Jalisco
Gaudencio Mancilla solicita audiencia con Aristóteles
El líder nahua pide que el gobernador escuche su postura respecto a torturas que sufrió
Aristóteles Sandoval Diaz, una ''audiencia con el objetivo de escuchar de su parte su postura y explicaciones, respecto de la tortura y
detención injustificada de que fui objeto el pasado 22 de agosto del presente año, acciones llevadas a cabo por elementos de la Fiscalía General del Estado de Jalisco''.
Mancilla Barragán asegura que los elementos de la corporación de seguridad lo aprehendieron en la sierra, en las inmediaciones de su domicilio - ubicado en la comunidad de la Guayaba- e ingresaron a la fuerza a su vivienda y a la de varios de sus vecinos.
Los gendarmes, según relata el indígena, lo acusaron ''de portación de arma de fuego, sin que hubiere mediado ninguna orden judicial y sustrayendo importantes documentos originales relativos a su lucha jurídica contra la explotación de mineras y madereras''.
A continuación se anexa contenido íntegro del resto del comunicado:
Por lo anterior, considero que se violaron gravemente mis derechos humanos y exijo de usted explicaciones al respecto, así como la implementación de las medidas pertinentes encaminadas a evitar que en el futuro ocurran esta clase de acciones al seno de nuestras comunidades. Igualmente, solicito de su parte las medidas de protección necesarias para salvaguardar mi integridad física y moral ante la creciente ola de amenazas contra mi persona y otros miembros de la comunidad.
Desde hace años nuestras comunidades han denunciado el saqueo a cargo de las madereras y mineras que operan en la región, y se han organizado para impedir la explotación masiva y inconsciente de los recursos. Todo ello ha generado por parte de aquellas empresas las amenazas y hostigamiento que en su momento denunciamos, además de la creciente ola de desapariciones y asesinatos no aclarados.
Ante los graves incidentes ocurridos en la región, las autoridades estatales y federales han permanecido omisas. Al respecto, deseo rescatar la memoria de mi compañero Celedonio Monroy Prudencio, desaparecido el 22 de octubre del 2012 en el marco del mismo hostigamiento y amenazas que padece su servidor, por las mismas razones. Hasta la fecha nuestro compañero permanece desaparecido.
Igualmente, quisiera recordarle que apenas el 17 de junio pasado, otro comando de sujetos armados, identificados como representantes de una falsa minera, se presentaron en mi domicilio con el objetivo de levantarme, por lo que tuve que internarme en la sierra.
Quisiera expresarle que resulta imperioso para la confianza pública en las instituciones de seguridad de nuestro Estado, que nos explique usted a todos los jaliscienses cuáles son las medidas que habrá de tomar para impedir que acciones como la que he padecido vuelvan a ocurrir en el futuro, o para que nos informe por qué y cómo acciones parecidas contribuyen a rescatar la precaria confianza en las instituciones públicas del Estado.
Considero que el panorama que podemos concluir de lo anterior no es alentador, ya que si usted no hubiese estado al tanto de lo que la Fiscalía General planeaba y realizaba, estaríamos ante una grave falta de control de su parte de las instituciones de seguridad del Estado; pero si, por el contrario, usted hubiese estado al tanto de dichas acciones, esto es, si dichos actos vergonzosos hubiesen sido cometidos con el consentimiento de su persona, entonces estaríamos frente a una detención arbitraria con fines políticos y un gravísimo abuso de autoridad de su parte, lo que conllevaría una enérgica condena de la sociedad y haría necesario tomar las acciones jurídicas pertinentes para el caso.
Resulta imprescindible que el Estado de Jalisco se comprometa públicamente a defender los derechos humanos de las comunidades indígenas afectadas por las acciones criminales de las madereras, así como por la voracidad comercial de la grandes mineras transnacionales que expolian los recursos de nuestras tierras, a pesar de las determinaciones legales que lo impiden, y que son fruto de nuestra legítima y continua lucha.
Estoy aquí para exigir el derecho y el respeto a la protesta social legítima y pacífica, y para conocer de primera mano su disposición en dicho sentido. Vengo a comunicarle que nuestras comunidades se encuentran cotidianamente acosadas y amenazadas, por defender su derecho legítimo a preservar sus tierras, que son el sustento de nuestra vida diaria.
Estoy aquí porque deseo saber si ante este embate criminal por parte de las mineras, que diariamente expolian nuestros recursos ante la omisión de las autoridades competentes, el Gobierno del Estado se encuentra del lado de los afectados o del lado de los poderosos intereses económicos que representan las mineras, en menoscabo de nuestros recursos naturales, de nuestro entorno y de nuestra dignidad como pueblos indígenas y como jaliscienses.
Igualmente, estoy aquí porque deseo expresarle que no desistiremos en nuestra lucha, porque deseo que sepa usted de primera mano que la valentía de nuestros pueblos no tiene caducidad, y que la determinación por defender nuestra dignidad está más allá del tiempo y de nuestra propia vida, porque tiene que ver con nuestro futuro y supervivencia como pueblos.
GUADALAJARA, JALISCO (28/AGO/2013).- A través de un comunicado de prensa, Gaudencio Mancilla Roblado -indígena defensor de los derechos agrarios de Ayotitlán, municipio de Cuautitlán de Barragán-, solicitó al gobernador de Jalisco,
Mancilla Barragán asegura que los elementos de la corporación de seguridad lo aprehendieron en la sierra, en las inmediaciones de su domicilio - ubicado en la comunidad de la Guayaba- e ingresaron a la fuerza a su vivienda y a la de varios de sus vecinos.
Los gendarmes, según relata el indígena, lo acusaron ''de portación de arma de fuego, sin que hubiere mediado ninguna orden judicial y sustrayendo importantes documentos originales relativos a su lucha jurídica contra la explotación de mineras y madereras''.
A continuación se anexa contenido íntegro del resto del comunicado:
Por lo anterior, considero que se violaron gravemente mis derechos humanos y exijo de usted explicaciones al respecto, así como la implementación de las medidas pertinentes encaminadas a evitar que en el futuro ocurran esta clase de acciones al seno de nuestras comunidades. Igualmente, solicito de su parte las medidas de protección necesarias para salvaguardar mi integridad física y moral ante la creciente ola de amenazas contra mi persona y otros miembros de la comunidad.
Desde hace años nuestras comunidades han denunciado el saqueo a cargo de las madereras y mineras que operan en la región, y se han organizado para impedir la explotación masiva y inconsciente de los recursos. Todo ello ha generado por parte de aquellas empresas las amenazas y hostigamiento que en su momento denunciamos, además de la creciente ola de desapariciones y asesinatos no aclarados.
Ante los graves incidentes ocurridos en la región, las autoridades estatales y federales han permanecido omisas. Al respecto, deseo rescatar la memoria de mi compañero Celedonio Monroy Prudencio, desaparecido el 22 de octubre del 2012 en el marco del mismo hostigamiento y amenazas que padece su servidor, por las mismas razones. Hasta la fecha nuestro compañero permanece desaparecido.
Igualmente, quisiera recordarle que apenas el 17 de junio pasado, otro comando de sujetos armados, identificados como representantes de una falsa minera, se presentaron en mi domicilio con el objetivo de levantarme, por lo que tuve que internarme en la sierra.
Quisiera expresarle que resulta imperioso para la confianza pública en las instituciones de seguridad de nuestro Estado, que nos explique usted a todos los jaliscienses cuáles son las medidas que habrá de tomar para impedir que acciones como la que he padecido vuelvan a ocurrir en el futuro, o para que nos informe por qué y cómo acciones parecidas contribuyen a rescatar la precaria confianza en las instituciones públicas del Estado.
Considero que el panorama que podemos concluir de lo anterior no es alentador, ya que si usted no hubiese estado al tanto de lo que la Fiscalía General planeaba y realizaba, estaríamos ante una grave falta de control de su parte de las instituciones de seguridad del Estado; pero si, por el contrario, usted hubiese estado al tanto de dichas acciones, esto es, si dichos actos vergonzosos hubiesen sido cometidos con el consentimiento de su persona, entonces estaríamos frente a una detención arbitraria con fines políticos y un gravísimo abuso de autoridad de su parte, lo que conllevaría una enérgica condena de la sociedad y haría necesario tomar las acciones jurídicas pertinentes para el caso.
Resulta imprescindible que el Estado de Jalisco se comprometa públicamente a defender los derechos humanos de las comunidades indígenas afectadas por las acciones criminales de las madereras, así como por la voracidad comercial de la grandes mineras transnacionales que expolian los recursos de nuestras tierras, a pesar de las determinaciones legales que lo impiden, y que son fruto de nuestra legítima y continua lucha.
Estoy aquí para exigir el derecho y el respeto a la protesta social legítima y pacífica, y para conocer de primera mano su disposición en dicho sentido. Vengo a comunicarle que nuestras comunidades se encuentran cotidianamente acosadas y amenazadas, por defender su derecho legítimo a preservar sus tierras, que son el sustento de nuestra vida diaria.
Estoy aquí porque deseo saber si ante este embate criminal por parte de las mineras, que diariamente expolian nuestros recursos ante la omisión de las autoridades competentes, el Gobierno del Estado se encuentra del lado de los afectados o del lado de los poderosos intereses económicos que representan las mineras, en menoscabo de nuestros recursos naturales, de nuestro entorno y de nuestra dignidad como pueblos indígenas y como jaliscienses.
Igualmente, estoy aquí porque deseo expresarle que no desistiremos en nuestra lucha, porque deseo que sepa usted de primera mano que la valentía de nuestros pueblos no tiene caducidad, y que la determinación por defender nuestra dignidad está más allá del tiempo y de nuestra propia vida, porque tiene que ver con nuestro futuro y supervivencia como pueblos.
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