Jalisco

Horror

La que vamos a ver hoy es, quizá, la marcha más numerosa en muchos años. Según los udegeístas, sacarán a la calle a 50 mil personas

La que vamos a ver hoy es, quizá, la marcha más numerosa en muchos años. Según los udegeístas, sacarán a la calle a 50 mil personas, entre estudiantes, maestros y simpatizantes (seguro estarán los contingentes del PRD del ala Padilla, las ONG’s cercanas a la Universidad, etcétera).

Los panistas dirán que los mítines de Clouthier y Fox, así como las manifestaciones de 1988, en protesta por el fraude electoral, fueron mayores, pero ninguna superó las 25 mil ó 30 mil personas. Quizá la que se pueda acercar a la cifra de 50 mil es la de “Una Sola Voz”, marcha organizada por un grupo amplio y plural tras el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo en 1993. Allí marcharon la derecha, la izquierda, los liberales, los conservadores, los grupos de damnificados del 22 de abril, las damas de negro y hasta el entonces gobernador, Carlos Rivera Aceves, que prefirió protestar contra quien resulte responsable antes que asumir que el responsable de la seguridad era él. Falta que la Universidad logre realmente esa cifra,  porque es el siguiente round: mañana a mediodía comienza la “guerra” entre los bandos para exagerar para arriba y para abajo.

La encuesta que publicamos hoy en estas páginas es muy reveladora. La opinión pública está  dividida, pero hay un mayor porcentaje de la población que piensa que la Universidad necesita más recursos. Los ciudadanos tienen claro que la UdeG es un activo para Jalisco.

Y tiene una calificación de 7.5 entre la comunidad, muy superior a la de su líder, Raúl Padilla, que tiene 5.44. Emilio González Márquez tiene 5.89. Por otro lado, si bien hay más personas que creen que el Gobierno destina suficiente dinero a la UdeG, hay más personas que consideran que en este conflicto particular, la razón la tiene la Universidad.

Finalmente, la característica más destacada de los políticos son ambas negativas. A Raúl Padilla lo identifican como cacique y al gobernador Emilio González Márquez como intransigente. Esto es, las campañas negativas, a las que ambas partes le han gastado tanto dinero, están dando resultados: la imagen de ambos está sufriendo serios daños. ¿Hasta dónde van a llegar? ¿Hasta que ambos destruyan su imagen pública? ¿Se acabarán nuestro dinero en desbaratarse uno al otro?

La política es cosa extraña: se gasta más tiempo, dinero y energía en destruir al enemigo, que en construir consensos. Cuando ambas partes estén heridas y el daño sea mayor, se sentarán (esperamos) y arreglarán en media hora lo que destruyeron en tres meses y a un costo de decenas de millones de pesos.

Con lo que terminarán gastando ambas partes en campañas mediáticas y en movilizaciones se pudo haber construido un prepa. Horror.
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