Jalisco

Evade Rastro de Acatlán 2.3 millones en impuestos

Ganaderos se resisten a pagar porque, argumentan, aportarán un valor agregado en beneficio del consumidor

GUADALAJARA, JALISCO (17/ENE/2017).- Tras casi medio año de operaciones de prueba, el Rastro Metropolitano de Acatlán de Juárez no ha logrado obtener la licencia municipal porque las autoridades se niegan a otorgarla si antes no se subsana el pago de impuestos por sacrificio de cada cabeza, que para un lugar de sus características —está diseñado para ser Tipo Inspección Federal— debe tributar 125 pesos por bovino, informa el tesorero del Ayuntamiento, Eduardo García Ortega.

“Tenemos información muy clara de que ellos tienen una matanza promedio diaria de 150 cabezas. A la tarifa que establece la Ley de Ingresos en los meses que han transcurrido es un derecho no pagado que asciende a los dos millones 300 mil pesos”, recursos que no han ingresado a las arcas municipales.

Sin embargo, el Rastro comenzó operaciones a mediados del año pasado para que el proceso fuera supervisado por las autoridades federales, a fin de otorgar la certificación. Y en las estimaciones de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), los sacrificios han sido menos.

“De julio del año 2016 a la fecha han estado sacrificado solamente 80 cabezas diarias para ir generando pruebas, y las áreas del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria han estado yendo a supervisión y corrigiendo algunos detalles para la certificación TIF”, remarcó el delegado de la Sagarpa en el Estado, Javier Guízar Macías.

Lo mismo que Guízar, la administración del Rastro Metropolitano aseveró que actualmente se sacrifican 80 reses por día. Aunque el costo es de 450 pesos por ejemplar, se ajustará a 550 pesos, lo que incluye la recepción del animal que garantiza su bienestar, el corte de canal, el proceso de las vísceras y el almacenamiento.

La sanidad del proceso garantiza que la carne que se entrega al productor, al alto vacío, puede alcanzar una duración de hasta 45 días, contrario a la que se produce en rastros tradicionales que, sin un proceso pulcro, no rebasa la semana antes de no ser apta para consumo.

Este valor agregado en beneficio del consumidor es lo que para Saúl Jiménez, uno de los representantes administrativos, es una razón para que las autoridades les condonen el pago del impuesto municipal por el sacrificio.

“El Ayuntamiento no invirtió nada de dinero aquí, no tiene nada de gasto y quiere cobrar una cantidad muy onerosa por cada cabeza. Imagínate, por cada cabeza que trae un ganadero a sacrificar aquí es incentivado por la Federación para que sacrifique en planta TIF por la inocuidad y ventajas de sacar un producto sano para la población. Por cada productor que trae su producto aquí el Gobierno lo incentiva con 220 pesos por cabeza, entonces: ¿Cómo por un lado el Gobierno federal te incentiva y, por otro lado, el Ayuntamiento te quiere cobrar?”.

Comenta que en el mercado de la carne las utilidades son muy bajas, por lo que cualquier costo adicional impacta en el precio final. “Y ahorita como estamos viendo una escalada de precios en todo el país, que todo está subiendo, imagínate que también le tengas que cargar a la producción de carne porque el Gobierno te está poniendo un impuesto”.

García Ortega abundó que el cobro de los impuestos por sacrificio es general en todos los municipios del Estado, con independencia de que el rastro no sea municipal.

“Parte de su defensa ha sido esa, que es una empresa privada, pero la Ley de Ingresos es muy clara y no es una situación exclusiva del Ayuntamiento”.

DATO

Cinco meses de pruebas

El director del Rastro, Miguel Ángel Zúñiga Vital, responde que para la obtención de la certificación llevan cuatro meses en operación más otro de arranque. “Hoy en día están cubiertas todas las auditorías y todas las revisiones de la Sagarpa, ya estamos en espera para ser el único establecimiento TIF en sacrificio de ganado bovino (en Jalisco)”.

NUMERALIA

La operación

1,000 millones de pesos se han invertido en la construcción del Rastro Metropolitano de Acatlán.

80 cabezas de ganado se sacrifican al día.

750 cabezas de ganado se pueden sacrificar por turno; es decir, hasta mil 500 al día.

570 toneladas de carne son la capacidad de almacenaje con la que cuenta el Rastro.

140 empleos directos dependen del Rastro.

800 empleos serán ocupados cuando opere totalmente en dos turnos.

960 litros de agua se requieren para procesar a cada res, desde que se encuentra en corrales hasta el lavado de la carne; incluye el agua usada para la limpieza de las instalaciones.

15 millones de pesos costó la planta tratadora.

550 pesos costará a los productores el sacrificio, que incluye el desollado de la res, la separación de vísceras y corte de canal.

220 pesos de subsidio para sacrificio de cada res pueden obtener los productores si realizan el trámite para sacrificar en el Rastro TIF.

125 pesos les exige el Ayuntamiento de Acatlán como impuesto por matanza por cada bovino.

Se quejan de contaminación

Emeterio Corona Vázquez, ex alcalde de Acatlán de Juárez, caminaba en los límites del Rastro Metropolitano, ubicado al Norte de la cabecera municipal. El inmueble se encuentra en lo alto de una colina y es por el lado Poniente por donde el agua de lluvia ha trazado uno de sus caminos de corriente natural.

A unos 200 metros de la carretera el hombre, quien actualmente trabaja las tierras de su padre, se detuvo para observar el paso del agua que salía del Rastro, que cuesta abajo atraviesa un camino empedrado y se interna entre las hierbas para unirse a un canal de riego para los cultivos de caña. Éste originalmente alimentado por la presa de Valencia y el pozo profundo La Magdalena.

“Esta es una bajada natural donde las aguas pluviales por aquí toman su rumbo, en automático se incorporan a los canales de riego. Lo único que pedimos es que si va a seguir saliendo el agua que salga en las condiciones como lo manda la norma, si no, que busquen otros caminos o alternativas para dónde desviarla para que no perjudiquen tanto los drenes de los cultivos de caña”.

Asevera que las aguas que salen del Rastro están contaminadas. Desde hace varios meses se percató de la situación al notar que el olor del agua en el dren había cambiado. “Bastantes personas, ejidatarios, checaron las aguas que estaban saliendo del Rastro con un olor bastante complicado, sucias, color café,  y buscaron a un servidor”.

Así notó que aquello ocurrió casi a la par de que comenzaron las operaciones de prueba en el Rastro, por lo que presumió que el agua residual estaba contaminada. El 12 de diciembre pasado contrató a la empresa Análisis de Agua (Anasa), la cual cuenta con certificación de la Comisión Nacional del Agua. El muestreo se tomó sobre las descargas que bajaban del Rastro lo largo de ocho horas, tras lo que se constataron niveles fuera de norma según la NOM-001-SEMARNAT-1996, que establece los límites máximos permisibles de contaminantes en las descargas de aguas residuales en aguas y bienes nacionales.

Acompañado de un notario, Gerardo Hinojosa, certificó sus observaciones. “El incorporarse esas aguas que salen del Rastro a los mismos drenes en automático están contaminando las aguas y las parcelas”.

Resultados de monitoreo de laboratorio Anasa*

Parámetro (en miligramos por litro) Resultado Límite máximo permitido**
Demanda bioquímica de oxígeno 396.36 200
Grasas y aceites MS-1 36.89 25
Grasas y aceites MS-2 37.2 25
Nitritos 0.0693 0.0099
Nitratos 0.268 0.1
Nitrógeno total 89.9 60
Sólidos sedimentables 5 2
Sólidos suspendidos totales 480 200

*Tomado el 12 de diciembre de 2016.

**Según la NOM-001-SEMARNAT-1996.

Afirman que están dentro de la norma

Este medio realizó un recorrido por el Rastro donde, al menos al momento de la observación, no se percibió que las descargas que salían de la planta de tratamiento estuvieran contaminadas.

La planta, de un costo mayor a los 15 millones de pesos, se encontraba en total funcionamiento. Actualmente es atendida por un ingeniero, César Cabrera, contratado para perfeccionar el tratamiento del agua que, aseveró, se encuentra totalmente dentro de la norma. Incluso, la reutilizan.

Javier Guízar Macías, delegado en de la Sagarpa, explica que al inicio de las operaciones de la planta sí se detectó la calidad del agua de las descargas. “Estaban en proceso. Duró desde julio en pruebas y algunos mecanismos de la planta que se habían comprado hace 10 años no funcionaban, tuvieron que comprarse nuevos”.

Con la adecuación, aseguró, el agua ya se encuentra dentro de la norma. Explica que de manera permanente hay personal de Senasica para vigilar que esté siempre dentro de los parámetros normativos.

Alistan la certificación

Con la última inspección realizada por la Sagarpa, la semana pasada, se cumple con el último trámite para obtener la certificación Tipo Inspección Federal (TIF). Esto significa que, finalmente, Jalisco podrá de manera oficial estar produciendo carne de primera calidad con los más estrictos controles sanitarios.

El producto podrá comerciarse en las cadenas de autoservicios y comenzar procesos y trámites para exportar, explicó Javier Guízar Macías.

Tentativamente la certificación la obtendrán esta misma semana.

“Ellos ya han cubierto todas las especificaciones técnicas, ya les firmamos por parte de la Sagarpa y Senasica que cubrieron con todas las especificaciones técnicas para que puedan acceder a la certificación TIF, el documento ahorita está en México para la firma, creemos que en los próximos días estará este documento”.

Entre los socios se encuentran la Asociación Ganadera de Jalisco, asociaciones municipales, el Gobierno del Estado y Hacienda. Sagarpa aportó 200 millones de pesos.

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