Jalisco

En la calle Durazno, la vecindad tapatía más antigua

En el edificio sólo cinco cuartos se mantienen en pie; sus habitantes prácticamente viven en zona de riesgo

GUADALAJARA, JALISCO (09/DIC/2012).- Poco más de un siglo reflejado en grietas y escombros. La vecindad más antigua que tiene registrada el Ayuntamiento de Guadalajara, ubicada en la calle Durazno 1376, en la Colonia Cruz del Sur, luce desolada y evidentemente los años le pesan al inmueble que, a decir de sus inquilinos, nunca ha recibido “una manita de gato”.

Un pasillo tétrico es el que ahuyenta a los extraños. Se ventila un olor humedad al entrar y en el techo se observan unas cuantas telarañas. Al final de éste, la imagen de la Virgen de Guadalupe acompañada de varios floreros y luminarias mantiene vivas las esperanzas de sus habitantes.

Y es que, a raíz del fallecimiento del dueño del vecindario, sus ocupantes no han podido conservar en buen estado las instalaciones, por lo que demandan ayuda de las autoridades municipales. De hecho, el ayuntamiento de Guadalajara identificó a ésta vecindad como la más antigua, tanto, que no pudieron precisar su fecha de construcción.

Ya adentro de la vecindad, el piso y sus paredes revelan un deterioro notable a comparación de los hogares contiguos. Y hoy en día, sólo cinco cuartos están en pie, de 23 que originalmente fueron construidos sobre tres niveles que tienen la infraestructura; prácticamente sus habitantes viven en zona de alto riesgo.

Es el caso de María Santos Flores, de 83 años, quien desde hace 46 años se aloja en la vecindad. Por las condiciones deplorables en las que se encuentra el inmueble asegura: “Antes uno podía dormir tranquilamente, pero el deterioro que presenta (en la actualidad la vecindad) ha provocado que no podamos descansar bien, porque pensamos que en cualquier momento se puede caer. Y cuando llueve sufrimos mucho, porque el agua se mete a los cuartos”.

Y reiteró: “La verdad es que nosotros no podemos mantenerla (la vecindad), apenas tenemos para vivir y el dueño murió hace como 15 años. Como no tenemos los recursos para mantenerla, nos dijeron que nos ayudarían (a conservarla en buen estado), pero hasta el momento no han hecho nada y lo hemos pedido desde hace 10 años”.

A escasos pasos de las escaleras que conducen a lo que queda del primer nivel, tiene su habitación Leticia Ponce Flores, de 53 años, y quien también comentó: “Sentimos que esto se va a caer (el edificio)”.

Roberto Plascencia Dueñas, quien tiene su residencia frente a la vecindad, en la casa 1375, asegura: “Yo tengo 40 años viviendo aquí y esa vecindad sigue igual, nadie la arregla”.

Guadalajara, casi 20 años sin actualizar registro de estos edificios


Hace más de 17 años aparentemente el Ayuntamiento de Guadalajara llevó a cabo el último registro de vecindades. Y es que en la calle Ghilardi 975, en la Colonia Centro del municipio, se localiza lo que fue, a principios del año 90, una de las 660 reconocidas por el antiguo Departamento de Vecindades y Lotes Baldíos.

Aunado a esto, Carlos Ortiz, vecino, explicó: “Aquí no hay ninguna vecindad, hace como 17 años que dejó de serlo. De hecho aquí viven mis suegros”. Ortiz, quien tiene su residencia a escasas cuadras del domicilio mencionado, visita a sus suegros constantemente, incluso diario guarda su automóvil en la “supuesta vecindad”.

Su fachada luce un colorido amarillo. Adentro, un patio enorme utilizado como depósito de carros.

Al fondo a la derecha, aún se distingue cada una de las habitaciones de aquella vecindad que quedó en el olvido. Seis, para ser exactos. La vecindad se ha convertido en un solo hogar, sin perder su esencia, pero sí la función de albergar a varias familias.

“Pues era muy conocida (la vecindad) en la colonia y hasta donde yo me acuerdo todos los niños del barrio se juntaban para jugar en este patio enorme”.

En el último registro que tiene el municipio de Guadalajara, la vecindad mencionada está etiquetada como de “alto riesgo”, motivo por el cual no debería estar habitada, sin embargo, la realidad es completamente distinta hoy en día: “Cuando yo llegué a la colonia, hace 25 años, la verdad estaba para llorar la vecindad, no le daban mantenimiento, y ya casi no tenía inquilinos. Después el dueño tenía otras prioridades y mejor ofreció toda (la propiedad) para una sola familia, así aseguró su renta, no tuvo que esperar a que todos los cuartos se le rentaran y la fue arreglando poco a poco”, concluyó Ortiz.
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