Jalisco
El sigilo, arma invaluable para el combate al delito
Para efectos de brindar apoyo en situaciones delicadas, la Policía de Guadalajara ha preparado a un grupo especial cuya característica principal es el ataque con fuerza y cautela
Las destrezas a pulir para el elemento demandan, entre muchas otras ramas, conocimientos avanzados en la infiltración con sigilo, para efectos de pasar desapercibidos ante los ojos de la delincuencia y así el operativo de ingreso sea considerado como exitoso. De otra manera, las consecuencias podrían ser fatales.
Es por ello que la Policía de Guadalajara ha preparado a un grupo especial, conformado por 30 oficiales de élite, cuyo entrenamiento habitual se basa precísamente en el perfeccionamiento de esta regla dorada. Sin embargo, no es el único aspecto a afinar cuando del combate al crimen se trata, puesto que también han sido capacitados para efectuar rescates en situaciones extremas sin descuidar la protección mutua que siempre se atiende dentro del grupo operativo.
Es así que, desde el año 2002, la Dirección de Seguridad Pública de Guadalajara ha instaurado al Grupo de Incursión como emblema del rescate para situaciones en extremo delicadas. Primero denominado Escuadrón de Reacción Inmediata en Crisis (ERIC), fue hasta diciembre de 2007 que se fusionó con el Grupo Lobos.
Manejo en crisis
Según mencionó el primer comandante de este grupo, Gabriel Flores Insunza, los policías que forman parte de este escuadrón adquieren conocimientos en las áreas de negociación y manejo de crisis, así como el análisis táctico y la investigación policial.
“Se utilizan, por ejemplo, a petición de un juez; si hay algún cateo de la PGR (Procuraduría General de la República) se les presta el apoyo para ingresar a algún domicilio que va a ser cateado y que no se tenga conocimiento sobre quién se encuentre ahí”, señaló el mando policial.
Pero lo anterior no significa que la labor del grupo táctico e incursión queda reducida a un apoyo de las fuerzas federales en sus constantes embates al narcotráfico, puesto que también prestan su auxilio en situaciones extremas; por ejemplo, cuando se tiene conocimiento pleno de la ubicación de una persona que ha sido privada de su libertad.
En gran medida, a eso se debe que un operativo de incursión sea finamente planeado, toda vez que las consecuencias de un mal paso en cualquiera de los policías que conforman la célula operativa podría traer graves consecuencias para la víctima (hablando específicamente de un caso de secuestro) o de la propia agrupación policial. Ésa es la razón por la cual todos los flancos son cubiertos.
Labor de grupo
Aunque las estrategias de exploración y análisis, por obvias razones no fueron reveladas, en una sesión habitual de entrenamiento del Grupo de Incursión tapatío, se logró conocer un poco de lo que los oficiales realizan para prevenir un ataque sorpresa, anticipándose al pensar de la delincuencia.
Primero, una formación circular coadyuvada con movimientos ágiles; pensada para cubrir todos los puntos posibles de agresión. Y como toda precaución resulta poca para un grupo especial, también se cuenta con ayuda a distancia como son los francotiradores, cuya posición secreta está planeada para evitar que la movilización pie a tierra no se vea fracturada por un embate espontáneo.
“Hay muchos de ellos que son negociadores; también contamos con francotiradores que van dentro de ese mismo grupo, pues tienen que cuidar todos los flancos (…) aparte de eso cuentan con cursos de protección a funcionarios”, indicó el comandante.
Indumentaria
Y como todo grupo de reacción que se precie de serlo, las habilidades desarrolladas por los agentes de esta sub división demandan una vestimenta especial que diste de la que usan sus homólogos en la corporación; por eso su uniforme reúne como elementos vitales la protección y la velocidad.
“Ellos cuentan con un chaleco de mayor nivel que cuenta con placas que soportan disparos de armas largas, además de un casco de kevlar, gogles para protegerlos de esquirlas, guantes y rodilleras (pues al momento de una incursión tienen que ir arrastrándose); es un equipo diferente, pues cuentan con visión nocturna”.
Además de ello, las armas que les han sido asignadas cuentan con un mayor poder de agresión, e incluso, como ya se mencionaba, hay varios rifles de larga distancia que se les otorgan a los francotiradores.
“También tienen un equipo para la incursión, que es un tubo especial para abrir cerraduras o derribar puertas y escudos antibalas”, agregó.
Evolución policial
Para que este grupo élite de la Policía tapatía mantenga ese perfil táctico se requiere un entrenamiento constante, labor que los 30 elementos que lo conforman cumplen semana tras semana; e incluso, según lo informó Flores Insunza, reciben capacitación foránea.
“Entre nosotros entrenamos, pero (también) se mandan a la Academia Regional de Occidente por lo menos cada seis meses (…) son tres niveles del curso y se ha estado ayudando a los compañeros para que tomen ese curso de actualización, y los que aún no tienen los siguientes niveles se les manda para que lo tomen”, agregó.
El comandante tapatío puntualizó que, así como la inteligencia en los delincuentes les permite planear nuevas estrategias para burlar la acción de la justicia, la labor del policía debe avanzar a la par: “Si hay alguna nueva técnica, hay que mandarlo a actualizar, por que al igual que los maleantes adquieren nuevas técnicas, también nosotros debemos estarnos actualizando”, finalizó.
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