Jalisco
Investiga Procuraduría a presuntos implicados en atentado contra policías
Al parecer, los agentes caídos extorsionaban a miembros del cártel del Golfo, por ello la decisión de ultimarlos
MAGDALENA, JALISCO.- Una labor coordinada de inteligencia permitió la captura de tres sujetos en el municipio de Magdalena, que podrían tener relación con el atentado perpetrado el jueves pasado contra agentes investigadores sobre la carretera libre Guadalajara-Tequila, en territorio de esta última localidad.
La movilización conjunta, llevada a cabo entre personal de la Secretaría de Seguridad Pública y el Ejército Mexicano, logró la captura de Humberto González Zambrano, de 24 años, apodado “El Tito”; José de Jesús Arellano González, de 23, alias “El Negro”; y de Ángel Gutiérrez Camacho, de 24, también conocido como “El Ticús”.
Además, se aseguraron dos camionetas de modelo reciente; una Dodge Durango roja, modelo 2004, con las placas Y14FLW, del Estado de Texas; y una Dodge Ram beige, año 2007, sin matrícula.
“Al momento de cuestionarlos, nos comentan que trabajan para el cártel del Golfo y que tienen conocimiento del homicidio de los elementos (de la Procuraduría de Justicia, baleados con armas de grueso calibre)”, comentó el secretario de Seguridad Pública del Estado, Luis Carlos Nájera Gutiérrez de Velasco.
“Uno de ellos, cuando menos, señala a una persona, de apodo ‘El Chino’, que escuchó una conversación en la que mencionaban que el brazo armado de esa organización delictiva había victimado a los policías”, agregó.
Al parecer, y según se supo de forma no oficializada, “El Tito” habría escuchado a “El Negro” entablar una plática con “El Chino” —quien al parecer es uno de los autores materiales del multihomicidio— en donde salió a relucir la muerte de los policías investigadores como consecuencia de un elevado “cobro de cuota” a los sicarios del cártel del Golfo que realizan sus actividades ilícitas en Tequila.
Esto, al parecer, alertó a los miembros de esa célula delictiva, por lo que solicitaron apoyo a varios asesinos a sueldo más, quienes vinieron desde Tamaulipas para efectuar su “labor” y acabar con las vidas de Carlos Alberto Mares Cuevas, Francisco Javier Camacho Chávez y Octavio Martínez Torres; aunque en el acto también asesinaron al agente vial José Omar Rivera García, de 29 años; su padre, Ignacio Rivera Castañeda, de 59 años; y un civil identificado como Gilberto Rivera Muñán, de 47. Posteriormente, regresaron al Estado fronterizo.
En sus declaraciones a la prensa, “El Tito” fue quien reveló gran parte del móvil con que operaron los sicarios; en su hablar se evidenciaba un gran nerviosismo, además de que titubeó en repetidas ocasiones.
En contraste, “El Negro” mostraba un semblante desenfadado, enteramente despreocupado. Su discurso era seguro, preciso y sin inmutación alguna. Dijo que las armas las había comprado en los Estados Unidos, donde había sido arrestado por la guardia fronteriza.
Aceptó la posesión de las cuatro armas con las que fueron detenidos (dos del calibre .45, una .9 milímetros y una .38 súper, y más de 100 tiros útiles para esas pistolas), e incluso valoró el precio de algunas de ellas en 10 mil pesos.
El motivo de poseer dichas armas, dijo, era para detonarlas hacia el aire, y sobre la agresión contra los operativos de la PGJE, declaró haberse enterado por medio de los periódicos locales, cuya labor informativa desvaloró por completo, pues “dicen puras chin…”.
El último de ellos, “El Ticús” dijo conocer al “Chino” únicamente de vista, dado que son vecinos de Magdalena, pero nada más.
El trío fue puesto ante la Procuraduría de Justicia para que inicien las indagatorias y se establezca si los señalados forman parte de dicha célula delictiva, y si a ella se debe el deceso de los agentes homenajeados la tarde de ayer.
EL INFORMADOR / Isaack de Loza
La movilización conjunta, llevada a cabo entre personal de la Secretaría de Seguridad Pública y el Ejército Mexicano, logró la captura de Humberto González Zambrano, de 24 años, apodado “El Tito”; José de Jesús Arellano González, de 23, alias “El Negro”; y de Ángel Gutiérrez Camacho, de 24, también conocido como “El Ticús”.
Además, se aseguraron dos camionetas de modelo reciente; una Dodge Durango roja, modelo 2004, con las placas Y14FLW, del Estado de Texas; y una Dodge Ram beige, año 2007, sin matrícula.
“Al momento de cuestionarlos, nos comentan que trabajan para el cártel del Golfo y que tienen conocimiento del homicidio de los elementos (de la Procuraduría de Justicia, baleados con armas de grueso calibre)”, comentó el secretario de Seguridad Pública del Estado, Luis Carlos Nájera Gutiérrez de Velasco.
“Uno de ellos, cuando menos, señala a una persona, de apodo ‘El Chino’, que escuchó una conversación en la que mencionaban que el brazo armado de esa organización delictiva había victimado a los policías”, agregó.
Al parecer, y según se supo de forma no oficializada, “El Tito” habría escuchado a “El Negro” entablar una plática con “El Chino” —quien al parecer es uno de los autores materiales del multihomicidio— en donde salió a relucir la muerte de los policías investigadores como consecuencia de un elevado “cobro de cuota” a los sicarios del cártel del Golfo que realizan sus actividades ilícitas en Tequila.
Esto, al parecer, alertó a los miembros de esa célula delictiva, por lo que solicitaron apoyo a varios asesinos a sueldo más, quienes vinieron desde Tamaulipas para efectuar su “labor” y acabar con las vidas de Carlos Alberto Mares Cuevas, Francisco Javier Camacho Chávez y Octavio Martínez Torres; aunque en el acto también asesinaron al agente vial José Omar Rivera García, de 29 años; su padre, Ignacio Rivera Castañeda, de 59 años; y un civil identificado como Gilberto Rivera Muñán, de 47. Posteriormente, regresaron al Estado fronterizo.
En sus declaraciones a la prensa, “El Tito” fue quien reveló gran parte del móvil con que operaron los sicarios; en su hablar se evidenciaba un gran nerviosismo, además de que titubeó en repetidas ocasiones.
En contraste, “El Negro” mostraba un semblante desenfadado, enteramente despreocupado. Su discurso era seguro, preciso y sin inmutación alguna. Dijo que las armas las había comprado en los Estados Unidos, donde había sido arrestado por la guardia fronteriza.
Aceptó la posesión de las cuatro armas con las que fueron detenidos (dos del calibre .45, una .9 milímetros y una .38 súper, y más de 100 tiros útiles para esas pistolas), e incluso valoró el precio de algunas de ellas en 10 mil pesos.
El motivo de poseer dichas armas, dijo, era para detonarlas hacia el aire, y sobre la agresión contra los operativos de la PGJE, declaró haberse enterado por medio de los periódicos locales, cuya labor informativa desvaloró por completo, pues “dicen puras chin…”.
El último de ellos, “El Ticús” dijo conocer al “Chino” únicamente de vista, dado que son vecinos de Magdalena, pero nada más.
El trío fue puesto ante la Procuraduría de Justicia para que inicien las indagatorias y se establezca si los señalados forman parte de dicha célula delictiva, y si a ella se debe el deceso de los agentes homenajeados la tarde de ayer.
EL INFORMADOR / Isaack de Loza
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