Jalisco

Imprescindible, ''ejército amarillo'' del CRIT Occidente

Sin percibir salario alguno, el cuerpo de voluntarios es parte fundamental en la rehabilitación de los pacientes

GUADALAJARA, JALISCO (24/JUL/2012).- Para muchos, son los ángeles que deambulan por los pasillos y oficinas del Centro de Rehabilitación Infantil Teletón (CRIT) Occidente. Donde se vislumbra una camisa amarilla, ahí hay ayuda, hay esperanza y hay servicio. Son los voluntarios del CRIT Occidente. Aquellas personas que de manera desinteresada acuden día a día a prestar sus servicios a este centro de rehabilitación con un único objetivo: ayudar. No perciben un salario ni ningún tipo de ayuda económica, para ellos, basta con una sonrisa y un “¡gracias!” de los pacientes que acuden a diario a recibir sus terapias.

“Voluntariado es el área que integra el modelo de atención del Sistema CRIT Teletón. No somos un área apartada, sino que participamos en la rehabilitación de los niños de manera social y espiritual”, explica Dolores de la Cerda, directora de Voluntariado del CRIT Occidente.

“El amor y la ciencia al servicio de la vida”, reza el lema de Teletón. Así es como el “ejército amarillo” trabaja cada día. El aspecto emocional y espiritual es la médula de operaciones de cada uno de ellos: “Fortalecemos el espíritu de las personas, pero no a base de religiosidad, sino de amor; cuando el amor se manifiesta, se logran cosas impresionantes”.

Este grupo de voluntarios realiza diversas actividades, mediante las cuales logran involucrarse de manera directa con los pacientes. Desde el recibimiento en las puertas del CRIT, hasta la organización de las más de mil 200 citas diarias de este centro de rehabilitación. Realizan también actividades sociales como primeras comuniones, para apoyar a algunas familias.

La mayoría de los voluntarios son mujeres de edad adulta, aunque también hay jóvenes. Las jornadas laborales son de cuatro horas a la semana y los únicos requisitos son: voluntad de ayudar y comprometerse a definir un horario y días específicos. De anécdotas que lo ilustran está lleno el CRIT.

“Una vez hubo un señora que fue voluntaria. Viajó a otro Estado por razones personales, pero, en el tiempo que estuvo con nosotros, imprimió todo su corazón para ayudar a los pacientes. En una ocasión, una chica, madre de un niño especial, volvió después de algún tiempo a buscar a la voluntaria, pues aseguró que, gracias a su apoyo, había recapacitado de no quitarse la vida”.

Es sólo una muestra de lo que logran los voluntarios. La suma de las camisas amarillas los convierte en un ejército de esperanza.

FRASE

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No somos un área apartada, sino que participamos en la rehabilitación de los niños de manera social y espiritual "

Dolores de la Cerda,

directora de Voluntariado del CRIT Occidente
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