá (5.4%), es decir, la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) acapara la mitad de las uniones en la Entidad. En el otro extremo se encuentran los municipios de Santa María del Oro y Chimaltitán, con 0.02% cada uno.

De acuerdo con información obtenida por los registros administrativos, los meses más comunes que elige la población jalisciense para desposarse son diciembre y abril.

La información de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (Enadid) 2009 muestra que en el país, seis de cada 10 personas de 15 años y más están casadas o en unión libre; tres se encuentran solteras y una es separada, divorciada o viuda.

Mientras que las mujeres tienden a permanecer sin pareja una vez que se disolvió su vínculo conyugal, los hombres en general vuelven a unirse, lo cual se refleja en la menor proporción de hombres separados, divorciados o viudos.

Para Verónica Cristina Reyes, académica del área de Psicología de la Universidad de Guadalajara (UdeG), la sociedad actual está entrando a una etapa carente de compromiso y de valores, con una generación de jóvenes que ven a las relaciones de pareja como algo desechable y temporal.
“El divorcio es una problemática que se ha vuelto muy recurrente, es como si viviéramos en un mundo de lo desechable, todo lo adquirimos y si no nos funciona en poco tiempo lo desechamos, incluso las relaciones de pareja”.

Refiere que un factor importante para la pérdida de valores y responsabilidades es el acelerado y libertino estilo de vida que han adoptado los jóvenes, propiciando embarazos precoces y por ende, matrimonios no planeados que derivan en separación.

En lo emocional, señala que para las mujeres el proceso de separación es muy difícil de superar, dado que ellas crean un lazo muy fuerte de dependencia y externan sus sentimientos con mayor facilidad; sin embargo, los hombres culturalmente reprimen sus emociones y reflejan indiferencia ante la situación, mostrando ante todo orgullo.

Según datos del Inegi, a nivel nacional las entidades con mayor porcentaje de matrimonios que terminan después de una larga duración, es decir, de 21 años o más, son: Morelos, San Luis Potosí y México. En el extremo opuesto se encuentran Quintana Roo y Sonora; Jalisco está en la posición número 25 por debajo de la media nacional, que es de 20.4 por ciento.

CRÓNICAS

Historias de amor

Bodas de oro

Son las 12:00 del día, es sábado y el Sol brilla con toda su fuerza. La copa de un árbol le regala su sombra a una pareja que tras sus canas, comparte un lustro de recuerdos y experiencias. Hilaria y Manuel se conocieron cuando tenían 13 y 15 años, y las miradas jugaron un papel muy importante en esta historia: cada mañana, Hilaria pasaba por el trabajo de Manuel y con sólo intercambiar unas cuantas miradas, se decían que se gustaban.

“Me pidió que me fuera con él, yo no aceptaba y entonces me robó. Después nos casamos y aquí seguimos, cumplimos 50 años el 29 de abril”.

La pobreza no fue impedimento para que unieran sus vidas: Manuel se robó a Hilaria de su casa cuando ella tenía apenas 16 años, y aún en contra de sus padres, lograron casarse un tiempo después. Su amor generó una familia muy numerosa, con 12 hijos, 42 nietos y cuatro bisnietos. Ellos continúan juntos después de 50 años.

Para esta pareja, que ha demostrado ser sólida y a prueba de todo, incluso de la dolorosa pérdida de su hijo menor, el amor no es cuestión de palabras dulces ni del intercambio de besos a cada momento; sino de compromiso, respeto, apoyo y unión.

Romance con cuatro sentidos

Se dicen muchas cosas del amor, entre ellas, que no siempre entra por la vista. Para quien carece de este sentido, las caricias, las palabras, los aromas y los besos son un factor indispensable para vivir un romance.

Dolores y Eder son invidentes, caminan de la mano por las calles del Centro de Guadalajara, cuidándose el uno al otro. Se conocieron gracias a una amiga y para su sorpresa, descubrieron que realmente era un reencuentro con su niñez, reconocerse con las manos y sentir cómo habían cambiado en sus facciones y manera de pensar los llevó a enamorarse repentinamente.

“Él me llamó un día para invitarme a salir y su voz me gustó mucho. Yo lo recordaba muy diferente y reconocerlo después de tantos años fue emocionante. Cuando nos tratamos fue un flechazo inmediato”, asegura Dolores con sonrisa nerviosa.

Eder, en cambio, señala que al principio todo su cuerpo lo traicionaba al sentir cerca a Dolores; sus manos sudaban, su voz temblaba y el corazón le daba tumbos en el pecho.
Contentos y seguros de lo que sienten, pretenden unirse en matrimonio el próximo año.

Los adolescentes

Cantando, gritando y bailando en un concierto al aire libre, con una Plaza Independencia abarrotada, se encuentran Teresa y Celso, y en la plenitud de los 15 años viven un romance intenso de tan sólo dos meses.

Se conocieron cuando esperaban un camión y después se encontraron en la preparatoria en la que estudian. A diferencia de las anteriores historias, para ellos el matrimonio no es un tema, pues el “ahora” es lo único que importa, y el amor, desde su perspectiva, es una cuestión de cariño, apoyo y cuidado del uno a otro.

“Fue raro, nos conocimos cerca de aquí (Centro) en una parada de camión; después descubrí que ella iba en mi escuela. Empezamos a hablar, teníamos amigos en común y comenzamos a salir”.
Celso asegura que ya tiene todo planeado para este 14 de febrero, pero prefirió no contarlo y darle una sorpresa a Dolores: “Habrá regalos, eso es seguro, pero todo es secreto”.





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