Jalisco
Jalisco encabeza delitos ambientales
En el Estado es donde más se cometen ilícitos contra cuerpos de agua, áreas naturales, flora y fauna protegidas
GUADALAJARA, JALISCO (01/JUL/2015).- En México se han aplicado sanciones por cambios ilegales en el uso de suelo o por la tala de árboles en Áreas Naturales Protegidas, por incendios en zonas forestales, por la contaminación de cuerpos de agua y por la caza, pesca, captura o venta de especies en peligro de extinción. Son los llamados delitos contra la biodiversidad o contra el medio ambiente, y Jalisco encabeza la estadística por este tipo de ilícitos.
La Procuraduría General de la República (PGR) revela que, entre el primero de mayo de 2006 y el 28 de febrero pasado, se han abierto 901 averiguaciones previas en Jalisco por estos delitos, sin contar que en mayo pasado, la dependencia consignó a seis personas por la posesión de 100 aves de especies protegidas en el tianguis “El Baratillo”.
La lista de este tipo de delitos federales la continúan los estados de Veracruz (823 expedientes), Chiapas (716), la Zona Metropolitana del Distrito Federal (689), Michoacán (685) y Oaxaca (655).
Prácticamente todas las modalidades de este ilícito contempladas en el Código Penal Federal se han cometido en Jalisco, excepto con el comercio del abulón y langosta en periodo de veda.
Raúl López Velázquez, académico de la Universidad de Guadalajara, expone que ni las autoridades ni la ciudadanía han dado la atención que merece esta problemática, por lo que el grado de impunidad en la aplicación de sanciones es mayor a la de otros delitos. Esto, pese a que cada atentado contra la biodiversidad puede compararse con otros crímenes de alto impacto que motivan a la gente a manifestarse y a exponer abiertamente su descontento contra las autoridades.
“Si comparas las ejecuciones en la guerra contra el narco y la delincuencia, se puede duplicar perfectamente la cifra de los muertos por la inseguridad ambiental en México”. El anterior comparativo se refiere, por ejemplo, a las víctimas fatales por la contaminación de cuerpos de agua o enfermedades respiratorias.
En el tema de venta de animales, “El Baratillo” es el ejemplo en Guadalajara. Sin embargo, es un fenómeno que no logra abatirse por los escasos operativos: en los últimos nueve años, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) ha realizado sólo 15 dispositivos y rescató 146 ejemplares, entre aves y plantas exóticas, además de artículos de piel de cocodrilo, víbora, venado y fundas de cuchillo con piel de ocelote, una especie de felino en peligro de extinción.
En el ámbito estatal, en los dos años y cuatro meses de operación de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet) ya se presentaron, a través de la Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente (Proepa), 18 denuncias penales por la presunta comisión de delitos ambientales.
La Procuraduría General de la República (PGR) revela que, entre el primero de mayo de 2006 y el 28 de febrero pasado, se han abierto 901 averiguaciones previas en Jalisco por estos delitos, sin contar que en mayo pasado, la dependencia consignó a seis personas por la posesión de 100 aves de especies protegidas en el tianguis “El Baratillo”.
La lista de este tipo de delitos federales la continúan los estados de Veracruz (823 expedientes), Chiapas (716), la Zona Metropolitana del Distrito Federal (689), Michoacán (685) y Oaxaca (655).
Prácticamente todas las modalidades de este ilícito contempladas en el Código Penal Federal se han cometido en Jalisco, excepto con el comercio del abulón y langosta en periodo de veda.
Raúl López Velázquez, académico de la Universidad de Guadalajara, expone que ni las autoridades ni la ciudadanía han dado la atención que merece esta problemática, por lo que el grado de impunidad en la aplicación de sanciones es mayor a la de otros delitos. Esto, pese a que cada atentado contra la biodiversidad puede compararse con otros crímenes de alto impacto que motivan a la gente a manifestarse y a exponer abiertamente su descontento contra las autoridades.
“Si comparas las ejecuciones en la guerra contra el narco y la delincuencia, se puede duplicar perfectamente la cifra de los muertos por la inseguridad ambiental en México”. El anterior comparativo se refiere, por ejemplo, a las víctimas fatales por la contaminación de cuerpos de agua o enfermedades respiratorias.
En el tema de venta de animales, “El Baratillo” es el ejemplo en Guadalajara. Sin embargo, es un fenómeno que no logra abatirse por los escasos operativos: en los últimos nueve años, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) ha realizado sólo 15 dispositivos y rescató 146 ejemplares, entre aves y plantas exóticas, además de artículos de piel de cocodrilo, víbora, venado y fundas de cuchillo con piel de ocelote, una especie de felino en peligro de extinción.
En el ámbito estatal, en los dos años y cuatro meses de operación de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet) ya se presentaron, a través de la Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente (Proepa), 18 denuncias penales por la presunta comisión de delitos ambientales.
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