Jalisco
Jon Lee Anderson, un vidente de la bondad en el poder
El periodista estadounidense habló sobre su manera de estudiar a los personajes poderosos para realizar sus perfiles
Durante la mesa “Perfilando el poder”, del Quinto Encuentro Internacional de Periodistas, el autor de El dictador, los demonios y otras crónicas resaltó que la bondad se ve en los ojos, “se ve de inmediato si están desalmados. Es un poco subconsciente cuando elaboro un perfil. Tal vez por eso busco a cierto tipo de personajes, unos me interesan y otros no, y generalmente son personas que organizan la violencia como el poder de la alquimia para dominar a otros y para lograr un poder político”.
Es decir, le intriga cómo un personaje ligado a un hecho sangriento se vuelve poderoso en unos años y se convierte en un bonachón, y “luego nadie habla del asunto”. Ese poder que lo atrae. “Por ahí hay un campo rico a escarbar y es un reflejo de la sociedad misma. Porque un perfil no es más que una forma de explorar una situación, una realidad, un momento de la historia”.
Villanueva Chang, director editorial de la revista Etiqueta Negra, recordó que en una historia que Jon Lee publicó del ex presidente de Liberia, Charles Taylor, que éste era un extravagante del mal –“su maldad es insólita”— y que el efecto Taylor había dejado medio millón de muertes, tan atroces que no se atrevería a contar; que era un vampiro con necesidad de sangre fresca para vivir y que si alguien se animaba a fulminarlo, se salvarían miles de vidas humanas.
“Difícilmente alguien se hubiera animado a decir eso ¿Qué pensaste? ¿Por qué escribir algo así?”, cuestionó Villanueva Chang, y el periodista estadounidense respondió que la objetividad es la utopía, y aunque la intenta, hay circunstancias en las que “uno tiene que incidir en la realidad. Éste se te impone, y si no reaccionas como ser humano, estás perdido. A veces tienes que decidir si reaccionar como ser humano o como periodista, y ojalá todos optáramos para hacerlo como ser humano. Lo de Taylor era especial: él era un asesino en serie que tenía el poder de un país y que mandaba matar a su antojo desde Palacio, y de forma excepcional, aún en mi papel de periodista, creí legítimo ajusticiarlo”.
Durante la mesa, Jon Lee Anderson resaltó anécdotas de cuando realizaba los perfiles de Hugo Chávez, Pinochet o el Rey Juan Carlos, para explicar cuándo es necesario publicar los detalles que evidencian su gusto por el poder, y cuándo es mejor no escribirlos, como los conflictos maritales que Chávez tenía con su mujer.
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