Jalisco

Escribir el mundo

''El escritor escribe su libro para explicarse a sí mismo lo que no se puede explicar''. Gabriel García Márquez.

GUADALAJARA, JALISCO (20/JUL/2013).- Hay quien dice que el hombre no fue hombre hasta que se inventó la escritura, porque en el maravilloso don del lenguaje están coronadas las habilidades humanas y también protegidas su historia y su esencia. Aquel que ha elegido el oficio de escribir como camino de vida, en el fondo seguramente no sólo intenta explicarse el mundo, sino también transformarlo.

Los ejercicios de leer y escribir son procesos individuales. Frente a un libro, un hombre sólo puede mostrarse como es. A la literatura no hace falta mentirle, porque cuando las ideas de otro entran en silencio a nuestra cabeza, es posible recrearlas, asumirlas o destruirlas con violencia, como no ocurre en el mundo exterior.

Teniendo este maravilloso potencial, la literatura también lleva consigo una tarea impuesta, no una tarea obligatoria que la reduzca al cumplimiento de un objetivo, sino una tarea casi natural, toda vez que hace entrar en conflicto al hombre con el hombre. La tarea —no dicha— de la literatura, es hacernos cambiar.

Entiéndase cambio en cualquier sentido —y aquí el riesgo— pero es innegable que una vez que se abre un libro y conocemos una nueva concepción de mundo, el nuestro se ve desafiado y con seguridad transformado. Ahí la enorme tarea y bendición del escritor. En sus manos, aunque no lo sepa, podría estar la decisión, el pensamiento o el temor de un hombre, que tarde o temprano se transformará en acción.

Menuda carga llevan en sus plumas sin quererlo, pedirlo y, la mayoría de las veces, sin reconocerlo. Un escritor nunca se asume como generador de cambio en la vida de otro, pero hay historias, letras, libros, que pueden llegar a serlo, y mientras tanto aquél que escribe debe ejercer su oficio con respeto y con pasión, porque le habla a la vida de un sujeto.

Así lo entiende Elena Poniatowska, escritora mexicana que a lo largo de su trayectoria se ha mantenido fiel a las causas que le indignan pero también le hacen amar la contradicción del hombre. Su proceso creativo la ha involucrado además en diversos movimientos activistas que bien sirven como ejemplo del camino que inicia en el silencio individual de la lectura y termina en el grito colectivo del reclamo.

Ejemplos como ella hacen pensar que cuando alguien lee la última hoja de un libro y cierra la pasta final, ha de levantarse y salir al mundo con una nueva misión, sea lo que fuere que haya aprendido, reflexionado o confrontado con su lectura, esa nueva idea no puede quedarse guardada en la caja de la mente, sino convertirse en decisión, en nueva palabra, en vida, porque todos somos escritores del segundo que vivimos. Leamos, pues, para transformar lo que somos.

Judith Hermosillo Lozano

ECOS DEL DEBATE

“La literatura puede cambiar al mundo”

“Un buen libro en las manos correctas puede ser la mejor herramienta para un cambio positivo.”

Juan Pablo Martínez González,
participante de Mar Adentro.

“La literatura no sólo puede cambiar al mundo, sino que desde siempre lo ha hecho.”

Daniel Méndez Aguirre,
participante de Mar Adentro.

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De viva voz, los líderes sociales comparten algunas de sus experiencias

La literatura puede cambiar individuos

Es una de las voces literarias más apreciadas del país. Con su trayectoria, que combina el periodismo y la literatura, ha plasmado la imagen de un México dolorido pero que aprende a levantarse. Su voz femenina se abrió camino desde joven en el difícil mundo de las letras, destacando por su sentido de compromiso y su preocupación por las causas sociales.

Elena dice que escribe porque es su oficio, su trabajo. Pasa los días en una pequeña habitación de su casa en donde una computadora ha suplido a su máquina de escribir, y desde la mañana hasta la noche se queda frente al monitor, haciendo historias con los dedos.

“Escribir es una vocación, pero ante todo es un trabajo y adquirir un oficio significa practicarlo todos los días”.

De niña jamás imaginó que sería escritora, sus ensoñaciones infantiles la situaban bailando en un escenario, gozando de muchos vestidos o de un amor de telenovela. Sin haber estudiado la universidad, algo de lo que se arrepiente, Elena comenzó su carrera periodística en el periódico Excélsior. Pronto destacó por su estilo y por las entrevistas que realizaba.

Su formación periodística le permitió acercarse a personajes interesantes, como Jesusa, de quien después escribiría la novela Hasta no verte, Jesús mío, y a quien admira profundamente por la fuerza .de voluntad con que superó las circunstancias de la vida y fue autosuficiente.

En esta novela, que relata la situación femenina después de la Revolución Mexicana, así como en su libro La Noche de Tlatelolco, a propósito de la revuelta estudiantil del año 68, Elena consolida su carrera y deja clara su preocupación por la justicia. La misericordia, dice, le causa repudio.

Al igual que otras carreras exitosas, la de Elena está llena también de fracasos, pero ella nunca los ha superado. Cada error que ha cometido en su vida lo lleva dentro, igual que el gran fracaso de México, al que también siente como suyo.

Para ella algo imprescindible para lograr  el éxito es justamente no desearlo y, aunque su carrera ha destacado también por un continuo activismo social, para ella lo más importante es ejercer bien su oficio de escritora, porque dice que aunque el trabajo se haga por una causa noble, si no se hace bien, lejos de beneficiarla, la perjudica.

Sabe que en México existe la libertad de expresión, aunque reconoce que cada periódico, libro o casa editorial tiene sus propios intereses y los plasma en sus productos. El lector siempre tendrá el poder de decidir qué consumir y qué no, por eso recomienda que el público siempre cuestione a cualquier medio y le pida neutralidad.

En la educación y el cuestionamiento de lo que se ve y se escucha está gran parte del secreto de un ciudadano para poder exigir y cambiar lo que le disgusta. Por desgracia, piensa Elena, la condición humana siempre ha sido la misma, y cuando la gente aprende ya es demasiado tarde.

Hacer bien lo que se hace, no ser indiferente y ser agradecida, son tres actitudes que le gusta mantener en su vida. La indiferencia ante el dolor de otros bien podría ser un crimen, por eso no es posible ignorar el entorno ni los padecimientos del país donde se vive.

Mantener un espíritu de agradecimiento también ayuda a entender por qué a veces deben sacrificarse deseos y antojos, especialmente en una vida como la del escritor, que está llena de momentos de soledad.

Su motivo de orgullo y agradecimiento más grande son sus tres hijos y sus 10 nietos. Dice que les ha causado muchos más problemas que ellos a ella, que son seres excepcionales cuyas vidas le agradan demasiado. Esa, dice Elena, es la mayor fortuna de su vida.

Cambiar la vida de una persona también es una fortuna. Quizá la literatura no pueda cambiar al mundo pero transforma sujetos, por eso es preciso crearla con mucha pasión y respeto. Piensa con modestia que el cariño y admiración que la gente le tiene viene más de su edad que de su trayectoria, aunque en el camino también ha tenido grandes detractores de su obra y pensamientos porque nunca se ha considerado parte del “establecimiento”.

Esos y otros momentos de confrontación le hacen recordar que lo que no mata, fuerza da; que sobre todas las cosas se debe disfrutar el aquí y el ahora y que jamás será posible construir nada con la destrucción ni la violencia, sino más bien, con el entendimiento hacia el otro.

“El que importa es el otro: el amante, el marido, hasta el mesero al que no le conoces ni la nariz”.

PERFIL

Elena Poniatowska, escritora mexicana


Elena nació en París en 1932, pero a una edad muy corta se trasladó a México. Tiene una gran trayectoria como escritora, activista y periodista. Siempre se le ha relacionado con la ideología de izquierda debido a su preocupación por las causas sociales y su franco rechazo al ''status quo''.

VOLUNTADES


Historias de éxito que trascienden

Javier Sicilia, de la palabra a la acción


El padre de Javier Sicilia le heredó su amor por la poesía. Al igual que él, Javier ha sido reconocido por años debido a su obra poética, cuyos temas están vinculados con la mística religiosa cristiana, desde la cual parte para crear.

En México ha sido reconocido con premios como el José Fuentes Mares y el Nacional de Poesía de Aguascalientes; además ha colaborado en diversas revistas y semanarios, y ha creado algunos otros de difusión poética y social.

Al margen de su  trayectoria como poeta, Javier Sicilia se ha convertido en figura pública en nuestro país, a raíz del fallecimiento de su hijo, atribuido a una organización del crimen organizado y en el que también perdieron la vida otros seis jóvenes.

A raíz del lamentable suceso, la poesía de Sicilia salió de los calces de las hojas y pisó el suelo. El poeta creó el Movimiento Nacional por la Paz con Justicia y Dignidad que, entre otras cosas, realiza marchas en pro de la paz y exige apoyo al gobierno, para terminar con el clima de violencia en el país.

Prácticamente Sicilia ha abandonado la poesía escrita. Ha abandonado el transcurso de su obra y su carrera, para dedicarse de lleno a la construcción de paz y a la incidencia en la política pública. Con él, miles de mexicanos se han sumado a este movimiento, que exige un estado de bienestar y seguridad que nos proteja a todos.

Quizá ahora Sicilia ya no intenta explicarse el mundo ni cambiarlo a través de la literatura. Hoy sus letras son pasos en una marcha, las hojas de sus libros son abrazos de consuelo y la poesía que escribe suma las voces de miles más que han emprendido esta lucha a su lado.

Como otros tantos escritores, Javier Sicilia debió salirse de los libros para combinar la palabra y la acción; para escribir la historia de su nuevo camino de vida; para invitar a otros a ser co autores y editores de la realidad en que vivimos. Como otros, Javier Sicilia no escribe más libros, intenta contar una nueva historia en este mundo.

10 NOTAS POSITIVAS

1. El Segundo Festival Internacional de Guitarra dio inicio en la Ciudad de México.

2. En Tabasco inicia el Noveno Festival Nacional de Danza Folclórica.

3. El DIF Guadalajara inaugura una exposición de arte para invidentes.

4. Argentina es elegido como país invitado para la Feria Internacional del Libro (FIL) 2014.

5. En Bogotá lanzan el Premio de Periodismo “Gabriel García Márquez”.

6. Unos mexicanos diseñan un detector de incendios forestales.

7. Japón instala sistema subacuático para predecir tsunamis.

8. El ingreso en hogares mexicanos crece 1.5 por ciento.

9. México y China acuerdan intensificar actividad turística.

10. El comercio anual entre México-Estados Unidos asciende a 500 billones de dólares.

Mar Adentro Propone

Para  leer…

Hasta no verte, Jesús mío, es la novela de Elena Poniatowska que más la ha marcado. En ella aparece Jesusa Palancares, una mujer de origen oaxaqueño  que no es un personaje, sino una mujer real que apareció posteriormente en otras obras de Elena, y se convirtió en su amiga. Es un entrañable personaje de la literatura mexicana.

saber más…
 

Apenas en 1998 la Asamblea General de la ONU adoptó la Declaración sobre los Defensores de los Derechos Humanos, para proteger a los activistas sociales de las amenazas y delitos de los que son víctimas en distintos países.  

Para conocer…

La Universidad de Guadalajara reabre su club de lectura Negro y Espacial, especializado en literatura de terror, policiaca, de ficción y fantasía. Asiste los martes de cada mes a las 19:00 horas en la casa Simón Bolívar, en la Colonia Americana.
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