Jalisco
Falta labor de inteligencia para combatir prostitución, consideran
Académico señala que falta el trabajo de la Fiscalía debería ser planeado y no casual
GUADALAJARA, JALISCO (22/OCT/2013).- La detención de cinco personas dedicadas a la
prostitución de menores no representa un verdadero golpe a esta actividad delictiva, pues fue consecuencia de un arresto por el robo de un auto y no de una labor de inteligencia de la
Fiscalía para combatir este negocio ilegal, aseguró el especialista en seguridad pública de la Universidad Panamericana Gerardo de la Cruz.
"Lo importante sería que se llevara a cabo una redada general después de una investigación donde se ejerce la prostitución pero que fuera producto de una labor de inteligencia, no de forma casual, porque así en realidad no desarticulas nada", critica el experto.
Y es que señala que es evidente este tipo de actividades en calles del Centro de la ciudad como López Cotilla, Morelos, La Paz, Chapultepec, donde comúnmente se observan jóvenes por la noche que ofrecen servicios sexuales y que tienen personas detrás manejándolos, además de aquellos que como los detenidos este martes, se organizan por teléfono.
La gravedad de este tipo de negocios radica en que los menores de edad que son ofertados como producto pudieron haber sido robados incluso en otro país o estado, o bien, son obligados a sostener relaciones sexuales por dinero bajo amenazas.
Además, luego de un lapso en el que los jóvenes se encuentran bajo estas condiciones pueden desarrollar el síndrome de Estocolmo con sus explotadores, es decir, que establezcan una relación de dependencia al grado de sentir agradecimiento hacia ellos.
"Es una cuestión sicológica que tiene que ver son el instinto de sobrevivencia. Llega un momento en el cual la víctima llega a pensar que su vida está en manos de quien la está abusando y termina agradeciendo que no se la quite", explica De la Cruz.
Pero el riesgo no termina cuando se realizan detenciones como la de este martes, pues los menores que eran traficados al no conocer otra forma de vida y poder estar ya acostumbrados, podrían regresar a esta actividad por voluntad propia y ser presas fáciles de nuevos explotadores.
"Normalmente este tipo de conductas implica que aun cuando son rescatados, los menores regresen voluntariamente a esta actividad porque es una forma de vida que conocieron y es muy difícil que se logren integrar a un estilo de vida diferente, que va de la mano a la adicción a las drogas".
"Lo importante sería que se llevara a cabo una redada general después de una investigación donde se ejerce la prostitución pero que fuera producto de una labor de inteligencia, no de forma casual, porque así en realidad no desarticulas nada", critica el experto.
Y es que señala que es evidente este tipo de actividades en calles del Centro de la ciudad como López Cotilla, Morelos, La Paz, Chapultepec, donde comúnmente se observan jóvenes por la noche que ofrecen servicios sexuales y que tienen personas detrás manejándolos, además de aquellos que como los detenidos este martes, se organizan por teléfono.
La gravedad de este tipo de negocios radica en que los menores de edad que son ofertados como producto pudieron haber sido robados incluso en otro país o estado, o bien, son obligados a sostener relaciones sexuales por dinero bajo amenazas.
Además, luego de un lapso en el que los jóvenes se encuentran bajo estas condiciones pueden desarrollar el síndrome de Estocolmo con sus explotadores, es decir, que establezcan una relación de dependencia al grado de sentir agradecimiento hacia ellos.
"Es una cuestión sicológica que tiene que ver son el instinto de sobrevivencia. Llega un momento en el cual la víctima llega a pensar que su vida está en manos de quien la está abusando y termina agradeciendo que no se la quite", explica De la Cruz.
Pero el riesgo no termina cuando se realizan detenciones como la de este martes, pues los menores que eran traficados al no conocer otra forma de vida y poder estar ya acostumbrados, podrían regresar a esta actividad por voluntad propia y ser presas fáciles de nuevos explotadores.
"Normalmente este tipo de conductas implica que aun cuando son rescatados, los menores regresen voluntariamente a esta actividad porque es una forma de vida que conocieron y es muy difícil que se logren integrar a un estilo de vida diferente, que va de la mano a la adicción a las drogas".
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