Jalisco

Festín de cristianos y paladares curiosos

Miles de feligreses se dirigen a La Generala a agradecer favores, cumplir mandas y hacer peticiones especiales

GUADALAJARA, JALISCO (11/OCT/2014).- Antes de que la Virgen de Zapopan llegara a la Catedral Metropolitana desde la explanada del Cabañas al terminar su Misa de Patrocinio, ya se enfilaban en dos columnas miles de feligreses a las afueras del templo para visitar a La Generala y agradecer favores, cumplir mandas, hacer peticiones especiales o pernoctar con ella hasta las cinco de la mañana del domingo para la misa de despedida, rumbo a Zapopan.

Mientras las gruesas filas de cristianos esperando a la Virgen ocupaban el carril completo de Avenida 16 de Septiembre en su sentido hacia el norte, todo alrededor era una fiesta para los romeros. Sacerdotes, seminaristas, religiosos y laicos se encontraron en la andanza del Cabañas a la Catedral enmarcados por el gusto de ver una comunidad católica celebrando a una de las advocaciones de la Virgen María.

"¡Padre Arturo, Padre Arturo, Padre Arturo! ¿Se acuerda de mí?", le dijo un niño de siete años a uno de los miles de presbíteros que formó parte de la comitiva de La Generala rumbo a la Catedral. El clérigo lo escuchó y se acercó al perímetro desde donde el pequeño le gritaba con el ímpetu de un fan que se encuentra a su artista favorito, y lo saludó.

Con el gesto no solo él brincó de gusto sino también su hermana mayor y sus papás, quienes besaron la mano del sacerdote y hablaron un con él unos minutos sobre la parroquia en la colonia Ciudad Granja donde se conocieron. "Padre, ¡un gusto saludarlo!", le gritaba la familia mientras lo veía integrarse de nuevo al caudal de religiosos que custodiaba a la Virgen.

Así como la familia seguía buscando sacerdotes conocidos entre el río de gente que no paraba de avanzar, los mismos clérigos bromeaban entre sí y vitoreaban a su venerada imagen, otros rezaban el rosario y otros tantos corrían a ajustar detalles para la pernocta en Guadalajara de su festejada.

A la par, los vendedores no perdían oportunidad de ofrecer a los más devotos y mujeres mayores el calendario 2015 de la zapopana sola, con el papa Francisco y con Juan Pablo Segundo, había variedad por 10 pesos.

Tampoco faltó el morral de 20 pesos con las mismas estampas, las banderas, los rosarios, los libros de oración ni las pulseras alusivas al 280 aniversario de la Romería. Y aunque estuvo soleado, ya a eso de las seis de la tarde empezó a caer una lluvia ligera que tampoco dejaron pasaron los vendedores, pues se prepararon con impermeables de 10 pesos.

En lo que van o vienen de visitar a la Virgen, muchos no se resisten la variedad gastronómica y quedan seducidos por el olor a leña calentando el comal, pues está prohibido usar gas. Escogen desde un agridulce turrón hasta tradicionales platillos mexicanos que venden senadurías ambulantes, que consiguieron permiso para vender en las plazas Tapatía, Liberación y Guadalajara.

En la Romería no solo se percibe un festín de fe y devoción, sino de diversidad culinaria que al igual que los romeros, viene de distintas partes del país.

EL INFORMADOR / VIOLETA MELÉNDEZ
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