Jalisco
La derrota, por traiciones e hipocresías: PAN Jalisco
Aunque admiten errores, protagonistas de la campaña estatal subrayan la influencia de los golpes de otros militantes contra el candidato a gobernador
Como sea, la noche del 1 de julio de 2012 el panismo se reencontró con la cara de la derrota, luego de que en 2009 perdió las alcaldías de la Zona Metropolitana de Guadalajara. Era como si no hubieran acabado de entender el voto de castigo de tres años antes. Hoy, algunos panistas admiten un fracaso; otros se mantienen prudentes; la dirigencia estatal hace evaluaciones. Al menos tres de los llamados “judas” —Hernán Cortés, Diego Monraz y Herbert Taylor— fueron buscados por este medio, sin éxito.
Dos semanas después de la elección, varios panistas repiten la idea que esbozan desde junio, cuando la dirigencia estatal abrió una “purga”: primero hay que aceptar que las cosas no se hicieron bien; luego, hay que castigar a los traidores.
Para el primer tema, algunos recurren al caso de Fernando Guzmán Pérez Peláez, el ex candidato a gobernador: surgió de la primera elección abierta que celebraba el PAN en Jalisco, pero el aspirante, que cambió de equipo de campaña dos veces, nunca gozó de respaldo absoluto. Él mismo reconoce errores en el arranque: “Hice lo que me recomendaban mis asesores, que fueron los de campañas anteriores, y no fue lo acertado. La publicidad al iniciar no fue la adecuada”.
Héctor Álvarez Contreras, coordinador de la campaña desde mayo, reconoció que Fernando Guzmán tenía sólo 12 puntos en las preferencias electorales, en medio de un clima de división y descontento que no pudo sanearse después de la contienda interna. A cambio sanearon al equipo de Guzmán y se fueron 15 colaboradores.
“Desde la contienda interna hubo una fractura muy fuerte con un grupo que encabezaba Herbert Taylor, porque él apoyaba a Alfonso Petersen y, cuando no salió triunfador, empecé a creer que la consigna de Herbert era que Fernando no subiera”, dice hoy Álvarez.
Herbert Taylor, ex colaborador del Gobierno del Estado y amigo del mandatario Emilio González, llegó a sugerir en entrevistas el apoyo hacia un candidato externo, como Enrique Alfaro de Movimiento Ciudadano, y eso fue un factor definitivo de confusión: “No sé si se acuerde o lo quiera negar”.
—¿Herbert Taylor jaló a Emilio González a la otra campaña?
—No sé si él lo jaló. No puedo asegurarlo. En todo momento percibí que el gobernador se comportó de manera institucional.
Lo cierto es que el apoyo del Poder Ejecutivo no llegó para el candidato y que a eso se sumaron los “judas”, entre los cuales Álvarez ubica a Herbert Taylor. También, al candidato a alcalde de Quitupan, José Joaquín Barajas, quien operó a favor de Enrique Alfaro, y el alcalde de Atoyac, Gerardo Hermosillo, quien actuó a favor de Aristóteles Sandoval: “El día que solicitamos la plaza de, prefirió prestarla a Aristóteles y nosotros lo hicimos en una calle paralela”.
Otro acusado es Diego Monraz Villaseñor, coordinador estatal de la campaña de Josefina Vázquez Mota. Álvarez reveló que, ante la disparidad que mostraban la campaña estatal y la presidencial, Monraz trató de “blindar” a su candidata y se desmarcó de Guzmán, que no llegaba a los 20 puntos.
Sin embargo, cuando Josefina visitó Jocotepec y Guadalajara, las brigadas de Guzmán fueron las que ayudaron a mejorar las malas entradas. Y eso que “se detectaron en una imprenta cerca de 30 mil calcomanías que hicieron compartidas para Josefina y Enrique Alfaro; detectaron que personal de las secretarías de Salud, Vialidad y Educación hacía campaña, por indicación de Diego y Herbert, a favor de Alfaro”.
Los conflictos no pudo detenerlos ni el presidente nacional Gustavo Madero, quien a mediados de mayo vino a decir todos: “¡Déjense de pendejadas y pónganse a trabajar!”.
Héctor Álvarez dice que, todavía más, el buen trabajo se vio “aplastado” por actitudes negativas del propio gobernador y funcionarios. Admitió que la postura de Guzmán de no recibir un peso sin conocer su procedencia limitó el impulso a la imagen del “mejor candidato” para encabezar el cuarto gobierno del PAN.
Refundación
Desde 1l de julio, Fernando Guzmán se pronuncia por una meta para 2015: que el PAN muestre una nueva organización y estructura.
Reconoció que la pérdida de confianza de la ciudadanía hacia el PAN fue la principal causa de esta derrota, originada no en el último proceso electoral, sino tras varios años de errores y mala promoción de los logros.
Con aspecto un tanto cansado, tras los meses de intenso trabajo, añadió que Acción Nacional cayó en los errores que se criticaban al PRI, como convertirse en un partido que dio espacios a militantes que sólo ingresaron por interés personal. El ex candidato tiene fama de prudente, y en la charla posterior al 1 de julio evitó dar nombres de traidores o “judas” y, a pesar de los rumores sobre una fractura con el gobernador, aseveró que la amistad se mantiene.
Guzmán admite que hubo deficiencias en la campaña, pero agrega a los factores de la derrota el “desgaste” que sufrió el PAN tras 18 años como gobierno y, por otro lado, un candidato como Enrique Alfaro, que “usó un disfraz” en un partido político que le era ajeno para confundir a la ciudadanía.
A pesar de señalamientos como los de Álvarez y Guzmán, el presidente estatal del PAN, Miguel Monraz, insiste en que, antes de una depuración del padrón y alguna expulsión, está pendiente un análisis a fondo de la derrota: “Un análisis serio, un análisis profundo de cada uno de los resultados”.
Algo similar sugiere el presidente del Comité Municipal de Guadalajara, Carlos Tiscareño, concentrado en impugnar la elección que perdió uno de los candidatos más sólidos, Alberto Cárdenas Jiménez. Ese resultado fue una sorpresa, admitió el líder municipal, quien no dejó de comentar que la derrota nacional debilitó esta candidatura.
Por eso, apuesta por que en Acción Nacional se mejoren los mecanismos de elección: “Antes de sacar los cuchillos y afilar las navajas debemos de reconocer lo que se dejó de hacer, qué no hicimos para enamorar a los ciudadanos que hoy no nos vieron como opción”.
SE DELINDA DE BENEFICIO A SU HERMANA
José María Martínez pinta su raya en reparto de curules
El senador electo del PAN José María Martínez Martínez negó que haya tenido parte en uno de los episodios recientes que, a juicio de algunos panistas, ilustra las disputas internas en ese partido: el reparto de curules plurinominales para el próximo Congreso del Estado.
El diputado local rechazó las acusaciones de su compañero de partido Alberto Esquer, quien lo acusó de haber negociado con el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC) para que “colara” en la próxima Legislatura local a su hermana, Faviola Martínez Martínez, aunque obtuvo menos votos que él.
De hecho, mandó pedir a su compañero de partido que defienda sus derechos en un tribunal, en lugar de manifestarse en su contra: “Lo que le interesa al joven Esquer es la camorra a partir de un conflicto más político que jurídico; no sé si él sepa leer y escribir, pero lo que tiene que hacer es ir a los tribunales para que haga valer su derecho”.
El ex coordinador parlamentario estimó que Alberto Esquer está en su derecho de inconformarse en el Tribunal Electoral por la conformación de la próxima Legislatura, pero criticó la manera en que lo ha hecho. No obstante, reconoció que Gustavo Madero, líder nacional del PAN, avala el derecho de Alberto Esquer.
“Son dos derechos y el tribunal debe definir quién de los dos (Faviola Martínez o Alberto Esquer) goza con mejor derecho. Lo que no comparto es la ligereza, la difamación en que ha incurrido el joven Esquer , la camorra, exageración; es gritón en su demanda, cuando lo que debería hacer es agotar las instancias para que escuchen su argumento”.
FRASE
"Debemos irnos a una refutación. El padrón no corresponde con la realidad y esto implica una reforma nacional: cómo rehacemos el partidos y la membresía "
Fernando Guzmán Perez Peláez,
ex candidato del PAN a gobernador de Jalisco
DECÁLOGO NEGRO
10 razones para la derrota
El PAN no superó los conflictos que se generaron en la elección interna del candidato a gobernador.
Las “traiciones” de funcionarios, liderazgos y militantes panistas.
Arranque desafortunado de la campaña por la gubernatura.
Errores y lejanía de los gobiernos panistas con la ciudadanía.
Deficiente estrategia de campañas.
La mentada de 2008, que el gobernador profirió contra sus críticos.
Mala promoción de los gobiernos locales.
La falta de recursos y la negativa a recibirlos si no se conocía su procedencia.
9 Los primeros asesores del candidato a gobernador actuaban equivocadamente.
10 La campaña “con disfraz de alternativa” de Enrique Alfaro, candidato del Movimiento Ciudadano, restó votos a la panista.
LA VOZ DEL EXPERO
Malas decisiones a escala nacional
Alberto Gómez Ramírez (académico de la Univa, especialista en campañas)
Malos resultados o malas decisiones de los gobiernos panistas empujaron la derrota del PAN en las pasadas elecciones, tanto a escala local como nacional, opina el especialista Alberto Gómez Ramírez.
Las decisiones del Gobierno federal en el combate contra el narcotráfico, dice el especialista, no resultaron una contribución positiva; por eso, muchos votantes decidieron “regresar a lo malo por conocido, que representa el anterior régimen”.
A escala local, la apreciación de Gómez Ramírez es que los últimos gobiernos panistas han manifestado incapacidad para gobernar; a eso se le suma acciones imprudentes del actual gobernador, como la mentada proferida en 2008, que “está aún muy presente”.
A la lista de “imperdonables” añadió casos de obras mal hechas y caras que sólo beneficiaron a algunos amigos de líderes del partido: “El reparto del pastel se hizo entre amigos cercanos”.
La división interna fue decisiva, afirma el analista, sobre todo tras colocar a un candidato como Fernando Guzmán en un proceso interno muy criticado “porque, si bien era un ejercicio democrático, se dio bajo una simulación”.
Señaló que el partido debe apostar por un nuevo impulso desde sus dirigencias; propuso el cambio de presidentes, “limpia” de la militancia y darle, de nuevo, valor a la lealtad: “Debe existir fidelidad, con el fin de que se evite de que estén brincando de un partido a otro”.
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