Jalisco

En corto

En el Ayuntamiento de Guadalajara a quienes se resistan a dejar sus cargos de confianza se les hará una auditoría a su gestión una vez que se acerque la fecha de cambio de estafeta blanquiazul a tricolor

Y SÍ RESPETARON

Eran las 9 de la noche del 5 de julio cuando sonó un celular en medio del griterío eufórico que estaba en un salón de un hotel en la Glorieta Minerva, del otro lado del auricular se escuchó la voz del presidente del comité estatal del PAN, Eduardo Rosales, quien acompañado del coordinador de las campañas, Abraham González Uyeda, felicitaron a su interlocutor, Aristóteles Sandoval, candidato priista tapatío, por el apabullante triunfo: “Jorge, queremos pedirte, y también a Eduardo Almaguer, que ahora que anuncien que ganaron, no vayan a denostar a nuestro partido, que no se vayan a burlar, es lo único que queremos pedirles”. Como hombres de acuerdos y de palabra, lo cumplieron.

¿Y ENTERARON AL PRESIDENTE?

Pero en otra parte, en el Ayuntamiento de Guadalajara, un alto personaje dio la orden a todos los directores y jefes de área que una vez que se acerque la fecha de cambio de estafeta blanquiazul a tricolor, ninguno renuncie hasta que los despidan y los indemnicen, o en el peor de los escenarios irse a juicio. Ante la advertencia que ya es del conocimiento del alcalde electo, Aristóteles Sandoval, la contestación es que a quienes se resistan a dejar sus cargos de confianza se les hará una auditoría a su gestión y a quienes se les encuentren irregularidades se les fincarán responsabilidades penales. La mira está puesta en Rastro y Padrón y Licencias.

PRONTO LLEGARÁ LA “LUZ”
 

Un poco más lejos, en Calzada del Campesino, los residentes del segundo piso de la Secretaría de Finanzas andan muy inquietos, dicen que la encargada del despacho no ha dado con bola para levantar el barco, y las deudas que recibió de siete millones de pesos ya se incrementaron hasta 11 millones, y hoy con la campaña se habla de hasta 18 millones en deuda. Eso ha generado retraso en el pago a los trabajadores, a los acreedores y hasta a la señora que les fía lonches en el puesto de enfrente. Incluso, se retrasó el pago de las computadoras que se compraron para modernizar los 125 comités municipales, porque no les alcanzan las prerrogativas.

¿VENDRÁN DE TAIWAN?

Y por fin aparecieron, luego de mucho elucubrar y de que se quejaban porque no los querían o les quedaron mal las tallas; desde el jueves pasado inició la repartición de los uniformes para las trabajadoras del Congreso. Los cuatro juegos de ropa que son parte de sus prestaciones sindicales, no son los que corresponden a este año, sino al del año pasado, esto porque la empresa nomás no ha podido cumplir con el pedido y puso miles de pretextos para no tomar las medidas, por las telas, y eso que ya se le habían pagado tres y medio millones de pesos para finiquitar las mil 500 piezas.
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