Jalisco
Inversión en obras viales, ''contraproducente''
Jorge Fernández Acosta, experto en movilidad de la UdeG, señala que muchas de las obras viales en la urbe no son totalmente efectivas y sólo ''visten'' políticamente
GUADALAJARA, JALISCO (22/FEB/2013).- La metrópoli requiere que autoridades pongan un alto a la construcción de obras viales que en muchas ocasiones son sólo de relumbrón, “visten” políticamente, pero no demuestran la efectividad en el uso cotidiano de la ciudad en la que cada vez se circula con más lentitud, opinó el experto en temas de movilidad de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Jorge Fernández Acosta.
El especialista señaló que es necesario el equilibrio en las acciones de movilidad y apostarle de manera contundente al transporte público. En contraste, la inversión en infraestructura vehicular en la administración estatal que está por concluir incentivó el uso del automóvil y a final de cuentas, con el creciente parque de automotores —casi un millón 800 mil circulando por la metrópoli—, la ciudad avanza con rapidez para convertirse en un gran estacionamiento.
“Es una ciudad estrangulada, no obstante que se han hecho inversiones importantes en materia de vialidad en sus calles y avenidas”. Por lo anterior, indicó, resulta contraproducente generar obras para el vehículo.
No se trata sólo de generar infraestructura, dijo, sino de crear un sistema de movilidad que impulse la utilización del transporte público, así como de buscar mecanismos que premien el desuso del automóvil.
Aunque de acuerdo con los estudios de la Secretaría de Vialidad y Transporte (SVyT) la velocidad promedio en la metrópoli es de 24 kilómetros, Fernández Acosta consideró que podría rondar en realidad los 15 kilómetros por hora.
Pidió a las autoridades estatales entrantes que tomen el ejemplo de lo que ha venido ocurriendo para que le apuesten a la inversión en transporte público, la creación de líneas del servicio masivo y el mejoramiento del convencional.
Añadió que la inversión realizada en infraestructura vial en muchos casos ha sido “inconveniente”, al no tener una visión integral.
“Lo que se ha invertido en infraestructura ha sido inconveniente: como que no se ha estudiado el fenómeno en su conjunto, se hacen soluciones parciales por municipio o por ocurrencia”.
Como ejemplo se refirió al Puente Matute Remus, en el que se invirtieron 500 millones de pesos, pero no resolvió los problemas viales de la zona en la que está asentada, aunque es una obra atractiva.
El especialista señaló que es necesario el equilibrio en las acciones de movilidad y apostarle de manera contundente al transporte público. En contraste, la inversión en infraestructura vehicular en la administración estatal que está por concluir incentivó el uso del automóvil y a final de cuentas, con el creciente parque de automotores —casi un millón 800 mil circulando por la metrópoli—, la ciudad avanza con rapidez para convertirse en un gran estacionamiento.
“Es una ciudad estrangulada, no obstante que se han hecho inversiones importantes en materia de vialidad en sus calles y avenidas”. Por lo anterior, indicó, resulta contraproducente generar obras para el vehículo.
No se trata sólo de generar infraestructura, dijo, sino de crear un sistema de movilidad que impulse la utilización del transporte público, así como de buscar mecanismos que premien el desuso del automóvil.
Aunque de acuerdo con los estudios de la Secretaría de Vialidad y Transporte (SVyT) la velocidad promedio en la metrópoli es de 24 kilómetros, Fernández Acosta consideró que podría rondar en realidad los 15 kilómetros por hora.
Pidió a las autoridades estatales entrantes que tomen el ejemplo de lo que ha venido ocurriendo para que le apuesten a la inversión en transporte público, la creación de líneas del servicio masivo y el mejoramiento del convencional.
Añadió que la inversión realizada en infraestructura vial en muchos casos ha sido “inconveniente”, al no tener una visión integral.
“Lo que se ha invertido en infraestructura ha sido inconveniente: como que no se ha estudiado el fenómeno en su conjunto, se hacen soluciones parciales por municipio o por ocurrencia”.
Como ejemplo se refirió al Puente Matute Remus, en el que se invirtieron 500 millones de pesos, pero no resolvió los problemas viales de la zona en la que está asentada, aunque es una obra atractiva.
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