Jalisco
Jalisco, entre los primeros en robo de energía eléctrica
La División de Distribución compuesta por nuestro Estado y Nayarit es la tercera con la mayor cantidad de usos ilícitos
CFE), de estas pérdidas, 314 millones se originaron en Jalisco y la División de Distribución a la que pertenece.
La operatividad de la CFE fracciona a México en 14 de estas Divisiones de Distribución: Jalisco se encuentra ubicado en la tercera con el mayor número de usos ilícitos de energía eléctrica detectados a nivel nacional en el presente año, y en el octavo lugar si de las mayores afectaciones económicas por estas actividades ilegales se trata.
Si el sector energético debe ser una “palanca para el desarrollo nacional”, coinciden especialistas como José Antonio Gómez Reyna, director de la División de Ingenierías del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI) de la Universidad de Guadalajara, de lo que aquí se habla entonces es de un robo perpetrado por mexicanos para los mexicanos.
En el contexto nacional actual las alternativas para dimensionar el daño y el tamaño del robo pueden ser tantas como se quiera, siempre con la pregunta ¿qué se podría hacer con esa cantidad de recursos?
Es más de seis veces el presupuesto del programa para la Prevención y Atención contra las Adicciones de la Secretaría de Salud federal (mil 390 millones 246 mil 072 pesos); seis veces también lo destinado a la operación de la V Región Militar de la Secretaría de la Defensa Nacional donde está enclavado Jalisco (mil 458 millones 785 pesos).
Es 16 veces el presupuesto de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO, 548 millones 033 mil 735 pesos), de la Procuraduría General de la República, o 173 veces los presupuestos de sus unidades especializadas en Investigación de Terrorismo, Acopio y Tráfico de Armas e Investigación de Delitos contra la Salud (50 millones 651 mil 469 pesos).
¿Educación? Equivale a casi cuatro veces lo que cuesta la Producción y Distribución de los Libros de Texto Gratuitos (dos mil 235 millones 956 mil 287 pesos); seis veces el Programa Nacional de Becas y Financiamiento (mil 425 millones 230 mil 475 pesos) o a 80% del presupuesto federal de una instancia como el Instituto Politécnico Nacional (10 mil 868 millones 179 mil 959 pesos).
Con dicha cantidad, la Secretaría de Economía podría contar con otro Fondo de Apoyo para la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Fondo PYME, seis mil 843 millones 169 mil 368 pesos) u operar otras 82 estrategias como su Programa de Creación de Empleo en Zonas Marginadas (106 millones 440 mil 625 pesos).
El robo de energía casi iguala lo que le cuesta al país el Programa de Conservación de Infraestructura Carretera (nueve mil 592 millones 973 mil pesos) y llega a superar incluso los presupuestos asignados a la Comisión Nacional Forestal (Conafor, seis mil 462 millones 626 mil 666 pesos) y la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade, cinco mil 481 millones 954 mil 266 pesos).
Todo de acuerdo con el Presupuesto de Egresos de la Federación para el año 2011.
Pérdidas técnicas y no técnicas
La CFE tiene pérdidas de energía técnicas y no técnicas. Las primeras se atribuyen a los procesos de transformación y conducción de la energía (la operación misma de las subestaciones, la producción de calor y de campos electromagnéticos inherentes a la distribución, etc.), las segundas se componen por los usos ilícitos y las fallas en los procesos de medición y de comercialización.
Lo que reporta la CFE es lo siguiente en cuanto a sus porcentajes de pérdidas totales de la energía generada: en 2010 fue de 12.16% (9.14% técnicas, 3.02% no técnicas); en lo que va de 2011 se indica 12.44% de pérdidas totales (9.30% técnicas, 3.14% no técnicas).
En una comparativa para medir el nivel de eficiencia de la CFE, el documento de la Estrategia Nacional para la Transición Energética y el Aprovechamiento Sustentable de la Energía de la Sener, informa que “en las mejores prácticas a nivel internacional las pérdidas totales de energía oscilan alrededor de 7%”, por lo que apunta que “es en el proceso de distribución donde se encuentra el principal potencial de reducción, tanto en las pérdidas técnicas, como en las no técnicas, hasta alcanzar porcentajes económicamente atractivos”.
En términos de las pérdidas totales de energía, por lo tanto, la CFE estaría más de cinco puntos por encima de las que registran las empresas más eficientes del ramo en el mundo.
Robo y calentamiento global
El robo de energía y las pérdidas económicas que trae consigo afectan la generación y uso eficiente de este recurso, y con ello, un demérito para el medio ambiente, comenta Rubén Santillán Cisneros, gerente regional del Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (Fide).
En México los procesos que producen 76.6% de la energía eléctrica requieren combustibles fósiles (gas natural, combustóleo, carbón y diesel). Según el Programa Especial de Cambio Climático del Gobierno federal, la generación de energía eléctrica contribuye con 16% de las emisiones totales de Gases de Efecto Invernadero (GEI) del país (112.5 millones de toneladas de bióxido de carbono equivalente), lo que abona al calentamiento global (en general, los procesos de producción y uso de energía a nivel nacional aportan 60.1% de los GEI del país).
“Toda la suma de ese hurto mensual, anual, por Estado, por ciudad, por país, es un costo y es combustible que se está quemando, si esos ilícitos se eliminaran se beneficiaría a la economía del país con menos consumo de combustible (…) Es algo que todos como ciudadanos deberíamos decir -me estás robando una partecita de lo que como país nos corresponde-: una conciencia de ese tipo”, apunta Santillán Cisneros.
Usos ilícitos detectados
Año Jalisco Nivel nacional
2005 7,973 94,439
2006 9,799 87,725
2007 7,622 80,783
2008 7,494 99,758
2009 2,664 95,519
2010 4,682 85,962
2011 5,598 51,312
Pérdidas económicas
(junio 2010-mayo 2011)
División de Distribución Monto en MDP
Valle de México 4,020
Golfo Norte 750
Centro Sur 682
Noroeste 606
Sureste 540
Oriente 517
Bajío 359
Jalisco 314
Peninsular 248
Norte 234
Centro Oriente 205
Centro Occidente 159
Baja California 121
Golfo Centro 28
Total 8,783
Consumo de energía eléctrica en México
Industrial: 58.5%
Residencial: 25.8%
Comercial: 7.4%
Bombeo agrícola: 4.4%
Servicios: 3.8%
Fuente: CFE.
Modalidades de robo más comunes
1.- Cuando los usuarios que cuentan con contratos de la CFE alteran sus medidores para que registren menos o nada de la energía que realmente consumen.
2.- Cuando los usuarios con contrato, sin alterar su medidor, instalan “derivaciones” o cables a la red para evitar o puentear al aparato de medición.
3.- Las conexiones directas a la infraestructura de la Comisión sin la celebración del convenio correspondiente.
Más de seis mil 700 usos ilícitos cada año en el Estado
A nivel nacional el promedio es de 90 mil 967
En lo que va del año 2011 la División de Distribución Jalisco (que considera a este Estado y a Nayarit) está categorizada por la Comisión Federal de Electricidad (CFE) como la tercera con el mayor número de usos ilícitos de energía eléctrica a nivel nacional, con cinco mil 598, sólo después de las divisiones de Valle de México (Distrito Federal y parte del Estado de México) y Centro Sur (Guerrero, Morelos y la otra parte del Estado de México).
En este informe de la CFE ya se considera al Distrito Federal luego de la extinción de la empresa Luz y Fuerza del Centro. En la División Valle de México, con la mayor actividad ilegal de robo de energía eléctrica, han sido detectadas hasta el momento 11 mil 194 de este tipo de alteraciones ilícitas a la infraestructura de la Comisión; en la Centro Sur, en el segundo escaño, cinco mil 995.
“Mucha gente puede llegar y hace una conexión a alguna de las líneas (de la CFE), ponen su subestación propia o en las casas simple y sencillamente pueden sacar dos cablecitos y se cuelgan, lo vemos también en tianguis, ferias, en algunos puestos, y esa gente pues no está pagando, se están robando la luz y eso es un ilícito”, dice como introducción José Antonio Gómez Reyna, director de la División de Ingenierías del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI) de la Universidad de Guadalajara.
En Jalisco, si se analizan los registros de 2005 al año 2010 (dejando fuera 2011 por no tener aún cifras totales), puede decirse que en un promedio anual se detectan seis mil 705 usos ilícitos de energía eléctrica (considerando las tres modalidades antes descritas), a nivel nacional, en el mismo periodo, es de 90 mil 697.
Por sus implicaciones económicas, y al tratarse de una empresa estatal la que está siendo afectada, expresa Gómez Reyna, “debe ser más rígida la CFE (en su actuación), porque todos estamos pagando eso (el hurto de la energía), no es un chiste que alguien se esté robando la energía eléctrica, porque todos lo estamos subsidiando y pagando con nuestros impuestos este servicio”.
El robo de energía deja las mayores afectaciones económicas en la División Valle de México, que con sus cuatro mil 020 millones de pesos concentra 45% de las pérdidas totales registradas en el último año valuado por la CFE (de junio de 2010 a mayo de 2011), con ocho mil 783 millones de pesos.
En segundo lugar está la División Centro Sur, con 682 millones de pesos en robos, y en tercero la División Noroeste (Sonora y Sinaloa), con 606 millones de pesos, en esta cuenta la División Jalisco baja hasta el octavo lugar (de 14) con 314 millones de pesos.
“Los daños que se causan a la empresa: primero está que ya no regresa ese dinero, entonces sale más cara la generación (de la energía) que lo que estás recuperando; a esto se aúna que está subsidiada la energía, no pagamos el valor real (se subsidia alrededor de 34% del costo), porque no hay una arreglo continuo de las tarifas de acuerdo con los movimientos de los combustibles de Pemex (que se requieren para la producción de más de 76% de esta energía); no te cobran la energía al salir de la planta, que se llama porteo, te la cobran en la entrada de tu casa, entonces ¿quién paga todas las pérdidas (que se presentan en su distribución, se les llama “técnicas” y se consideran inherentes al proceso por fenómenos como la producción de calor y de campos electromagnéticos)?; si sumamos el robo de energía pues le estamos haciendo el ‘harakiri’ a la empresa”, concluye el especialistas de la Universidad de Guadalajara.
El combate del robo de energía, expresa, requiere además de un componente social para su señalamiento continuo, en estos momentos, sin embargo, “¿quién denuncia algo?”, se pregunta el académico, quien cuestiona la tolerancia que se muestra en la sociedad hacia estos hechos.
“Mucha gente se da cuenta que se roba la energía el vecino, el de enfrente, el de la esquina y nadie dice nada, todo mundo pasivo, todo mundo tranquilo y esto nos puede llevar tarde o temprano a un proceso de choque económico: el sistema no puede aguantar eternamente”.
La falta de recursos también lleva a un mantenimiento deficiente de la infraestructura de la CFE en el país, advierte el académico, como también se señala en la Estrategia Nacional para la Transición Energética y el Aprovechamiento Sustentable de la Energía, un documento elaborado por la Secretaría de Energía (Sener).
En éste se informan los porcentajes de transformadores y líneas de transmisión del Sistema Eléctrico Nacional que han rebasado su vida útil de 30 años (13% en el primer caso; 19%, en el segundo), por lo que apunta: “Existe un número importante de instalaciones, como transformadores de potencia y líneas de transmisión, que tienen más de 30 años de operación, algunos de ellos sin haber recibido el mantenimiento adecuado o haber sido sustituidos. En consecuencia, las condiciones de estabilidad y confiabilidad en la operación del sistema muestran fragilidad en algunos puntos, además de que los niveles de eficiencia se ven disminuidos”.
En esta Estrategia Nacional se aborda la problemática de los usos ilícitos de energía, catalogadas dentro de las “pérdidas no técnicas” (ver siguiente apartado), para lo que recomienda:
“Para la reducción de las pérdidas no técnicas es necesaria la aplicación irrestricta del marco legal vigente, así como la realización de inversiones cuyos requerimientos varían de acuerdo con las diferentes estrategias utilizadas para evitar los usos ilícitos. Estas acciones son prioritarias si se considera que la disminución de las pérdidas traerá consigo un mejor aprovechamiento de los recursos, lo que se traduce en una reducción en las emisiones contaminantes”.
División de Distribución Estados
Baja California Baja California, Baja California Sur y parte de Sonora
Noroeste Sonora y Sinaloa
Norte Chihuahua, Durango y parte de Coahuila
Golfo Norte Nuevo León, parte de Coahuila y parte de Tamaulipas
Centro Occidente Michoacán y Colima
Centro Sur Guerrero, Morelos y parte del Estado de México
Oriente Veracruz, parte de Puebla y parte de Tamaulipas
Sureste Chiapas, Oaxaca y Tabasco
Bajío Querétaro, Guanajuato, Aguascalientes, Zacatecas y parte de Hidalgo
Golfo Centro Tamaulipas, San Luis Potosí y parte de Hidalgo
Centro Oriente Tlaxcala, Puebla y parte de Hidalgo
Peninsular Yucatán, Quintana Roo y Campeche
Jalisco Jalisco y Nayarit
Valle México DF, y parte del Estado de México
GUADALAJARA, JALISCO (25/JUL/2011).- El robo de energía eléctrica en el país es una problemática persistente que causó un boquete en las finanzas de la Federación por ocho mil 783 millones de pesos en el último año valuado por la Comisión Federal de Electricidad (
La operatividad de la CFE fracciona a México en 14 de estas Divisiones de Distribución: Jalisco se encuentra ubicado en la tercera con el mayor número de usos ilícitos de energía eléctrica detectados a nivel nacional en el presente año, y en el octavo lugar si de las mayores afectaciones económicas por estas actividades ilegales se trata.
Si el sector energético debe ser una “palanca para el desarrollo nacional”, coinciden especialistas como José Antonio Gómez Reyna, director de la División de Ingenierías del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI) de la Universidad de Guadalajara, de lo que aquí se habla entonces es de un robo perpetrado por mexicanos para los mexicanos.
En el contexto nacional actual las alternativas para dimensionar el daño y el tamaño del robo pueden ser tantas como se quiera, siempre con la pregunta ¿qué se podría hacer con esa cantidad de recursos?
Es más de seis veces el presupuesto del programa para la Prevención y Atención contra las Adicciones de la Secretaría de Salud federal (mil 390 millones 246 mil 072 pesos); seis veces también lo destinado a la operación de la V Región Militar de la Secretaría de la Defensa Nacional donde está enclavado Jalisco (mil 458 millones 785 pesos).
Es 16 veces el presupuesto de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO, 548 millones 033 mil 735 pesos), de la Procuraduría General de la República, o 173 veces los presupuestos de sus unidades especializadas en Investigación de Terrorismo, Acopio y Tráfico de Armas e Investigación de Delitos contra la Salud (50 millones 651 mil 469 pesos).
¿Educación? Equivale a casi cuatro veces lo que cuesta la Producción y Distribución de los Libros de Texto Gratuitos (dos mil 235 millones 956 mil 287 pesos); seis veces el Programa Nacional de Becas y Financiamiento (mil 425 millones 230 mil 475 pesos) o a 80% del presupuesto federal de una instancia como el Instituto Politécnico Nacional (10 mil 868 millones 179 mil 959 pesos).
Con dicha cantidad, la Secretaría de Economía podría contar con otro Fondo de Apoyo para la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Fondo PYME, seis mil 843 millones 169 mil 368 pesos) u operar otras 82 estrategias como su Programa de Creación de Empleo en Zonas Marginadas (106 millones 440 mil 625 pesos).
El robo de energía casi iguala lo que le cuesta al país el Programa de Conservación de Infraestructura Carretera (nueve mil 592 millones 973 mil pesos) y llega a superar incluso los presupuestos asignados a la Comisión Nacional Forestal (Conafor, seis mil 462 millones 626 mil 666 pesos) y la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade, cinco mil 481 millones 954 mil 266 pesos).
Todo de acuerdo con el Presupuesto de Egresos de la Federación para el año 2011.
Pérdidas técnicas y no técnicas
La CFE tiene pérdidas de energía técnicas y no técnicas. Las primeras se atribuyen a los procesos de transformación y conducción de la energía (la operación misma de las subestaciones, la producción de calor y de campos electromagnéticos inherentes a la distribución, etc.), las segundas se componen por los usos ilícitos y las fallas en los procesos de medición y de comercialización.
Lo que reporta la CFE es lo siguiente en cuanto a sus porcentajes de pérdidas totales de la energía generada: en 2010 fue de 12.16% (9.14% técnicas, 3.02% no técnicas); en lo que va de 2011 se indica 12.44% de pérdidas totales (9.30% técnicas, 3.14% no técnicas).
En una comparativa para medir el nivel de eficiencia de la CFE, el documento de la Estrategia Nacional para la Transición Energética y el Aprovechamiento Sustentable de la Energía de la Sener, informa que “en las mejores prácticas a nivel internacional las pérdidas totales de energía oscilan alrededor de 7%”, por lo que apunta que “es en el proceso de distribución donde se encuentra el principal potencial de reducción, tanto en las pérdidas técnicas, como en las no técnicas, hasta alcanzar porcentajes económicamente atractivos”.
En términos de las pérdidas totales de energía, por lo tanto, la CFE estaría más de cinco puntos por encima de las que registran las empresas más eficientes del ramo en el mundo.
Robo y calentamiento global
El robo de energía y las pérdidas económicas que trae consigo afectan la generación y uso eficiente de este recurso, y con ello, un demérito para el medio ambiente, comenta Rubén Santillán Cisneros, gerente regional del Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (Fide).
En México los procesos que producen 76.6% de la energía eléctrica requieren combustibles fósiles (gas natural, combustóleo, carbón y diesel). Según el Programa Especial de Cambio Climático del Gobierno federal, la generación de energía eléctrica contribuye con 16% de las emisiones totales de Gases de Efecto Invernadero (GEI) del país (112.5 millones de toneladas de bióxido de carbono equivalente), lo que abona al calentamiento global (en general, los procesos de producción y uso de energía a nivel nacional aportan 60.1% de los GEI del país).
“Toda la suma de ese hurto mensual, anual, por Estado, por ciudad, por país, es un costo y es combustible que se está quemando, si esos ilícitos se eliminaran se beneficiaría a la economía del país con menos consumo de combustible (…) Es algo que todos como ciudadanos deberíamos decir -me estás robando una partecita de lo que como país nos corresponde-: una conciencia de ese tipo”, apunta Santillán Cisneros.
Usos ilícitos detectados
Año Jalisco Nivel nacional
2005 7,973 94,439
2006 9,799 87,725
2007 7,622 80,783
2008 7,494 99,758
2009 2,664 95,519
2010 4,682 85,962
2011 5,598 51,312
Pérdidas económicas
(junio 2010-mayo 2011)
División de Distribución Monto en MDP
Valle de México 4,020
Golfo Norte 750
Centro Sur 682
Noroeste 606
Sureste 540
Oriente 517
Bajío 359
Jalisco 314
Peninsular 248
Norte 234
Centro Oriente 205
Centro Occidente 159
Baja California 121
Golfo Centro 28
Total 8,783
Consumo de energía eléctrica en México
Industrial: 58.5%
Residencial: 25.8%
Comercial: 7.4%
Bombeo agrícola: 4.4%
Servicios: 3.8%
Fuente: CFE.
Modalidades de robo más comunes
1.- Cuando los usuarios que cuentan con contratos de la CFE alteran sus medidores para que registren menos o nada de la energía que realmente consumen.
2.- Cuando los usuarios con contrato, sin alterar su medidor, instalan “derivaciones” o cables a la red para evitar o puentear al aparato de medición.
3.- Las conexiones directas a la infraestructura de la Comisión sin la celebración del convenio correspondiente.
Más de seis mil 700 usos ilícitos cada año en el Estado
A nivel nacional el promedio es de 90 mil 967
En lo que va del año 2011 la División de Distribución Jalisco (que considera a este Estado y a Nayarit) está categorizada por la Comisión Federal de Electricidad (CFE) como la tercera con el mayor número de usos ilícitos de energía eléctrica a nivel nacional, con cinco mil 598, sólo después de las divisiones de Valle de México (Distrito Federal y parte del Estado de México) y Centro Sur (Guerrero, Morelos y la otra parte del Estado de México).
En este informe de la CFE ya se considera al Distrito Federal luego de la extinción de la empresa Luz y Fuerza del Centro. En la División Valle de México, con la mayor actividad ilegal de robo de energía eléctrica, han sido detectadas hasta el momento 11 mil 194 de este tipo de alteraciones ilícitas a la infraestructura de la Comisión; en la Centro Sur, en el segundo escaño, cinco mil 995.
“Mucha gente puede llegar y hace una conexión a alguna de las líneas (de la CFE), ponen su subestación propia o en las casas simple y sencillamente pueden sacar dos cablecitos y se cuelgan, lo vemos también en tianguis, ferias, en algunos puestos, y esa gente pues no está pagando, se están robando la luz y eso es un ilícito”, dice como introducción José Antonio Gómez Reyna, director de la División de Ingenierías del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI) de la Universidad de Guadalajara.
En Jalisco, si se analizan los registros de 2005 al año 2010 (dejando fuera 2011 por no tener aún cifras totales), puede decirse que en un promedio anual se detectan seis mil 705 usos ilícitos de energía eléctrica (considerando las tres modalidades antes descritas), a nivel nacional, en el mismo periodo, es de 90 mil 697.
Por sus implicaciones económicas, y al tratarse de una empresa estatal la que está siendo afectada, expresa Gómez Reyna, “debe ser más rígida la CFE (en su actuación), porque todos estamos pagando eso (el hurto de la energía), no es un chiste que alguien se esté robando la energía eléctrica, porque todos lo estamos subsidiando y pagando con nuestros impuestos este servicio”.
El robo de energía deja las mayores afectaciones económicas en la División Valle de México, que con sus cuatro mil 020 millones de pesos concentra 45% de las pérdidas totales registradas en el último año valuado por la CFE (de junio de 2010 a mayo de 2011), con ocho mil 783 millones de pesos.
En segundo lugar está la División Centro Sur, con 682 millones de pesos en robos, y en tercero la División Noroeste (Sonora y Sinaloa), con 606 millones de pesos, en esta cuenta la División Jalisco baja hasta el octavo lugar (de 14) con 314 millones de pesos.
“Los daños que se causan a la empresa: primero está que ya no regresa ese dinero, entonces sale más cara la generación (de la energía) que lo que estás recuperando; a esto se aúna que está subsidiada la energía, no pagamos el valor real (se subsidia alrededor de 34% del costo), porque no hay una arreglo continuo de las tarifas de acuerdo con los movimientos de los combustibles de Pemex (que se requieren para la producción de más de 76% de esta energía); no te cobran la energía al salir de la planta, que se llama porteo, te la cobran en la entrada de tu casa, entonces ¿quién paga todas las pérdidas (que se presentan en su distribución, se les llama “técnicas” y se consideran inherentes al proceso por fenómenos como la producción de calor y de campos electromagnéticos)?; si sumamos el robo de energía pues le estamos haciendo el ‘harakiri’ a la empresa”, concluye el especialistas de la Universidad de Guadalajara.
El combate del robo de energía, expresa, requiere además de un componente social para su señalamiento continuo, en estos momentos, sin embargo, “¿quién denuncia algo?”, se pregunta el académico, quien cuestiona la tolerancia que se muestra en la sociedad hacia estos hechos.
“Mucha gente se da cuenta que se roba la energía el vecino, el de enfrente, el de la esquina y nadie dice nada, todo mundo pasivo, todo mundo tranquilo y esto nos puede llevar tarde o temprano a un proceso de choque económico: el sistema no puede aguantar eternamente”.
La falta de recursos también lleva a un mantenimiento deficiente de la infraestructura de la CFE en el país, advierte el académico, como también se señala en la Estrategia Nacional para la Transición Energética y el Aprovechamiento Sustentable de la Energía, un documento elaborado por la Secretaría de Energía (Sener).
En éste se informan los porcentajes de transformadores y líneas de transmisión del Sistema Eléctrico Nacional que han rebasado su vida útil de 30 años (13% en el primer caso; 19%, en el segundo), por lo que apunta: “Existe un número importante de instalaciones, como transformadores de potencia y líneas de transmisión, que tienen más de 30 años de operación, algunos de ellos sin haber recibido el mantenimiento adecuado o haber sido sustituidos. En consecuencia, las condiciones de estabilidad y confiabilidad en la operación del sistema muestran fragilidad en algunos puntos, además de que los niveles de eficiencia se ven disminuidos”.
En esta Estrategia Nacional se aborda la problemática de los usos ilícitos de energía, catalogadas dentro de las “pérdidas no técnicas” (ver siguiente apartado), para lo que recomienda:
“Para la reducción de las pérdidas no técnicas es necesaria la aplicación irrestricta del marco legal vigente, así como la realización de inversiones cuyos requerimientos varían de acuerdo con las diferentes estrategias utilizadas para evitar los usos ilícitos. Estas acciones son prioritarias si se considera que la disminución de las pérdidas traerá consigo un mejor aprovechamiento de los recursos, lo que se traduce en una reducción en las emisiones contaminantes”.
División de Distribución Estados
Baja California Baja California, Baja California Sur y parte de Sonora
Noroeste Sonora y Sinaloa
Norte Chihuahua, Durango y parte de Coahuila
Golfo Norte Nuevo León, parte de Coahuila y parte de Tamaulipas
Centro Occidente Michoacán y Colima
Centro Sur Guerrero, Morelos y parte del Estado de México
Oriente Veracruz, parte de Puebla y parte de Tamaulipas
Sureste Chiapas, Oaxaca y Tabasco
Bajío Querétaro, Guanajuato, Aguascalientes, Zacatecas y parte de Hidalgo
Golfo Centro Tamaulipas, San Luis Potosí y parte de Hidalgo
Centro Oriente Tlaxcala, Puebla y parte de Hidalgo
Peninsular Yucatán, Quintana Roo y Campeche
Jalisco Jalisco y Nayarit
Valle México DF, y parte del Estado de México
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