Jalisco
La Calzada Independencia cumple 100 años, lejos de su objetivo original
De inicio la bautizaron como ''Paseo Porfirio Díaz'', pero apenas cayó el dictador, le cambiaron el nombre
Cien años después, la Calzada perdió su grandeza
GUADALAJARA, JALISCO (15/SEP/2010).- Hace 100 años, en Guadalajara se festejaba el Centenario de la Independencia. En el marco de las celebraciones inauguraron una gran avenida que es hoy la Calzada Independencia. Como parte de la obra se entubó el Río San Juan de Dios entre 1908 y 1910. En un principio le llamaron “Paseo Porfirio Díaz”, pero apenas cayó el dictador, mudaron el nombre a Calzada Independencia.
No se le dio la importancia arquitectónica que se supone debería tener porque ya existían edificios importantes que la rodeaban, afirma el arquitecto Enrique Toussaint Ochoa. Agrega que “cuando se planeó la Calzada, en realidad nunca se tomó en cuenta que iba a dividir la ciudad en dos partes: el Oriente y el Poniente”, aunque en la década de los sesenta se consideraba como una de las avenidas más bellas y más amplias de la ciudad.
Para renovar su importancia, el arquitecto propone la creación de proyectos peatonales para unir los dos lados de la Calzada que quedaron divididos por el Macrobús. “Podrían seleccionarse varios puntos estratégicos a lo largo de toda la Calzada y construirse espacios de recreación que unan sus dos partes visualmente y físicamente”.
Algunos de los puntos que propone son: Las zonas de la Plaza Juárez, el Estadio Jalisco y la Plaza Monumental Nuevo Progreso. Indicó que es necesario pensar en reactivar puntos específicos más que la Calzada completa “porque ahorita es imposible hacerlo por su vocación de transporte”.
Recordó que la Calzada dejó de ser un lugar tranquilo y de convivencia familiar, debido al aumento de actos de violencia, tráfico de drogas y prostitución, a pesar de que se construyó la Plaza Tapatía para darle mayor importancia, con lo que “poco se logró debido a que el problema que al principio era urbano y vial, se convirtió en un problema social que ya no podía solucionarse con más arquitectura o avenidas bonitas”.
GUADALAJARA, JALISCO (15/SEP/2010).- Hace 100 años, en Guadalajara se festejaba el Centenario de la Independencia. En el marco de las celebraciones inauguraron una gran avenida que es hoy la Calzada Independencia. Como parte de la obra se entubó el Río San Juan de Dios entre 1908 y 1910. En un principio le llamaron “Paseo Porfirio Díaz”, pero apenas cayó el dictador, mudaron el nombre a Calzada Independencia.
No se le dio la importancia arquitectónica que se supone debería tener porque ya existían edificios importantes que la rodeaban, afirma el arquitecto Enrique Toussaint Ochoa. Agrega que “cuando se planeó la Calzada, en realidad nunca se tomó en cuenta que iba a dividir la ciudad en dos partes: el Oriente y el Poniente”, aunque en la década de los sesenta se consideraba como una de las avenidas más bellas y más amplias de la ciudad.
Para renovar su importancia, el arquitecto propone la creación de proyectos peatonales para unir los dos lados de la Calzada que quedaron divididos por el Macrobús. “Podrían seleccionarse varios puntos estratégicos a lo largo de toda la Calzada y construirse espacios de recreación que unan sus dos partes visualmente y físicamente”.
Algunos de los puntos que propone son: Las zonas de la Plaza Juárez, el Estadio Jalisco y la Plaza Monumental Nuevo Progreso. Indicó que es necesario pensar en reactivar puntos específicos más que la Calzada completa “porque ahorita es imposible hacerlo por su vocación de transporte”.
Recordó que la Calzada dejó de ser un lugar tranquilo y de convivencia familiar, debido al aumento de actos de violencia, tráfico de drogas y prostitución, a pesar de que se construyó la Plaza Tapatía para darle mayor importancia, con lo que “poco se logró debido a que el problema que al principio era urbano y vial, se convirtió en un problema social que ya no podía solucionarse con más arquitectura o avenidas bonitas”.
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