Jalisco
Estrés altera hábitos del sueño
Hasta 80% de los adultos en Jalisco presenta afectaciones a la salud por problemas para dormir
-Disminuye 30% el tiempo para
dormir respecto al siglo pasado
GUADALAJARA, JALISCO (27/FEB/2011).- Irritabilidad, mal humor, ansiedad, menor rendimiento, dificultad para concentrarse y hasta depresión son algunas de las consecuencias que padecen las personas que no gozan de un buen dormir.
El ritmo de vida de las grandes ciudades, así como la aparición de nuevas tecnologías, han sido factores determinantes para que la sociedad cada vez descanse menos, asegura el jefe del Departamento de Clínicas de Salud Mental de la Universidad de Guadalajara (UdeG), José de Jesús Gutiérrez Rodríguez.
Según cifras de dicho departamento, entre 60% y 80% de los adultos en Jalisco tiene afectaciones relacionadas con una mala jornada de sueño. A su vez el estrés, los problemas económicos o familiares pueden reducir el tiempo con la almohada.
“Hoy en día hay más exigencia que antes, las personas trabajan más de ocho horas al día. Incluso hay quienes por falta de dinero buscan un segundo trabajo, a veces por las noches, porque con el primero están limitados y no pueden completar el gasto familiar”.
Pese a que el sueño es también considerado un alimento para el cuerpo, se ha vuelto común que una persona no lo concilie de manera inmediata a la hora de acostarse o que se despierte al menos una vez en la madrugada.
Desvelarse viendo la televisión, jugando con algún videojuego o navegando en redes sociales cuando se trabaja o estudia al día siguiente, provoca una descompensación en la cuota de descanso que se necesita para rendir todo un día.
Los jóvenes y adultos deben dormir, en promedio, entre siete y nueve horas; los adolescentes entre ocho y 10 horas, y en los niños, lo ideal es que descansen de 10 a 12 horas diarias.
Por otra parte, Gutiérrez Rodríguez asegura que en general, los seres humanos tienen despertares nocturnos que a veces pasan inadvertidos, como cambiar de lado, abrigarse o desabrigarse, que duran unos segundos. No obstante, hay a quienes esos lapsos les representan minutos, horas, o incluso los obligan a estar despiertos el resto de la noche.
De entre los más de 80 trastornos del sueño que existen, los más comunes son el síndrome de apnea obstructiva (ausencia de respiración por más de 10 segundos mientras se duerme) y el insomnio.
dormir respecto al siglo pasado
GUADALAJARA, JALISCO (27/FEB/2011).- Irritabilidad, mal humor, ansiedad, menor rendimiento, dificultad para concentrarse y hasta depresión son algunas de las consecuencias que padecen las personas que no gozan de un buen dormir.
El ritmo de vida de las grandes ciudades, así como la aparición de nuevas tecnologías, han sido factores determinantes para que la sociedad cada vez descanse menos, asegura el jefe del Departamento de Clínicas de Salud Mental de la Universidad de Guadalajara (UdeG), José de Jesús Gutiérrez Rodríguez.
Según cifras de dicho departamento, entre 60% y 80% de los adultos en Jalisco tiene afectaciones relacionadas con una mala jornada de sueño. A su vez el estrés, los problemas económicos o familiares pueden reducir el tiempo con la almohada.
“Hoy en día hay más exigencia que antes, las personas trabajan más de ocho horas al día. Incluso hay quienes por falta de dinero buscan un segundo trabajo, a veces por las noches, porque con el primero están limitados y no pueden completar el gasto familiar”.
Pese a que el sueño es también considerado un alimento para el cuerpo, se ha vuelto común que una persona no lo concilie de manera inmediata a la hora de acostarse o que se despierte al menos una vez en la madrugada.
Desvelarse viendo la televisión, jugando con algún videojuego o navegando en redes sociales cuando se trabaja o estudia al día siguiente, provoca una descompensación en la cuota de descanso que se necesita para rendir todo un día.
Los jóvenes y adultos deben dormir, en promedio, entre siete y nueve horas; los adolescentes entre ocho y 10 horas, y en los niños, lo ideal es que descansen de 10 a 12 horas diarias.
Por otra parte, Gutiérrez Rodríguez asegura que en general, los seres humanos tienen despertares nocturnos que a veces pasan inadvertidos, como cambiar de lado, abrigarse o desabrigarse, que duran unos segundos. No obstante, hay a quienes esos lapsos les representan minutos, horas, o incluso los obligan a estar despiertos el resto de la noche.
De entre los más de 80 trastornos del sueño que existen, los más comunes son el síndrome de apnea obstructiva (ausencia de respiración por más de 10 segundos mientras se duerme) y el insomnio.
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