Jalisco
La dificultad de presentar una denuncia
Para ingresar a lo que era la subprocuraduría hay que conversar con un vidrio oscuro y una voz distorsionada que sale de una pequeña bocina
GUADALAJARA, JALISCO (21/MAR/2013).- Las instalaciones centrales dela Fiscalía General lucen como cualquier predio con vasta concurrencia en sus alrededores, con la diferencia de que todos los ahí presentes hablan de robos, de secuestros, del nuevo gobierno, de denuncias, delitos, y caminan de un lado a otro con carpetas desalineadas, algunos acompañados por un "licenciado".
Cualquiera que transite por la calle 14 casi al cruce con la 3 en la Zona Industrial podría pensar que la Fiscalía es cualquier otra dependencia, pues no hay distintivo que la identifica como tal, luego de que a inicio de mes le retiraran los rótulos de Procuraduría General de Justicia.
Quienes están en los alrededores saben que es la Fiscalía, pero por la costumbre, le siguen diciendo "la procu".
Para ingresar a lo que era la subprocuraduría hay que conversar con un vidrio oscuro y una voz distorsionada que sale de una pequeña bocina. Pide información al ciudadano: a qué va a entrar, asunto, con quién va, y si procede, que muestre una identificación.
"¿A dónde va?", dice la voz a través de la ventana gris, "a secuestros", le contesta el hombre. "Secuestros es enfrente, aquí no". El que sigue en la línea avanza y espera a que la voz inicie el interrogatorio. "¿A qué asunto viene?", a "robo", responden, "¿robo de qué?", "fue un asalto". "Eso enfrente, aquí nomás robo a vehículos".
Y la fila se sigue depurando. Ya enfrente, en el área de robos y averiguaciones previas, recibe al ciudadano una mujer que a carcajadas dialoga con sus compañeros. Dice que para interponer una denuncia de hechos hay que realizar el "sencillo" trámite de llenar un formato, dejar pasar tres días hábiles y llamar para ir a audiencia.
Karina Gutiérrez ya hizo lo propio, va de una ventanilla a otra y escoge diferentes hojas de su carpeta en cada una. Interpuso la denuncia. Ella sabe que la Procuraduría ahora es Fiscalía, pero es clara: "en realidad a mí no me interesa el nombre, no creo que influya para lo que uno ocupa", a ella sólo le interesa un aspecto: "en lo que deben de fijarse en que se nos haga justicia".
EL INFORMADOR / VIOLETA MELÉNDEZ
Cualquiera que transite por la calle 14 casi al cruce con la 3 en la Zona Industrial podría pensar que la Fiscalía es cualquier otra dependencia, pues no hay distintivo que la identifica como tal, luego de que a inicio de mes le retiraran los rótulos de Procuraduría General de Justicia.
Quienes están en los alrededores saben que es la Fiscalía, pero por la costumbre, le siguen diciendo "la procu".
Para ingresar a lo que era la subprocuraduría hay que conversar con un vidrio oscuro y una voz distorsionada que sale de una pequeña bocina. Pide información al ciudadano: a qué va a entrar, asunto, con quién va, y si procede, que muestre una identificación.
"¿A dónde va?", dice la voz a través de la ventana gris, "a secuestros", le contesta el hombre. "Secuestros es enfrente, aquí no". El que sigue en la línea avanza y espera a que la voz inicie el interrogatorio. "¿A qué asunto viene?", a "robo", responden, "¿robo de qué?", "fue un asalto". "Eso enfrente, aquí nomás robo a vehículos".
Y la fila se sigue depurando. Ya enfrente, en el área de robos y averiguaciones previas, recibe al ciudadano una mujer que a carcajadas dialoga con sus compañeros. Dice que para interponer una denuncia de hechos hay que realizar el "sencillo" trámite de llenar un formato, dejar pasar tres días hábiles y llamar para ir a audiencia.
Karina Gutiérrez ya hizo lo propio, va de una ventanilla a otra y escoge diferentes hojas de su carpeta en cada una. Interpuso la denuncia. Ella sabe que la Procuraduría ahora es Fiscalía, pero es clara: "en realidad a mí no me interesa el nombre, no creo que influya para lo que uno ocupa", a ella sólo le interesa un aspecto: "en lo que deben de fijarse en que se nos haga justicia".
EL INFORMADOR / VIOLETA MELÉNDEZ
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