Jalisco

Fiestas de los Reyes Magos terminan con saldo blanco

La tradición marca que el 7 de enero se realice la peregrinación, con un recorrido en lancha en la laguna de la comunidad de Tlajomulco

CAJITITLÁN, JALISCO (08/ENE/2013).- La afluencia de fieles que han acompañado a Melchor, Gaspar y Baltasar en su celebración anual por un año próspero en la Laguna de Cajititlán rebasa el medio millón. Protección Civil de Tlajomulco de Zúñiga confirmó que desde el 30 de diciembre son 570 mil visitantes a la celebración, que este año cumplió su edición 426.

El director de la corporación, Felipe de Jesús López Sahagún, confirmó que ayer, el día de mayor afluencia, apenas alcanzó a reunir 70 mil feligreses. “Pero vendrán aún más, muchas personas se van pero siguen llegando por el baile de la noche”.

En contraste con otras ediciones, este 7 de enero el malecón lució menos lleno, por lo que las complicaciones para recorrer las vialidades no fueron tantas como en años pasados.

Los incidentes, detalló el mando rescatista, han sido los menos. Reportó 24 niños extraviados (y encontrados) a la fecha, y una volcadura durante la madrugada del pasado 5 de enero con saldo de dos personas lesionadas de gravedad, a quienes se les encontraron restos de bebidas alcohólicas.

La tarde de ayer, López Sahagún calculó que la cifra de visitantes sería mayor, de casi un millón, pero al ser día hábil ésta no fue la esperada. Pese a ello, los camiones foráneos abarrotaron las proximidades de la central del pueblo, y en algunos puntos del día hubo problemas para encontrar estacionamiento en las zonas próximas al tianguis.

En esta ocasión, el invitado a la celebración fue el arzobispo de Guadalajara, Francisco Robles Ortega, quien ofició la misa, programada después de la peregrinación de las esculturas de los Reyes Magos por las calles de Cajititlán.

La celebración se realiza cada día 7 de enero porque los antiguos pobladores de la laguna creían en una deidad (Machís) que no les permitía pescar si se molestaba. Y para mantenerla contenta, el séptimo día del año subían a sus canoas y arrojaban a la laguna ofrendas.

Cuando los franciscanos imponen la religión católica el recorrido se mantuvo, pero ahora son las esculturas de los Reyes Magos las que recorren el espejo de agua.

Este culto comenzó en 1500, y desde entonces Cajitilán alberga año con año el festejo de los Santos Reyes.

Las calles del pueblo resuenan con música popular y pirotecnia, también hay danzas prehispánicas para festejar a las figuras. Es justo la combinación los dos últimos elementos la que vuelve a esta celebración una expresión fiel del mestizaje: con danzas nativas mexicanas se festeja a patrones occidentales, explica el historiador experto en temas religiosos, Fabián Acosta Rico.

CRÓNICA
Hay que acampar para vender


Como los feligreses que acampan en las fueras de la parroquia de los Santos Reyes en Cajititlán, comunidad de Tlajomulco de Zúñiga, los comerciantes adaptan el espacio cercano al templo para pasar la noche, incluso las camionetas en las que transportan su mercancía o las instalaciones de sus puestos sirven de cama.

“Ya estoy viejo, pero tengo que hacer la lucha para comer. No he dormido nada”, expresa Roberto Anguiano, de 82 años. Él pasó la noche en vela vendiendo café y canela, mientras su esposa duerme, luego ella lo releva, pero el producto ya no son las bebidas, sino los salchipulpos.

Esta pareja tiene que turnarse porque no hay quien les cuide sus cosas, expresa este comerciante.

Sobre la banqueta, envuelto en una cobija y con dos latas de cervezas por un lado, despertó Víctor Martínez, de 17 años, quien asiste a las fiestas de Cajititlán a vender fresas con crema. Así son los días de trabajo fuera, dice.

Pero no toda la vendimia por la celebración de los Reyes Magos es comida y artículos religiosos, Raúl Báez, por ejemplo, vende perfumes de imitación en un puesto a un lado del kiosco de la comunidad de Tlajomulco de Zúñiga.

Él viene de la Colonia Polanco, de Guadalajara, y dice que en un día de fiesta en Cajititlán saca más que en uno en su puesto; ayer, por ejemplo, su ganancia fue de más de cuatro mil pesos.

CRÓNICA
El camino es lo más importante


En esta celebración es mejor estar afuera y dentro de las líneas marcadas por las sogas, pero hay que estar dispuesto a inclinarse casi hasta el suelo, acción que para los creyentes de los Reyes Magos tendrá como recompensa: bendiciones.

María de Jesús Manzo es una de las casi un millón de personas que asistió a la edición 426 de las fiestas de los Reyes Magos, de Cajititlán, comunidad de Tlajomulco de Zúñiga. Ella está afuera del templo, en el atrio, y dentro de las líneas de las sogas. Ahí, espera junto con su hija de tres años, Jennifer Guadalupe Marín, la salida de las esculturas para inclinarse y tratar de tocar, mientras pasan por su cabeza, la base o la capa de una de las tres figuras.

Y María de Jesús lo logra. Ella, quien vive en Guadalajara, extiende su mano junto con la de su hija y tocan la base donde se transporta a Baltasar.

Para María de Jesús es importante que su hija, que viste como Reyes Magos con una corona de papel dorado, conozca la tradición del 7 de enero, cuando las esculturas recorren la laguna de Cajititlán en lancha.

FIGURAS
Datos históricos


1587: Fray Alonso Ponce mandó hacer las figuras de los tres Reyes Magos con madera de mezquite.

1634: Se inició la construcción de la parroquia que alberga a los Santos Reyes.

1905: Después de realizar su tradicional recorrido por la laguna, ocurrió un accidente que dañó a las figuras. El padre Tiburcio Lozano las sustituyó y escondió las originales, aunque informó que sólo las había restaurado.

1932: Luego de aparecer un hormiguero en la sacristía del templo, el padre Rosario Gutiérrez ordenó una excavación, en la cual se encontraron las figuras antiguas.

RITUAL
Tiempos prehispánicos


La tradición de pasear las figuras de los Reyes Magos por la Laguna de Cajititlán se remonta a tiempos prehispánicos, cuando los nativos del lugar tenían el ritual de adornar sus canoas y pasear por las aguas para aventar ofrendas a su deidad llamada “Machis”, durante la primera semana de enero. La costumbre cambió a la llegada de los franciscanos, quienes sustituyeron el motivo de la celebración por Reyes Magos.
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