Jalisco
Existen nexos entre director de los penales y “El Mike”
Habrían sido cercanos desde hace al menos 11 años, cuando José González Jiménez era jefe del Grupo Antisecuestros de la Policía Investigadora de la Procuraduría estatal de Justicia
“El Mike” y el titular de la Digpres ya se conocían
Aprobado: Luis Carlos Nájera y Tomás Coronado a comparecencia
GUADALAJARA, JALISCO (14/MAY/2010).- El “líder positivo”, como José González Jiménez, titular de reclusorios en Jalisco, calificó a Miguel Ángel Zazueta Ontiveros, “El Mike”, ha tenido relación con él desde hace 11 años. Al menos del tiempo cuando el funcionario se desempeñaba como jefe del Grupo Antisecuestros de la Policía Investigadora de la Procuraduría estatal de Justicia, en el año de 1999.
De acuerdo con el expediente 143/00-B del juez Cuarto de lo Penal en Jalisco, fechado el 26 de agosto de ese año, Zazueta Ontiveros recibió la orden de matar al, en ese entonces, líder del “autogobierno” en Puente Grande, Salvador Morfín Suárez, conocido como “El Comanche”.
Dado que “El Mike” se rehusó a hacerlo, nueve miembros de su familia fueron secuestrados. El encargado de dar seguimiento a uno de esos casos fue, precisamente, José González Jiménez, quien encabezó un operativo que permitió rescatar a un pariente de Miguel Ángel Zazueta.
Por otra parte, el ex director del Penal Preventivo, Héctor Medina Covarrubias, finalmente dio la cara a la luz pública, al acudir a una televisora para exponer la razón de su desaparición por casi siete días: estaba “sumamente enfermo”.
El ex funcionario aprovechó las cámaras para desconocer el “autogobierno” en el reclusorio, a pesar de que la Procuraduría General de la República (PGR) —instancia que lo considera sospechoso— oficializó este sistema imperante en dicha prisión el lunes pasado.
En medio de este escándalo y para explicar la serie de irregularidades que se han descubierto desde la movilización militar del 6 de mayo pasado en Puente Grande, los diputados citarán nuevamente a comparecer ante el pleno del Congreso al secretario de Seguridad Pública, Luis Carlos Nájera, y al procurador de Justicia, Tomás Coronado Olmos.
Héctor Medina, bajo sospecha por tráfico de armas en Reclusorio Preventivo: PGR
Tras siete días de ausentarse de su trabajo, el ex director del Reclusorio Preventivo de Puente Grande, Héctor Medina Covarrubias, ha dejado de estar a cargo del Complejo Carcelario Preventivo de Puente Grande. La Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE) reveló que ya existe un director interino; se trata del ex titular del Centro Integral de Justicia Regional (Ceinjure) de Tepatitlán, Felipe de Jesús Hernández Delgado.
Aunque buscó la ayuda de un medio informativo de televisión local, el otrora titular del complejo carcelario que ocultaba una serie de irregularidades en su operatibilidad es tomado como el principal sospechoso por la Procuraduría General de la República ( PGR).
De acuerdo con informes concedidos por la instancia, Medina Covarrubias “pudiera estar involucrado en la comisión de delitos contra la salud en el interior del reclusorio, en la modalidad de fomento”.
Dicha agravante, explicó la fiscalía, se aplica porque pudo haber posibilitado la introducción de las drogas, armas y electrónicos que fueron asegurados en la prisión a su cargo la noche del 6 de mayo pasado. Otro delito podría ser el de omisiones, dado que los operativos realizados en el penal fueron “inexistentes” o muy flexibles, pues nunca se localizaron las armas de asalto incautadas por el Ejército Mexicano.
Ayer, Héctor Medina Covarrubias dio la cara en un medio de comunicación local. Ante las cámaras de una televisora, se dijo “inocente” y justificó su desaparición en el cargo con el pretexto de que se hallaba “sumamente enfermo”.
El miércoles pasado, tras una visita guiada al Centro de Readaptación Social (CRS), el secretario de Seguridad Pública, Luis Carlos Nájera, declaró que ya había tratado de contactarlo, pero no había contestado sus llamados.
En su aparición ante videocámaras, y a pesar de la evidencia oficializada por la PGR, Medina Covarrubias negó que existiera autogobierno en el Reclusorio Preventivo. Junto con él, otro de los funcionarios que están “en la mira” de las autoridades federales es el ex jefe de vigilancia, Fernando Miguel Reyes Jiménez, quien sigue desaparecido.
Respecto a su solicitud de auxilio ante la opinión pública, la PGR refirió que ella “sólo se basa en las actuaciones y no en las declaraciones vertidas a los medios de comunicación”.
Beneficios a reos a cambio de estabilidad
El tema de las “recompensas por buen comportamiento” en el sistema penitenciario se extiende por todo el país. Los casos de privilegios a reos han sido documentados por diferentes medios de comunicación.
En el Reclusorio Norte, un video obtenido por El Universal en junio de 2009, da cuenta de la miseria en que se vive en algunas áreas, donde la falta de higiene refleja un cuadro de carencias.
Del otro lado está la zona VIP, limpia y con paredes sin rayones, gimnasio exclusivo y celdas que cuentan con aparatos electrónicos de gran valor.
“Les damos privilegios a algunos reos para que nos ayuden a controlar a otros, a conocer sus movimientos y sus planes”, cita el Universal a una servidora pública del Norte.
En el Centro de Readaptación Social de Uruapan, Michoacán “terminó de imponerse el sistema de control de algunos internos”, señaló La Jornada en 2008. Apuntó que una coordinación general de internos recibía privilegios: teléfonos celulares, drogas, alcohol, protección, comodidades de estancia y libertad para mantener fluida comunicación con el exterior. Todo a cambio de garantizar una estabilidad interna. “Hay quienes aseguran que el control interno es bueno porque hay disciplina, imposible de mantener desde fuera”, citó el rotativo.
Los privilegios otorgados por las autoridades en ocasiones suelen sobrepasarse a tal grado que se llega a sospechar de corrupción.
Como en el caso de las cárceles de Chetumal en las que en 2009, durante una visita de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, se descubrieron 12 celdas de lujo. Contaban con aire acondicionado, baño propio, televisión satelital, reproductor de DVD, y ventiladores. Además había guardarropas elaborados de maderas finas y las rejas estaban forradas del mismo material.
Aprobado: Luis Carlos Nájera y Tomás Coronado a comparecencia
GUADALAJARA, JALISCO (14/MAY/2010).- El “líder positivo”, como José González Jiménez, titular de reclusorios en Jalisco, calificó a Miguel Ángel Zazueta Ontiveros, “El Mike”, ha tenido relación con él desde hace 11 años. Al menos del tiempo cuando el funcionario se desempeñaba como jefe del Grupo Antisecuestros de la Policía Investigadora de la Procuraduría estatal de Justicia, en el año de 1999.
De acuerdo con el expediente 143/00-B del juez Cuarto de lo Penal en Jalisco, fechado el 26 de agosto de ese año, Zazueta Ontiveros recibió la orden de matar al, en ese entonces, líder del “autogobierno” en Puente Grande, Salvador Morfín Suárez, conocido como “El Comanche”.
Dado que “El Mike” se rehusó a hacerlo, nueve miembros de su familia fueron secuestrados. El encargado de dar seguimiento a uno de esos casos fue, precisamente, José González Jiménez, quien encabezó un operativo que permitió rescatar a un pariente de Miguel Ángel Zazueta.
Por otra parte, el ex director del Penal Preventivo, Héctor Medina Covarrubias, finalmente dio la cara a la luz pública, al acudir a una televisora para exponer la razón de su desaparición por casi siete días: estaba “sumamente enfermo”.
El ex funcionario aprovechó las cámaras para desconocer el “autogobierno” en el reclusorio, a pesar de que la Procuraduría General de la República (PGR) —instancia que lo considera sospechoso— oficializó este sistema imperante en dicha prisión el lunes pasado.
En medio de este escándalo y para explicar la serie de irregularidades que se han descubierto desde la movilización militar del 6 de mayo pasado en Puente Grande, los diputados citarán nuevamente a comparecer ante el pleno del Congreso al secretario de Seguridad Pública, Luis Carlos Nájera, y al procurador de Justicia, Tomás Coronado Olmos.
Héctor Medina, bajo sospecha por tráfico de armas en Reclusorio Preventivo: PGR
Tras siete días de ausentarse de su trabajo, el ex director del Reclusorio Preventivo de Puente Grande, Héctor Medina Covarrubias, ha dejado de estar a cargo del Complejo Carcelario Preventivo de Puente Grande. La Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE) reveló que ya existe un director interino; se trata del ex titular del Centro Integral de Justicia Regional (Ceinjure) de Tepatitlán, Felipe de Jesús Hernández Delgado.
Aunque buscó la ayuda de un medio informativo de televisión local, el otrora titular del complejo carcelario que ocultaba una serie de irregularidades en su operatibilidad es tomado como el principal sospechoso por la Procuraduría General de la República ( PGR).
De acuerdo con informes concedidos por la instancia, Medina Covarrubias “pudiera estar involucrado en la comisión de delitos contra la salud en el interior del reclusorio, en la modalidad de fomento”.
Dicha agravante, explicó la fiscalía, se aplica porque pudo haber posibilitado la introducción de las drogas, armas y electrónicos que fueron asegurados en la prisión a su cargo la noche del 6 de mayo pasado. Otro delito podría ser el de omisiones, dado que los operativos realizados en el penal fueron “inexistentes” o muy flexibles, pues nunca se localizaron las armas de asalto incautadas por el Ejército Mexicano.
Ayer, Héctor Medina Covarrubias dio la cara en un medio de comunicación local. Ante las cámaras de una televisora, se dijo “inocente” y justificó su desaparición en el cargo con el pretexto de que se hallaba “sumamente enfermo”.
El miércoles pasado, tras una visita guiada al Centro de Readaptación Social (CRS), el secretario de Seguridad Pública, Luis Carlos Nájera, declaró que ya había tratado de contactarlo, pero no había contestado sus llamados.
En su aparición ante videocámaras, y a pesar de la evidencia oficializada por la PGR, Medina Covarrubias negó que existiera autogobierno en el Reclusorio Preventivo. Junto con él, otro de los funcionarios que están “en la mira” de las autoridades federales es el ex jefe de vigilancia, Fernando Miguel Reyes Jiménez, quien sigue desaparecido.
Respecto a su solicitud de auxilio ante la opinión pública, la PGR refirió que ella “sólo se basa en las actuaciones y no en las declaraciones vertidas a los medios de comunicación”.
Beneficios a reos a cambio de estabilidad
El tema de las “recompensas por buen comportamiento” en el sistema penitenciario se extiende por todo el país. Los casos de privilegios a reos han sido documentados por diferentes medios de comunicación.
En el Reclusorio Norte, un video obtenido por El Universal en junio de 2009, da cuenta de la miseria en que se vive en algunas áreas, donde la falta de higiene refleja un cuadro de carencias.
Del otro lado está la zona VIP, limpia y con paredes sin rayones, gimnasio exclusivo y celdas que cuentan con aparatos electrónicos de gran valor.
“Les damos privilegios a algunos reos para que nos ayuden a controlar a otros, a conocer sus movimientos y sus planes”, cita el Universal a una servidora pública del Norte.
En el Centro de Readaptación Social de Uruapan, Michoacán “terminó de imponerse el sistema de control de algunos internos”, señaló La Jornada en 2008. Apuntó que una coordinación general de internos recibía privilegios: teléfonos celulares, drogas, alcohol, protección, comodidades de estancia y libertad para mantener fluida comunicación con el exterior. Todo a cambio de garantizar una estabilidad interna. “Hay quienes aseguran que el control interno es bueno porque hay disciplina, imposible de mantener desde fuera”, citó el rotativo.
Los privilegios otorgados por las autoridades en ocasiones suelen sobrepasarse a tal grado que se llega a sospechar de corrupción.
Como en el caso de las cárceles de Chetumal en las que en 2009, durante una visita de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, se descubrieron 12 celdas de lujo. Contaban con aire acondicionado, baño propio, televisión satelital, reproductor de DVD, y ventiladores. Además había guardarropas elaborados de maderas finas y las rejas estaban forradas del mismo material.
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