Jalisco

La calle es de todos

Cada auto estacionado en la calle es espacio público privatizado, apropiado para uso exclusivo de una persona

El 25% del espacio público dedicado a movernos, es decir las calles, está previamente ocupado por los automóviles. Esto quiere decir que el área que ocupa el “parque vehicular” (mi palabra preferida del burocratañol) de la ciudad es una cuarta parte del área de los “arroyos” (en tiempo de lluvias es literal) de calles y avenidas.

Cada auto estacionado en la calle significa menos espacio para circular, aumento de tiempo de traslado y contaminación. Cada auto estacionado en la calle es espacio público privatizado, apropiado para uso exclusivo de una persona. Algunos llegan al extremo de usar autos viejos para anunciar cosas, pero eso ya es el absurdo tolerado por unas autoridades a las que les importa un comino. La pregunta, pues, es si deberíamos prohibir —prohibirnos— estacionarnos en la calle (esto incluye por supuesto a todos los puestos callejeros).

De entrada la medida suena muy drástica, pero no es descabellada. La calle debe ser pensada y recuperada como espacio público. Si el carril o dos carriles en algunos casos, que ahora se usan de estacionamiento los usamos como carriles exclusivos de transporte público o transporte alternativo (bicicleta, patines, motonetas), la ciudad se va a mover con más agilidad. El problema de dónde estacionar los autos no lo debe resolver el Ayuntamiento o el Gobierno, sino el propietario del auto. Al no podernos estacionar en la calle, vamos a tener que buscar un estacionamiento público que por supuesto nos va a costar y va a hacer mucho más caro moverse en automóvil, y mucho más rápido y barato moverse en transporte público.

Aunque así lo parezca, esto no es una locura. Hay ciudades en las que para comprar un automóvil primero tienes que demostrar que tienes donde guardarlo: una cochera propia, un lugar contratado en una pensión, un arreglo con el vecino, lo que sea, pero está claro que las calles no son las nanas de los carros, sino un espacio público para la movilidad de todos. En otras, hay zonas completas en las que no se puede circular en automóvil: dejas tu carro en un estacionamiento y a partir de ahí te mueves a pie o en transporte público.

Lo que sí podríamos comenzar desde ahora es cumplir con la ley. Que nadie se estacione en donde está prohibido (comenzando por los trabajadores y visitantes del Congreso) y en un solo lado de la calle. Si se pudo implementar la fotoinfracción en las avenidas principales, también es factible implementarla para los autos mal estacionados y en eso, los ciudadanos somos iguales que los perros: a la cuarta todos entendemos. Y como no hay dinero para poner cámaras en toda la ciudad, hay que imitar lo bueno de Buenos Aires: ahí cualquier ciudadano puede tomar una foto de un carro mal estacionado, enviarla por la red y al infractor le llega su multa.
Recuperemos la calle para todos.
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