Jalisco

La luz en el túnel

¿Qué fue la luz al fondo del túnel para haber tomado la decisión de suspender las marchas?

¿Qué fue la luz al fondo del túnel que vio el rector de la Universidad de Guadalajara, Marco Antonio Cortés, para haber tomado la decisión de suspender las marchas? Respuesta de opción múltiple:
a) Un brillante cheque en el que relucían montones de ceros bien cargados.
b) El faro de un tren con un letrero que decía sociedad civil y que venía hecho la raya de frente o,
c) Una Feria Internacional del Libro, que ellos organizan y que no quieren contaminar con este conflicto.

Ojalá la respuesta fuera la a), un cheque para la Universidad que significara el fin de los continuos pleitos políticos por el presupuesto, pero todo parece indicar que esa no fue la luz que vio el rector al final del túnel. El Gobierno del Estado no ha cedido un milímetro en este tema y se mantiene en la posición de que la UdeG necesita más dinero, pero que éste ha de ser federal. El secretario de Educación, Alonso Lujambio, no sabía en lo que se metía cuando se ofreció de mediador. Si el dinero no lo mete él o no lo consigue, habrá fracasado, porque en ese tema el Gobierno del Estado tiene el freno de mano bien puesto.

La opción b) no es descartable. La reacción de la sociedad tapatía frente a los bloqueos fue más que evidente, como lo fue también la prudencia de la Universidad. Nunca en las redes sociales tapatías, en el etéreo ciberespacio, se había visto una reacción tan claramente en contra, como la mañana del miércoles. No solo no apoyaron la protesta, sino que se llenó la web de insultos a Raúl Padilla. La protesta en la red vial se convirtió en una protesta en la red de internet. La prudencia de la UdeG, que no hay que desestimar, estribó en que casi en ningún crucero el bloque duró los cinco minutos planeados y causó muchos menos problemas viales que los esperados.

Pero la opción c) es, desde mi punto de vista, la correcta. Los universitarios nunca pensaron que el conflicto de extendería tanto. El gobernador resultó más terco, o más aguantador, o más testarudo de los que ellos pensaban, pero lo cierto es que a seis semanas de que termine el año no le han sacado un peso más de lo que se acordó en la mesa de marzo-abril. La FIL no es sólo el evento más importante que organiza la Universidad, sino que requiere toda la atención de ésta; la estresa al máximo.

Es la niña consentida y requiere que todos los recursos se concentren en ella: choferes, estudiantes, directivos, personal administrativo. Comenzando noviembre, el ritmo de la UdeG lo marca la FIL.

La Universidad tenía que encontrar un buena excusa para hacer una tregua en la guerra con el Gobierno del Estado para que sus intereses no chocaran. La excusa fue una intervención de la Secretaría de Gobernación, pero como siempre en la vida hay muchas razones y la de neta. La luz que encandiló al rector son las divas de la FIL. Qué bueno y ojalá que al Gobierno del Estado no se le ocurra contaminar la FIL.
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