Jalisco

Habitantes de Los Encinos temían que la toma clandestina estallara

Tres mil personas tuvieron que dejar sus casas ante el riesgo

TLAJOMULCO DE ZÚÑIGA, JALISCO (13/ABR/2017).- Faltaba poco para la medianoche cuando Saúl Iván regresaba de un partido de futbol a su casa, en el Fraccionamiento Los Encinos, en Tlajomulco. Sin embargo, en lugar de encontrarse con calles desiertas y silencio encontró que cientos de personas estaban desorientadas afuera de sus casas y otras más caminaban a contracorriente.

“Me saqué de onda porque era muy tarde, yo fui a jugar y dije: ‘Ah, mucha gente, pues a lo mejor por las vacaciones, tan tarde y la gente afuera’”.

Cuando llegó a su casa se enteró de que había una fuga a unos 500 metros. Ahí le llegó el temor de que aquello se saliera de control, por lo que tomó su credencial y se fue con sus papás a Guadalajara.

“Sí me saqué de onda porque sí se veía el chorro grande saliendo, se veía como humo lejos. Pasó la patrulla y que evacuáramos el lugar, que con calma. Pues con calma empezaron a salir todos y se armó un poquito el caos en la noche, de que salían todos con sus carros, se embotelló aquí el fraccionamiento”.

Tal alerta provocó incertidumbre y temor general, reconoció el director de Bomberos, Rodrigo Arellano. “En la noche se presentaron 12 personas que fueron atendidas por Servicios Médicos. Presentaron crisis nerviosa porque se encontraban dormidos y fueron despertados de una forma repentina y no sabían qué ocurría. Pensaban que estaban en riesgo”.

Fueron tres mil personas las evacuadas que se fueron con familiares o a los albergues. A las 3:30 de la mañana, cuando los Bomberos se disponían a evacuar también Villas Terranova y Los Robles, se suprimió la fuga, por lo que sólo los de Los Encinos resultaron afectados por la toma clandestina.

A las nueve de la mañana, cuando se permitió a la gente regresar, Carla Montaño estaba aún nerviosa. Contó que tomó a sus dos hijas y junto con su esposo salieron del coto. “Se le viene a uno a la mente lo de las explosiones, no sabe uno qué está pasando, sí se asusta uno”.

Una vecina fue la que alertó a Marco Antonio de la Cruz, quien vive en los departamentos más cercanos de donde se fugaba el combustible. “Nos dijo que había una fuga de unos ductos de gasolina. De hecho estábamos dormidos y nomás llegó y tocó”.

José, en cambio, no le creyó a su vecino cuando le dijo que se tenía que salir de su casa. “Ya lo iba a golpear, pensé que estaba jugando, que me iba a pedir dinero. Pero ya vi todas las patrullas aquí y a correr”. Él, su hijo y su mamá se quedaron a dormir en su coche frente al fraccionamiento.

Luis Alberto Bañuelos se fue con sus familiares a un fraccionamiento vecino con el temor de una tragedia. “Simplemente pensando en lo que fue el 22 de abril, recordé esos hechos y hay que salirnos”.

El presidente municipal, Alberto Uribe, quien atendió el incidente, se quejó del personal de Pemex, que además de tardar mucho en llegar se desentendió de la contingencia. “Terminaron de cerrar y se retiraron del lugar, no están trabajando en la remediación de los daños”.

El municipio tuvo que comprar químicos para aplicar al suelo afectado para evitar un incendio. “Vale 600 dólares el barril, nosotros tuvimos que comprar 10. Ése es el trabajo de Pemex”.

Al final de la contingencia, Carla Montaño aprovechó para increpar a los criminales que se dedican al robo de hidrocarburos: “Que ya no se lo roben porque nos ponen en riesgo a muchísima gente”.

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