Jalisco

En Corto

Augusto “el incómodo”, decidió entregar la plaza, pero con la advertencia de que todavía hay pendientes en los tribunales

AGUÁNTENME TANTITO

Dicen que para no carrerearse y tomar decisiones equivocadas, el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana determinó en un acuerdo entre las partes afectadas y peticionarias, que en el resto de las quejas que fueron interpuestas por inconformidades de los partidos políticos en el Estado, las audiencias que se marcan por ley para desahogo de pruebas fueran diferidas para el miércoles o jueves de la próxima semana. Con eso se quedaron en suspenso las 17 del PAN y una en contra de Carlos Correa por un desplegado, además de tres del PRI, entre ellas contra el procurador de Justicia, Tomás Coronado, por andar de “filtrador” de una averiguación previa, y finalmente otra contra el líder nacional del blanquiazul, Germán Martínez por declaraciones.

VAYA QUEMADA

El que ya debería de hacerse una limpia es el reportero gráfico del Comité Estatal del PRI, Ricardo Morales, mejor conocido como “El Mosco”. Primero se hizo famoso a nivel nacional al aparecer en televisión cuando lo desalojaron a golpes del edificio de Calzada del Campesino, en aquella famosa toma de instalaciones de abril pasado por las huestes de Alfredo Barba y hasta le robaron partes de su equipo de trabajo. Luego hace unos días, en un evento en el salón Fiesta Guadalajara, al querer tomar algunas gráficas de la salida de encumbrados personajes políticos, se encendieron fuegos artificiales a la orilla de la alfombra por la que caminaba, y se le quemó el pantalón ocasionando que tuviera que ser hospitalizado.

ME VOY, PERO…

Muy quitado de la pena llegó el hasta ayer presidente del Instituto de Transparencia (Itei), Augusto Valencia López, a trabajar en su oficina del piso superior del edificio ubicado en la calle Miguel de Cervantes, a eso de las ocho y media de la mañana como todos los días. Pero llevaba la consigna de no dejar la oficina donde no tenía objetos personales que pudieran ser desalojados, a su sucesor, Jorge Gutiérrez. Con esa actitud orilló a que el nuevo presidente, cercano al PRI, tuviera que recurrir a una sede alterna que llamó mucho la atención: la oficina del consejero José Guillermo García Murillo, que es cercano a los panistas, y no a la de Guillermo Muñoz Franco, a  quien también se le relaciona con los tricolores. ¿Fue alternancia forzada o augurio de algún cambio? Finalmente Augusto “el incómodo”, decidió entregar la plaza, pero con la advertencia de que todavía hay pendientes en los tribunales.

¡AH QUÉ PAPELITOS!


Por cierto, en la tensa jornada que se vivió ayer en el Itei, que por varias horas tuvo dos presidentes despachando en el mismo sitio, llamó la atención la actitud que algunos calificaron como “lambiscona” de los dos consejeros de nombre Guillermo hacia el nuevo presidente. Nomás les faltó repetir el viejo chascarrillo de que si Gutiérrez Reynaga les hubiera preguntado “¿qué hora es?” habrían respondido al unísono “la que usted diga señor presidente”. Y otra cosa que también quedó para la anécdota fue la presencia de los policías tapatíos que  iban listos para aplicar un desalojo y terminaron pegándose una tremenda aburrida en su patrulla afuera del edificio.
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