Jalisco

Familias destinan recursos de remesas a gasto diario

Del dinero enviado por connacionales que radican en EU, 80% se utiliza para solventar gastos como alimentación, vestido y rentas, entre otros

GUADALAJARA, JALISCO (12/SEP/2011).- Según el investigador del Centro Universitario de los Valles, Jesús Meza Tapia, sólo 2% de las remesas envidas desde Estados Unidos se destinan a proyectos productivos, dado que la gran mayoría de los recursos se canalizan en 80% al gasto corriente de las familias para enfrentar necesidades de la vida cotidiana, como alimentación, vestido, rentas, gastos médicos y otros renglones del día a día.

Con base en investigaciones del Congreso de la Unión, este académico refirió que también se destaca que 8% de las remesas se destinen a gastos en materia educativa.

Ante el impacto que suponen las remesas para la vida cotidiana de muchos municipios del país, y de Jalisco en particular, Meza Tapia señaló que estos ingresos “son una auténtica válvula de escape y todo un fenómeno social”, para abatir la falta de ingreso bien remunerado en los empleos generados en el aparato productivo nacional.

Indico que la Región Valles, desde los ranchos pequeños, hasta poblaciones como Ameca y Tala, tienen gran dependencia de las remesas de sus emigrados, como ocurre con por lo menos un millón 300 mil familias jaliscienses con residentes legales en Estados Unidos.    

Envíos en especie

Ante las facilidades que se tienen por la exhibición de productos en el ciberespacio y la apertura de tiendas mexicanas de electrodomésticos en Estados Unidos, una tendencia creciente es que los paisanos radicados en California ya mandan las remesas convertidas en bienes de consumo duradero, como televisores, computadoras, lavadoras, refrigeradores y otros artículos.

Al respecto, dependientes de una cadena de estos productos comentaron que es creciente esta forma de gastar las remesas. Un empleado dijo que se tiene la ventaja para muchos consumidores de poblaciones alejadas de las grandes urbes de un ahorro importante en gastos de flete, con las compras desde la Unión Americana.

Al respecto, el ganadero de Villa Guerrero, de la Zona Norte de Jalisco, Servando Muro, refirió que en su pueblo la forma común del cambio de remesas es el banco o la casa de cambio, de modo que quien quiera otra forma tiene que  ir a ciudades más grandes de la región, como Jalpa o Tlaltenango, en el vecino Estado de Zacatecas.

Por su parte,   el diputado Noel Pérez de Alba expresó que en su ciudad natal, San Juan de los Lagos, sigue como reto pendiente en las políticas públicas el diseño de un mecanismo que reduzca “las excesivas comisiones de tiendas de empeño, casas de cambio y tiendas de autoservicio” en el cobro de las remesas.

El legislador también puntualizó que si bien las tiendas de electrodomésticos facilitan las compras de sus productos, sus presuntas ventajas en sus ventas a crédito generan pesadas deudas en familias que curiosamente dependen de las remesas enviadas por sus familiares.

Para saber

Cifras a nivel nacional

Año    Monto de remesas (millones de dólares)

2007   
26 mil 068

2008   
25 mil 138

2009   
21 mil 244

2010   
21 mil 271


Fuente:
Coepo, con datos de Banxico. 

Captación de remesas en Jalisco


Año    Millones de dólares

2008   
1,942.40

2009   
1,716.40

2010   
1,748.90

C R Ó N I C A

“Estados Unidos es una fantasía”

El camino es como copiado con papel mantequilla para todos los jóvenes de Zapotlán del Rey: en tercer año de secundaria tienen que empezar a planear cómo cruzar la frontera para iniciar una nueva vida en Estados Unidos. Otros, muy pocos, siguen sus estudios en Guadalajara.

A los 19 años, Norma emprendió ese camino con su esposo. Ambos consiguieron empleo en Chicago, ella en un autolavado; él, en la construcción. Su meta era ahorrar para comprar una casa, tener hijos y  arreglar los papeles de sus padres para que pudieran vivir “del otro lado”. Sólo entonces regresarían a su terruño.

Después de lavar 120 autos diarios durante 10 años logró su objetivo. Compró una casa, tuvo tres hijos y legalizó a sus padres. Aun así permaneció en Estados Unidos, hasta que cinco años después, la crisis financiera tocó a su puerta.

Ese año, 2008, la deuda de la casa de Norma se duplicó y alcanzó casi los 400 mil dólares. Ella intentó venderla, pero el mismo banco que le exigía un pago exorbitante, valuaba la casa en 180 mil dólares. “Llegó el momento en que teníamos que pagar tres mil dólares mensuales y con todo y los gastos de servicios, necesitábamos siete mil dólares. Para mí era muy difícil, porque era una casa que hasta diseñé a mi gusto y que logramos después de tantos años de trabajo, pero no teníamos opción: nos declaramos en banca rota y perdimos la propiedad”.

Perdió la casa, pero también el sueño que 15 años atrás la había llevado a aquel país. “Nos desmoralizamos porque los bancos no quisieron ayudarnos, el Gobierno tampoco, así que perdimos todo lo que ya habíamos pagado”.

El día que Norma se presentó en el juzgado había 89 personas antes que ella haciendo fila para declararse en banca rota. Cuando llegaron con la jueza, los felicitó por su historial crediticio y les dijo: “Ustedes son gente trabajadora. Mucha suerte y vuelvan a empezar”.

Pero ella decidió volver a empezar en Jalisco. “Tal vez podría haber trabajado más y más horas y algo habría hecho para pagar la deuda. Pero vi mi cuerpo cansado, acabado, con todos los huesos salidos; me perdí la infancia de mis hijas… y ¿a cambio de qué?, si todo mi esfuerzo de años se lo robaron los bancos”.

Norma vive en Zapotlán del Rey desde hace un año, en una casa mucho más grande que las típicas del pueblo, con ventanales al estilo gringo… cada vez es más común la influencia de los migrantes que regresan a invertir sus dólares en vivienda o nuevos negocios. Su esposo se quedó en Estados Unidos trabajando y le manda a su esposa mil dólares mensuales.

“Con eso acá vivo como millonaria. Nos alcanza para todo. Les pago hasta clases de jazz a mis hijas, colegio particular. Me siento más feliz que nunca, porque yo quería que mis hijas tuvieran la niñez que yo disfruté en mi tierra, porque allá no hay vida, ellas se la pasaban encerradas en casa y yo no podía ponerles atención. Llegaba tan cansada que no podía hacerles caso”.

Nadie dice la verdad. De eso está segura Norma. “Estados Unidos es una fantasía”, repite una y otra vez. “Es cierto que ganas mucho, pero todo lo debes, todo  te lo quita el Gobierno o los bancos. Allá vas a trabajar como animal y si no sacas el dinero suficiente, no puedes sobrevivir. Aquí en México no hay necesidad, allá sí hay crisis… simplemente ve cuántas familias viven como animalitos en una misma casa, porque la vida es muy cara. Allá no hay vecino que te dé unos nopalitos… Allá no tienes amigos que te visiten. Es el vacío absoluto, pero eso sí, con dólares en la bolsa”.

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