Jalisco

Juan Sandoval asegura 'que no se metió en política'

Dijo se metió en contra de los políticos según lo exigieron las circunstancias

GUADALAJARA, JALISCO (07/DIC/2011).- El cardenal Juan Sandoval Íñiguez asegura categórico: "No me metí en política; me metí con o en contra de los políticos según lo exigieron las circunstancias para hacer valer los valores de la moral y los principios cristianos". Así resume lo que ha sido su interacción con la esfera de la política a lo largo de su trayectoria como pastor católico, y particularmente tras 17 años al frente de la Arquidiócesis de Guadalajara.

Así se refiere a lo que fueron una serie de situaciones en las que ha estado en medio del acontecer político, en la que hubo hechos que le trajeron diversos conflictos ante personajes de distintos partidos o dependencias oficiales, como en su momento ríspidos encuentros con los juristas Jorge Carpizo McGregor y Mario Ruiz Massieu (por el tema de la muerte de su antecesor, Juan Jesús Posadas Ocampo), y con otros personajes, como el ahora mandatario del Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, y los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por citar algunos con quienes tuvo conflictos por el tema de la unión de parejas de homosexuales.

Ante señalamientos de su actuación ha tenido mucho de política, se defiende. Dice que él ha sido "un pastor de la Iglesia", pero ha tenido que salir en el escenario político por cuestiones ligadas a su misma encomienda. "Uno hace muchas cosas, sólo Dios sabrá cuántas tengan valor y cuántas no".

A reserva de un balance formal que dice no haber hecho todavía, refiere de diversas obras en las que dedicó gran parte de su tiempo como jerarca tapatío, como el Santuario de los Mártires, la fundación Garibi Rivera, el Centro Católico de Comunicaciones, los nuevos espacios de los seminarios diocesanos (Cuquío, Atemajac del Valle y Ahualulco), la Villa de los Niños promovida por religiosas coreanas y el Albergue Trinitario, entre otras, como la promoción de 250 parroquias que se han establecido en su mandato.

De manera especial, alude a la ordenación de 600 sacerdotes a lo largo de su trayectoria como obispo y luego arzobispo, además de la consagración de 13 obispos, y a la emisión de numerosos mensajes en los medios de comunicación, tanto impresos como electrónicos.

En este contexto, enfatiza que hubo una "postura de calumnia de algunos medios de comunicación", de señalar que él se alejará de su papel de pastor por meterse demasiado en política.

Afirma que deja una "Arquidiócesis con una pastoral en marcha. Ya que se tuvo a favor grandes esfuerzos de mis antecesores, desde el cardenal José Salazar, cuando se inició la tarea de responder a los retos del Concilio Vaticano II, de incluir en forma participativa a los laicos, entre otras acciones.  En mi periodo, se trabajó en grandes eventos ligados a la pastoral, como el Congreso Eucarístico Internacional de 2004 (primero que se celebra en este país) y el Jubileo del año 2000", puntualizó.

Con orgullo, señala la gran cercanía que tuvo con los pontífices romanos Juan Pablo II y Benedicto XVI, lo que le trajo participación en varias comisiones del Vaticano, como en varios sínodos internacionales de obispos; y en la Fundación Populorum Progressio.

Una vez que concluye su encomienda como pastor con plenas facultades, expone que el nuevo arzobispo "con su estilo propio y su enfoque pastoral", habrá de discernir sobre los que serán las prioridades del trabajo pastoral en la Arquidiócesis.

Trajo a colación que un tema de gran importancia que le tocará definir a su sucesor, será si se divide o no el territorio de la Arquidiócesis, un tema que es motivo de polémica al interior de los clérigos y dirigentes seglares de algunas organizaciones católicas. "Personalmente me opuse la división, pero el que venga tendrá que decidir este tema".

Aclara que en el papel que le asigna El Vaticano de ser administrador apostólico, según lo previsto en el derecho canónico, ya no se podrán hacer cambios de fondo, sino mantener como está la estructura y el funcionamiento de la Arquidiócesis.      

EL INFORMADOR/ SALVADOR Y MALDONADO
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