Jalisco

Estacionamientos en zonas perimetrales, una alternativa

Alterar horarios de aparcamiento en las calles, también puede aligerar la carga vehicular en horarios pico

GUADALAJARA, JALISCO (04/MAY/2011).- No hay duda, el centro histórico está rebasado por la cantidad de automóviles que circulan a diario por sus avenidas y que, en muchas ocasiones, sólo utilizan las arterias centrales de paso, ya que su destino final no es el propio centro histórico. Asimismo, otras zonas de la ciudad que podemos catalogar como nuevos “Subcentros” que comienzan a aglutinar actividades comerciales, de recreación, laborales, de servicio y culturales, también han experimentado un aumento exponencial en la afluencia de vehículos, que provocan serios conflictos de inmovilidad y de desorden vehicular.

Para el consultor y académico, Mario Córdova España, una de las posibles soluciones a esta realidad que afecta a amplias franjas de la ciudad es poner en marcha un proyecto de estacionamientos, ya no en el corazón del conflicto, si no que bordeen a las zonas más necesitadas de soluciones, evitando el acceso de los automóviles. “Creo que tenemos que implementar un esquema que nos permita que la gente llegue con amplia facilidad a las áreas perimetrales de los distintos lugares problemáticos y que a partir de ahí puedan tener opciones para caminar, moverse en bicicleta o en autobuses que conecten el perímetro con las zonas centrales”.

Asimismo, el catedrático de la Universidad de Guadalajara fue enfático al señalar que es fundamental que las autoridades viales cumplan con su función y no dejen impunes las violaciones a los lugares designados para estacionarse, ya que provocan incentivos para actuar en ilegalidad. “Creo que el orden es esencial, no podemos pensar en avanzar en proyectos de mayor calado, si no tenemos en claro que respetar los espacios para los estacionamientos nos permite eficientar los traslados; por ejemplo estos cruces (el tramo de Avenida Providencia entre Pablo Neruda y Alberta) han sido tomados por los autos estacionados que están en ambos sentidos de la calle y en la banqueta y el camellón, hacen muy complicado que se agilice la circulación”.

De la misma manera, Córdova España reiteró la necesidad de “hacer más amigable” la multmodalidad de transportes, con políticas viales que permitan que las zonas que han sido invadidas ampliamente por el automóvil puedan ofrecer alternativas reales que incentiven a utilizar otros tipos de transporte que no sean motorizados. “Calles tranquilizadas y determinar preferencias para peatones y bicicletas es fundamental para relajar el tráfico, ya que la atiendes perimetralmente”.

El especialista en movilidad considera que especificar horario de uso de estacionamiento en calles puede resultar en arteras que tienen mucha carga vehicular en ciertas horas y que posteriormente disminuyen su densidad. “En muchos países se utiliza la opción de prohibir que los automóviles se estacionan en horas picos, provocan una inmovilidad abismal, le quitan carriles a calles que podrían ser más fluidas y que sin embargo a estas horas tienen que arreglárselas con el poco espacio restante”.




Soluciones


Cómo mejorar con pequeños cambios



Para disminuir los niveles de inmovilidad que sufrimos en la Zona Metropolitana de Guadalajara, las medidas a tomar no necesariamente tienen que ser cuantiosas o económicamente altas; también existen algunas propuestas que podrían mejorar la circulación sin tener que gastar enormes cantidades de dinero.

Políticas públicas simples que generan resultados a corto plazo.


Revisar la duración y pertinencia de los semáforos en algunos puntos.

En la ciudad existen semáforos que sirven solamente para que salgan con facilidad personas de condominios o para universidades. Sería adecuado revisar su pertinencia u horarios de activación.

Evitar lugares de estacionamientos en calles agobiadas por las horas pico.

Señalan especialistas que es posible implementar un sistema de estacionamiento en calle que permita liberar zonas que se congestionan en horarios álgidos en la mañana, al mediodía y en la tarde.

Impedir vueltas a la izquierda para generar vías rápidas de conexión larga.

En avenidas con circulación abultada, es adecuado revisar si es posible suprimir vueltas a la izquierda que generan grandes colas.

Revisar la pertinencia de los topes.

Es importante discutir si los topes son la medida adecuada para disminuir la velocidad en áreas residenciales o en zonas comerciales.

Medidas coercitivas que desincentiven estacionarse en zonas prohibidas (fotoinfracción).

Para evitar corrupción de los agentes de tránsito, se puede implementar un sistema de fotoinfracciones en zonas en que los estacionamientos prohibidos no son respetados; la fotoinfracción es una alternativa interesante.

Revisar qué tan viable sería suprimir el doble sentido en avenidas conflictivas o establecer horarios.

Significa comenzar a construir pares viales que permitan circular a través de ejes. Esto permite suprimir de facto las complicaciones de la vuelta a la izquierda. También se puede revisar si es adecuado establecer horarios hacia un sentido determinado.

Repensar los puntos que han sido designados como paradas de camión.

Es fundamental identificar paradas de camión que se han vuelto conflictivas para el tránsito. Dichas paradas pueden ser reubicadas o construir un espacio que no impida el tránsito vehicular.

Campañas de información sobre rutas alternas a las tradicionales avenidas.

Las avenidas y vías rápidas están sobresaturadas, pero muchas calles que pudieran servir de conexión no son utilizadas; una campaña tiene como objetivo mostrar otras opciones de desplazamiento.

Carriles exclusivos para transporte público.

Una medida que resulta en otras ciudades, es la de dar espacio preferencial al transporte público; con esto logras desincentivar el uso del automóvil y agilizar el traslado masivo de personas.

Regular la descarga de productos en tiendas de abastecimiento.


Es muy complicada regular esta actividad, aunque ciertos avances se pueden lograr si se restringen horarios de descarga de productos en las tienditas o si se ordena el proceso.


Movilidad en planteles educativos

Transporte escolar, mínimamente utilizado


Los viajes diarios en vehículo para ir a estudiar contribuyen a los congestionamientos en hora pico en la ciudad. Esto es palpable en zonas donde se ubican planteles escolares.

Pero aun así, el transporte escolar –que la propia autoridad vial reconoce como una alternativa para mitigar los congestionamientos vehiculares–, es poco utilizado.

Sólo 52 mil 194 viajes se efectúan a través de esta modalidad, que representa 2.6% del total de traslados escolares que ocurren en la ciudad todos los días. De hecho, la Secretaría de Vialidad tiene registrados apenas 25 permisos para la prestación de este servicio.

Por motivos escolares (en todos los niveles), se realizan en el área metropolitana un millón 973 mil 483 traslados diarios. Los viajes a pie son los de mayor volumen, pues 51.5% de estos desplazamientos se hacen caminando; en cifras suman un millón 17 mil 152, según muestra el Estudio de Origen-Destino hecho en 2008 por encargo del Gobierno estatal.

Sin embargo, los traslados en medios motorizados también representan un número considerable (automóvil particular, transporte público y escolar, taxi y motocicleta), pues en conjunto se efectúan 47.3% de desplazamientos diarios, que suman 932 mil 831.

De acuerdo con el estudio, de los medios motorizados el más usado para ir a la escuela es el transporte público con 537 mil 900 viajes diarios; luego está el auto particular con el que se registran 334 mil 599 trayectos.

Sólo en la ciudad tienen lugar un millón 973 mil viajes diarios para llegar a la escuela, esto es una quinta parte (20.17%) del total de los desplazamientos diarios en la urbe, que suman nueve millones 782 mil 652.


Estudiantes nivel básico



Según datos de la Secretaría de Educación Jalisco, en cuatro municipios metropolitanos (Guadalajara, Zapopan, Tonalá y Tlaquepaque) existen tres mil 940 planteles de nivel básico, en los que están inscritos 836 mil alumnos.


Aligeraría conflictos


El transporte escolar debe reforzarse porque ayudaría a aligerar los congestionamientos vehiculares. Es probable que “se vuelva a revivir”, considera el secretario estatal de Vialidad, Diego Monraz Villaseñor, “aprovechando que harán algunos ajustes en horarios de ingreso a las escuelas y otras acciones, con motivo de los Juegos Panamericanos (…), lo veo positivo”.

“En coincidencia con estas acciones vamos a darnos cuenta de que al escalonar horarios y disminuir el tráfico cercano a las escuelas, toda la ciudad siente el beneficio. Es probable que a partir de esto, sin que sea el objetivo, el tema de transporte escolar se vuelva a retomar como una sana estrategia para disminuir contaminación y tráfico, y darle más seguridad también al entorno de las escuelas”.

El funcionario reitera que con motivo de la justa deportiva, la Secretaría de Vialidad labora en una mesa en la que participan también la Secretaría de Educación y el Comité Organizador de los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011 (Copag), para revisar el comportamiento de las escuelas en el periodo de competencia.

Agrega que desde el año 2008 se realizó un análisis para determinar de qué manera podría impulsarse el transporte escolar y valdría la pena estudiarlo nuevamente aunque en este momento no hay ningún proyecto en concreto.

Quieren  transporte escolar, según encuesta de 2009



En 2009 la Secretaría de Vialidad y Transporte hizo una serie de encuestas aplicadas en dos mil planteles escolares (primaria y secundaria) en distintos turnos, para conocer la opinión de maestros y padres de familia sobre un sistema de transporte escolar. La consulta fue bien recibida: 90% de los participantes manifestaron aceptación.

“Resultó que  90% de las escuelas, públicas y privadas, quieren un transporte escolar, lo ven necesario, indispensable para el traslado de los niños”, refiere el director de Seguridad Vial de la SVyT, Jesús Alberto Leyva Gutiérrez.

Para nivel bachillerato y licenciatura, los resultados de la consulta fueron diferentes. Los muchachos participantes en la encuesta dijeron tener vehículo propio, entre 60 y 80%, y mostraron su rechazo al transporte escolar; dijeron que no se bajarían de su auto para utilizar los camiones.

Entre los argumentos de los jóvenes figura que hay diversos horarios para tomar las clases, de manera que no todos los alumnos ingresan a la misma hora.

Sobre el beneficio que representaría contar con transporte escolar al menos en nivel básico, el funcionario subraya: “Tenemos calculado bajar de 20 a 25% (el número) de vehículos a las horas de entradas y salidas, si no es que más”.

 
Sólo 25 permisos



En estos momentos el transporte escolar se utiliza marginalmente, sólo hay 25 permisos registrados para la prestación del servicio en esta modalidad.

El funcionario comenta que es posible otorgar autorizaciones no sólo para camiones, también puede ser un vehículo que cuente con varias plazas, como serían las camionetas comúnmente llamadas “mamamóvil”.



Motivo del viaje: Escuela


Modo                     viajes diarios    porcentaje

Caminando              1’017,152           51.5%
Transporte colectivo    537,900          27.3%
Vehículo particular      334,599          17%
Transporte Escolar        52,194            2.6%
Bicicleta                       23,430             1.2%
Taxi                               5,615              0.3%
Motocicleta                    2,593              0.1%

Total:                         1´973,483           100%



Un espacio para estar solos

El auto es nuestra isla de individualidad



Seamos honestos, a todos nos encantan los coches. A lo mejor no queremos el modelo que podemos tener, pero amamos la libertad que nos da y un mundo de cosas más que nos proporciona. Lo que muchos odiamos, a veces con fuerza, es el exceso de automóviles. Tampoco queremos a los malos conductores, que siempre son los demás, claro, nunca nosotros. No nos parece la contaminación que emiten, aunque no estemos dispuestos a caminar dos cuadras para ir a la tienda de abarrotes. Pero, más que nada, nos desquicia el tráfico pesado, que es causado por la suma de todas esas cosas.

El detalle es que, a la hora de abandonar el auto, nos resistimos como gato boca arriba. Basta que tenga un problema, que necesite ir al taller por cualquier motivo, para que nuestra vida se ponga de cabeza. El auto es, y siempre ha sido para los que vivimos en el planeta Tierra en 2011, parte de la familia.

Los chavos se unen en él y lo trasforman en un bar. Más tarde, esos mismos chavos lo usarán para impresionar a las chavas y luego, bueno, para cosechar el resultado de la acción anterior. Más tarde, ya en pareja, lo usarán para transportar a sus niños; para ir de compras a todos lados; para cargar materiales de construcción; como ambulancia, archivero, oficina, baño, closet, vestidor... La lista es interminable.

En la medida que la vida se nos va complicando con el trabajo, el conyugue, los niños, etcétera, la importancia del auto va creciendo en la familia. De hecho, en los años setenta, un sólo coche era suficiente para toda la familia. En los ochenta comenzamos a tener dos. En las noventa, cada hijo adolescente quería el suyo. Hoy no es raro ver que en un departamento tamaño Infonavit viven cinco personas con un coche cada una.

El espacio individual que no tenemos en nuestras casas, ni en la oficina, ni el comedor, ni en ningún otro lado, lo encontramos en el automóvil. Es nuestro refugio. Ahí encontramos nuestra música. En él hablamos por teléfono con quienes queremos. Con mucha frecuencia enfrentamos el calor de la primavera tapatía con el aire acondicionado del coche, un confort mucho menos común en nuestras casas.

Tal vez ni cuenta nos damos, pero el auto es el espacio donde nos encontramos con nosotros mismos, al menos unos cuantos minutos por día. Por eso el transporte colectivo, al menos como hoy existe, difícilmente sustituirá al automóvil. Tampoco lo hará una moto o una bicicleta porque no tienen lugar para nuestros “tiliches”, tampoco aire acondicionado, ni nos permiten una que otra distracción mientras las conducimos. Si queremos un sustituto para el coche, necesitaremos llenar ese espacio que sólo él, el auto, nos proporciona.

Y no, no será nada fácil.


¿Qué se hace en otras partes del mundo?

El planeta embotellado


Pueden echarle la culpa a Henry Ford. Porque si bien el inventor del automóvil fue el alemán Karl Benz, hace ya 125 años, le cupo al estadounidense Ford, a principios del siglo 20, implementar en el universo de los automóviles la línea de producción en serie. La popularidad del transporte individual creció tanto que hoy lo que se quiere es detenerla, o al menos contener su crecimiento en las ciudades.

Los llamados embotellamientos están en todas partes. Cualquier concentración urbana más o menos grande lo vive. El problema, por supuesto, es mayor en las ciudades grandes como El Cairo, Tokio, Nueva York o la ciudad de México. Urbes más contenidas como Guadalajara o Buenos Aires, no cantan mal las rancheras.
En casi todas ya se intentó algún tipo de solución, o por lo menos un paliativo que disminuya la frecuencia o la duración de los atascos. La mala noticia es que en ninguna se logró resolver nada.

 
Filosofía oriental

 

Tokio es uno de los ejemplos más marcados. La ciudad tiene un muy completo sistema de transporte urbano. Su tren metropolitano es barato, puntual, eficiente y llega a todas partes. Los autobuses son abundantes y asequibles. El gobierno incentiva el uso de autos nuevos aumentando el impuesto a pagar por las unidades más antiguas y, por consecuencia, más contaminantes e inseguras. Para complementar lo que suena a receta perfecta, la gente es extremadamente educada. Aún así, Tokio está entre las ciudades más congestionadas del planeta.

Las cosas son más complicadas donde hay menos recursos y educación. Daca, la capital de Bangladesh, con 15 millones de habitantes, es un verdadero caos. Los gobernantes buscan sin cesar una solución que ayude a aumentar la velocidad de desplazamiento que hoy en día, según sus cálculos, hacen perder a la ciudad nada menos que 2 mil millones de euros por año en horas-hombre.

 
El mayor embotellamiento

 

China ya es el mayor productor y consumidor mundial de vehículos y el año pasado fabricó y compró más de 13 millones de unidades nuevas. En la capital, Beijing, entran nada menos que dos mil autos nuevos cada 24 horas. El año pasado el gobierno de la ciudad comenzó a trabajar en un plan para aumentar la infraestructura vial, pero también para contener la compra y uso del automóvil.

Nada de esto impidió que afuera de la ciudad, más precisamente en la carretera que va de Beijing al Tíbet, se registrara el que fue sin duda el mayor embotellamiento de la historia. A cerca de 250 kilómetros de la capital, una construcción en la arteria produjo un atasco que duró un mes. Así es, 30 días de un tráfico que avanzaba a la razón de 400 metros por día en varios puntos. El hecho ocurrió del 16 de agosto al 17 de septiembre de 2010. Hubo conductores que tardaron cinco días para cruzar los 100 kilómetros de largo de esa gigantesco congestionamiento.
 

Por el aire y hasta de reversa

 
Uno de los países que hasta hace menos de 20 años estaba libre de esos problemas era Rusia. Pero ahora Moscú es una de las ciudades más problemáticas del mundo para moverse en automóvil. Por esto, una de las “soluciones” que algunos conductores más atrevidos encuentran es conducir en sentido contrario y echarse de reversa. Pero no le digan a nadie, no vayamos a dar ideas.

El actual alcalde de Moscú, Sergey Sobyanin, trata el tema como prioridad y una de sus ideas es sacar los tráileres de la ciudad, prohibiendo su entrada de 7:00 a 22:00 horas.

En El Cairo, otra de las ciudades conflictivas, el empresario Wael al-Maadawy, dueño de una empresa llamada Smart Aviation (Aviación Inteligente), busca aprobación del gobierno local para comenzar un negocio de “helicópteros taxi”. Por más ilógico que parezca, él jura que no será caro. El que conoce el tráfico de la ciudad, empero, agradece cualquier esfuerzo, por más irreal que pueda parecer.

 
Viejo Continente, nuevas ideas

 
En Holanda incluso han aplaudido el uso cada vez más frecuente del poco seguro pero económico y chico Tuk-Tuk tailandés, conocidos en México como “moto-taxi”.

Los suecos también buscan una solución y en Estocolmo crearon un sistema de cuotas para entrar y salir del centro de la ciudad. Si alguien quiere hacerlo en las llamadas “horas pico”, pagará más caro que si lo hace fuera de ese horario difícil. Es una forma de incentivar a que algunos, al menos, queden hasta más tarde en el trabajo.

Hay, empero, ideas mejores y más creativas. Una de ellas fue el intento de la Confederación de la Industria Holandesa, que en 2006 propuso al Ministerio de Finanzas que incentivara a los que quisieran trabajar desde sus casas pagándoles internet, luz y otros gastos, con el fin de promover que no salgan de sus casas; sin embargo, no tuvieron éxito.

En Irlanda, una ley obliga a que todos los empleados paguen tarifas de estacionamiento mensuales, incluso si estos son proporcionados por el empleador. Es la forma que encontraron de decirle a todos: váyanse a trabajar en autobús.
 

No te muevas

 

La tecnología, realmente, juega un papel importante en las soluciones que se vislumbran al futuro. En Alemania trabajan con un prototipo de estacionamiento vertical completamente robotizado, que ahorraría espacio para aparcar a los autos, uno de los mayores problemas en busca de una solución.

La gente que trabaja desde sus casas, por internet, es también algo que en la medida que se incremente, ayudará a que haya menos autos en el tráfico. Esto requiere un cambio de mentalidad por parte de las empresas, para que acepten el trato, al igual que por parte de los trabajadores, para que no sientan que estar en casa equivale a vacaciones.

Los adolescentes japoneses, por ejemplo, ya no aman los autos como lo hacen sus papás. Ellos prefieren los teléfonos inteligentes, que los dejan “conectados” con su mundo a través de las redes sociales o de la voz misma. Prometen un futuro con menos autos, pues.

Otras sugerencias son los horarios. En la medida que las empresas los cambien y saquen las entradas y salidas de las tradicionales horas pico, esto ayudaría a todos. Los colegios, por ejemplo, podrían comenzar a media mañana y terminar a media tarde. La obligatoriedad del uso de autobús escolar también ayudaría y mucho. Todos sabemos que el tráfico en las vacaciones de los niños, es mucho más fluido.


Tecnología a la vista


 
Ninguna solución, como vimos, es completa. Más cuando sabemos que la previsión de la OICA (Asociación Internacional de Constructores de Automóviles) prevé que en 2011 serán derramados 70 millones de automóviles nuevos más en todo el mundo.

Al menos queda una buena perspectiva, ya que los autos no tardan en conducirse solos. Ya existen, de hecho, y a la venta en México, vehículos que se estacionan solos. Pero con cámaras, sensores y computadoras, los autos del futuro no necesitarán ser manejados por los muy malos conductores que los humanos ya probamos que somos. Éstos podrán viajar mucho más cerca el uno del otro y nunca chocarán. Estarán conectados a Internet y mientras nos llevan, por ejemplo, a Puerto Vallarta para el fin de semana, estaremos trabajando aunque viajemos solos. Tendremos más tiempo para nosotros y esto, al fin y al cabo, es el gran objetivo.
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