Jalisco
La jornada electoral abre la puerta a una ciudad sin Acción Nacional
Candidatos del tricolor tendrán la oportunidad de gobernar la Zona Metropolitana de Guadalajara, de acuerdo con los últimos reportes oficiales del Instituto Electoral
La impresión de que los candidatos de Acción Nacional (PAN) podían perder, sobre todo en Guadalajara, había ganado tal consistencia, que la sorpresa alcanzó a imponerse, efectivamente, pero en el grado más bajo de arrebato.
Los ajetreos electorales comenzaron temprano, con la instalación del pleno del Consejo General del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del Estado de Jalisco (IEPC). Después, todos los interesados en un espacio mediático anunciaron –unos con más fortuna que otros– dónde y a qué hora votarían. Incluso, casi como intrusa, llegó la invitación del presidente del Supremo Tribunal de Justicia, Celso Rodríguez, a su acto de sufragio. Casi despertó ternura.
Votó y llamó a votar, el presidente del IEPC, David Gómez Álvarez, y votaron también, ante los flashes y las cámaras, los Jorge Salinas, Jorge Aristóteles, Héctor Vielma, Guillermo Martínez Mora, Antonio Mateos Nuño, Enrique Alfaro y cabe aquí, mejor que muchas otras veces, un dilatado etcétera.
Había llovido temprano, antes del amanecer, y se previó que de seguir así, podría inhibirse la intención de voto. “Tenemos un clima adverso”, afirmó el presidente del Instituto Electoral poco antes de formarse a esperar sus boletas para tacharlas y aprovechar la que había dicho, “es una oportunidad importantísima (…) para seguir transformando este país”.
Torrentes… de palabras
Y no llovió más, aunque sí hubo torrentes de palabras a lo largo de la ciudad, en cada casilla electoral donde se apersonaron los candidatos de éste, del otro y aquel partido. Algunos de ellos, como el panista Jorge Salinas Osornio, llevaron esposa e hijos al acto; otros más, como el perredista Carlos Orozco Santillán –también aspirante a gobernar Guadalajara– se conformaron con un par de colaboradores como toda comitiva y encima, como él, se avinieron a no votar ni siquiera en el municipio que pretendían encabezar.
Transcurrió impasible la mañana, ignorante de la muy trillada “cita histórica con las urnas” y fueron precisamente éstas, las urnas, las que empezaron a echarse en falta. Pasaba de las 12:00 del día y en los institutos electorales, tanto el federal como el estatal, reconocieron que al menos 10% de las casillas para votar no estaban todavía instaladas. Antes, sin embargo, el mismo Gómez Álvarez había dado con la solución: “No nos asustemos por los pequeños retrasos; tenemos todo el día para votar”.
No lo oyeron, parece, los electores, pues no se utilizaron buena parte de las más de 10 millones de boletas que compró el Instituto Electoral para poner a disposición de los menos de ocho millones de votantes en Jalisco. Sin que hasta este lunes haya cifras oficialmente reconocidas, la abstención es del 60%, aproximadamente.
Éxito en las urnas electrónicas
Una de las “perlas” en la jornada electoral fue la primera elección del país con urnas electrónicas, que tuvo lugar en el municipio de Tuxcueca. Definitivamente un éxito. Ahí, al contrario de la tendencia general, la votación superó el 60% y sobraron las declaraciones de ciudadanos sencillos de esta población en la ribera de Chapala, que consideraron más confiable el voto en la urna electrónica que en la misma boleta de papel.
Un par de horas antes del cierre de las ocho mil 850 casillas, un rumor empezó a tomar fuerza: ventaja para los candidatos del PRI.
En las oficinas del Comité Estatal de Acción Nacional, el presidente Eduardo Rosales Castellanos rechazó “hablar de rumores” y optó por esperar a los resultados oficiales, un gesto inusual en él, hombre de frases enérgicas, acostumbrado durante muchos años a los triunfos políticos.
Los panistas habían puesto, desde el principio de las campañas, allá por mayo, el máximo acento en la competencia por la Presidencia Municipal de Guadalajara, y con esa tendencia marcada, no podía por menos que seguirse el mismo camino, pero esta vez, con los rumores contrarios encima y la negativa del dirigente estatal panista a marcar rumbo, urgía la declaración del candidato Jorge Salinas, pero no apareció por ningún lado hasta bien entrada la noche, cuando su contrincante, Jorge Aristóteles Sandoval, ya había celebrado en la Glorieta Minerva con sus simpatizantes.
Salinas, ahora vencido, aunque en ningún momento lo manifestó así, con esa sola palabra, se dirigió a quienes lo acompañaron: “Que sea aquí en el partido, que sea aquí en Acción Nacional, donde valoremos qué pasó en esta jornada electoral del 5 de julio (…), fue una gran planilla; trabajó en cada distrito y en cada momento supo lo que era llevar el mensaje de Acción Nacional (…), en el caso de Alfredo está ganando, está ganando en su distrito y estoy seguro que ganará”, apuntó en referencia a Alfredo Argüelles Basave (candidato a diputado local por el Distrito 12), su aliado en el Congreso estatal y en el partido.
Después, admitiéndose intrínsecamente como próximo regidor en el Ayuntamiento de Guadalajara, y bajo un gobierno priista, Salinas siguió: “A todos nosotros nos toca una tarea muy importante; la primera es que no quiero ver a un panista que se sienta derrotado (…), quiero verlos a todos mañana, los que estén en el Ayuntamiento trabajando (…), a quien le toque acompañarme en el Cabildo de Guadalajara”. Aseveró que se mantendrá en el objetivo de que “esta ciudad necesita que tengamos mejores empleos; que esta ciudad necesita trabajar más por la gente que está pensando en qué comer (…), vamos a ser una oposición responsable y que todo lo que le convenga a la ciudad de Guadalajara lo vamos a hacer con coraje y con pasión como lo hemos hecho siempre en Acción Nacional. Y que el próximo año, en septiembre, cuando celebremos 70 años del partido, hagamos un análisis, un examen de lo que ocurrió”.
Salinas Osornio, en este momento, pronunciaba sin duda uno de sus discursos más emotivos en el proceso electoral que ahora se resolverá en los tribunales. Todavía se refirió a sus simpatizantes y colaboradores: “Lo que sucedió hoy, ninguno de ustedes es responsable. No es responsable Manuel Romo, no es responsable Alfonso Petersen, ningún funcionario; ustedes hicieron grande esta campaña y ustedes hicieron grande este partido. Si algo falló y se decide que el que falló es el candidato, asumo la responsabilidad. En tres años ya no seré el candidato, y eso me da la certeza de que ganará Acción Nacional”.
Las palabras del ganador, del próximo alcalde de Guadalajara después de 15 años de gobierno de Acción Nacional, se escucharon menos, en medio de la algarabía y del júbilo de los priistas que por fin, se vuelven a ver al frente de la ciudad más importante de Jalisco.
Aristóteles Sandoval llamó a “un gran pacto”, al que convocó a todas las fuerzas políticas, y se refirió por su nombre al panista Jorge Salinas y al perredista Carlos Orozco.
A los priistas, les solicitó a voz en cuello, dejar atrás el ánimo combativo de la contienda electoral y mirar ahora por la ciudad.
No muy lejos de la Minerva, en el corazón de Zapopan, otros muchos celebraban, ellos con el candidato Héctor Vielma Ordóñez.
Igual lo habían hecho en Tlaquepaque, con Miguel Castro Reynoso, quien al principio pedía públicamente moderación y espera.
Más lejos, hasta Tonalá, un reposado Antonio Mateos Nuño, atribuyó su triunfo a los que consideró fueron fallos de la administración municipal de Acción Nacional y con menos afán de orador, insistió en que trabajará para cumplir con los compromisos que hizo con los tonaltecas.
Mención aparte amerita el principal panista de esta contienda que anoche, pese a la sorpresa, no encontró a una ciudad agitada: Francisco Javier Ramírez Acuña.
El ex gobernador concluyó la jornada –aparentemente– conviviendo con algunos allegados en su casa de campaña, en el Distrito 10 de Zapopan. Su compañero de fórmula en el mismo distrito y aspirante a una diputación local, José Antonio Bravo de la Torre, también cerró la jornada con ventaja en las urnas.
El proyecto de Ramírez Acuña no está pues cancelado, aunque muchos de sus pupilos hayan tropezado por primera vez desde que incursionaron en la política bajo su sombra.
EL INFORMADOR/ Jorge Navarro.
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