Jalisco
En el río Atizcua, las tequileras hacen la diferencia
Habitante de Tequila indica que donde empiezan las empresas el agua es sucia por lo que descargan
Justo donde señala el dedo de Aurelio acaban de caer residuos de agave exprimido. Sobre las rocas hay montones de gavazo que sueltan vapor y se pierden en el arroyo. Los desechos están recién procesados, de los jugos que se les extrajeron sale el tequila.
A Aurelio le gustaba cuando, durante su infancia, a su mamá le tocaba lavar la ropa. Llegaban al Atizcua y cada uno se ocupaba de lo suyo: mientras la ama de casa se acomodaba adentro del río para tallar en las rocas las prendas de su familia, el niño se perdía chapoteando.
Después se construyeron unos lavaderos comunitarios, que ahora son punto turístico, y pocas son las personas que siguen el hábito de bañarse en el Río, pero es porque a las casas ya llega servicio de agua, la contaminación no tiene mucho que ver en esto, aclara el habitante del pueblo.
Si bien se sabe de las descargas de las industrias tequileras, no se resiente polución en la comunidad, explica Priscila, una joven oriunda de Tequila. Ella vivía cerca del corredor en que las empresas limitan con el arroyo y nunca supo de padecimientos o afecciones sanitarias por esta causa.
Se ven algunos tubos alrededor del río de donde salen desechos de las empresas, pero las autoridades están al pendiente de que el líquido arrojado sea procesado y liberado de contaminantes, comenta la joven.
EL INFORMADOR / ALEJANDRA PEDROZA
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