Jalisco
Fieles invaden calle Morelos por misa de la Virgen de Zapopan
Miles de personas asisten a la celebración de ''La Generala'' que llegará mañana a la Basílica
GUADAJALARA, JALISCO (11/OCT/2013).- Al costado derecho del altar instalado al pie del Instituto Cultural
Cabañas estaba la imagen de la
Virgen de Zapopan, adorada y seguida por miles de personas durante su periplo por toda la ciudad y que mañana llegará a su
Basílica.
Al frente de la imagen miles de personas escuchaban atentamente la misa dedicada a " La Generala", invadiendo toda la explanada del Cabañas y parte de la calle Morelos, donde las bancas no fueron impedimento para seguir el ritual.
Tras la lectura del evangelio y el mensaje especial del cardenal Francisco Robles Ortega, la gente que por momentos parecía impávida se inclinó a lados para la el saludo de paz fraterno, como se acostumbra en los rituales.
El eco de la voz del cardenal era opacada en ocasiones por vendedores ambulantes y miembros de órdenes religiosas que ofrecían programas. "A diez" o "con lo que quieran cooperar", decían dependiendo la oportunidad.
Las ofertas provocaron que una señora reclamara a la religiosa que ofertara los programas en plena misa. A lo que le respondió "a mí me obligan, no me puedo ir". El incidente quedó resuelto.
Al final con un mensaje de paz, y de petición de oraciones para erradicar la violencia en el país, el cardenal terminó la misa para trasladar a la imagen de la Virgen de Zapopan a su lugar de descanso en la Catedral para llevarla siguiente día a su hogar: la Basílica de Zapopan.
Al frente de la imagen miles de personas escuchaban atentamente la misa dedicada a " La Generala", invadiendo toda la explanada del Cabañas y parte de la calle Morelos, donde las bancas no fueron impedimento para seguir el ritual.
Tras la lectura del evangelio y el mensaje especial del cardenal Francisco Robles Ortega, la gente que por momentos parecía impávida se inclinó a lados para la el saludo de paz fraterno, como se acostumbra en los rituales.
El eco de la voz del cardenal era opacada en ocasiones por vendedores ambulantes y miembros de órdenes religiosas que ofrecían programas. "A diez" o "con lo que quieran cooperar", decían dependiendo la oportunidad.
Las ofertas provocaron que una señora reclamara a la religiosa que ofertara los programas en plena misa. A lo que le respondió "a mí me obligan, no me puedo ir". El incidente quedó resuelto.
Al final con un mensaje de paz, y de petición de oraciones para erradicar la violencia en el país, el cardenal terminó la misa para trasladar a la imagen de la Virgen de Zapopan a su lugar de descanso en la Catedral para llevarla siguiente día a su hogar: la Basílica de Zapopan.
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