Jalisco

La Revolución Mexicana fortaleció el autoritarismo

Lamentan que los pueblos indígenas no tengan nada que celebrar en 2010

GUADALAJARA, JALISCO.- La Revolución Mexicana quiso integrar las raíces indígenas a la identidad mexicana, pero finalmente su principal legado fue la modernización del autoritarismo que se arrastraba desde las épocas coloniales, apuntó el historiador Lorenzo Meyer, en la Feria Internacional del Libro (FIL).

Durante la conferencia “Una visión crítica de la Revolución Mexicana”, el académico expresó que en un principio las élites que estaban contra el porfirismo pensaban, a diferencia de como sucedió después de la Independencia, que no se trataba de “mejorar la raza”, sino mejorar  las condiciones en las que vivían.

“Pero esto no se logró. Ahora que estamos en 2009, vemos que México no tiene un proyecto de futuro, no sabemos hacia dónde caminamos”.
Y no se erradicaron las grandes desigualdades económicas porque la Revolución fortaleció la esencia autoritaria de Porfirio Díaz, transfiriendo esto a las bases corporativas.

“Su energía democrática se acabó muy rápido y se convirtió en un sistema autoritario exitoso, uno de los más exitosos que conozco: ¿En qué país un régimen duró tantos años?”.

Ante la postura política que han expresado distintos pueblos indígenas en México de que no hay nada que festejar en 2010, Lorenzo Meyer refirió que es clara su reflexión de que, a 500 años de la Conquista, “no les hace ninguna gracia la relación que se ha tenido con ellos. No lo celebran porque ni la Independencia ni la Revolución les terminó de resolver sus problemas, aunque creo que se hizo un esfuerzo que no se dio”.

Agrega que este éxito fue “perverso” porque no se usó para fortalecer la democracia, “sólo se heredó un presidencialismo basado en poderes anticonstitucionales, hasta criminales, porque el Presidente podía mandar matar, como se hizo principalmente en los sesenta y setenta, sin que nadie lo cuestionara”.

El historiador resaltó que el pasado “nos pide a gritos que lo revisemos en búsqueda de una salida para el presente. En el 2000 creíamos que se había acabado ese régimen, queríamos crear una nación con un mínimo de igualdad, pensábamos que había un proyecto de futuro, pero este cambio en unos cuantos años se agrió y parece que son las formas del pasado”.

Si México ha sido un país de éxito o fracaso, “la moneda aún está en el aire, ni lo uno ni lo otro. Antes se creía que mal que bien el país avanzaba, que habría éxito porque el PIB (Producto Bruto Interno) crecía anualmente y daba seguridad la modernización material del país. Pero este año en que tenemos una profunda caída de la economía, ¿qué seguridad hay? No olvidemos que hay sociedades que se quedaron atrás, como Argentina, y tenía todo. Y aquí, con la clase política que tenemos —irresponsable, corrupta y de miras chiquita—, si seguimos así, pues por más que la sociedad tenga las mejores decisiones, las instituciones están en su poder”.
Síguenos en

Temas

Sigue navegando