Jalisco
El recuerdo del 22 de abril se diluye entre los jóvenes
Saben de tecnología, algunos recuerdan el Día de la Tierra, pero “no se dan color” de la tragedia de hace dos décadas
Sociables, desparpajados, alegres y familiarizados con la tecnología. Es el perfil común de los jóvenes que tienen menos de 20 años y crecen en la ciudad. Pero sobre el 22 de abril de 1992 y cómo transformó la ciudad saben muy poco. O nada.
Emmanuel Serrano pasa su tiempo entre la escuela y la patineta. Le gusta pasear por Avenida Chapultepec, donde por las tardes trata de vender en 10 pesos separadores de libros que él mismo diseñó.
De carácter alegre, su expresión se torna mucho más seria cuando se le pide una opinión sobre las explosiones que azotaron a la calle Gante y al Sector Reforma hace dos décadas. “No sé, conozco muy poco”, se excusa para evadir el tema. Dice que no quiere opinar. Luego recula, lo piensa un poco, y entonces relata lo que sabe. O medio sabe: “Nada más escuché que causaron una fuga de gasolina, no sé si estoy en lo correcto. La verdad, la ubicación no la sé; estaba muy chico”.
No lo vivió. Tiene exactamente 20 años. Lo que conoce, lo aprendió en casa: “Sé de las explosiones por mi mamá, fue ella la que me dijo lo de la fuga de gasolina. Pero en realidad no sé tampoco en qué fecha fue. Si me enteré de que hubo algunas muertes, algunas casas, algunos edificios dañados. Pero en realidad no sé más”.
Interés y confusión
La tragedia del 22 de abril de 1992 modificó profundamente el rostro urbano de Guadalajara. Marcó también a toda una generación de tapatíos. Para quienes nacieron de forma posterior a esa fecha, los relatos que escuchan son confusos, en el mejor de los casos; incompletos, en general.
Mientras se encuentra revisando los apuntes de la escuela en una calurosa tarde en Plaza Guadalajara, Gustavo Medrano trata de recordar un hecho que no vivió: nació hace 18 años. “Escuché que hubo una explosión hace mucho, por culpa de gas en la alcantarilla que se calentó, que volaron unas calles y que se perdieron vidas, pero hasta allí. Me lo contaron mis papás, pero francamente yo no tengo idea muy clara de qué es lo que ocurrió”, expone y regresa de inmediato a su cuaderno.
El “no sé” es el mantra entre los jóvenes. La falta de interés por pronunciarse en este tema, también. No son pocos los que esquivan la oportunidad de expresar la opinión.
Pero eso no quiere decir que todos huyan de la pregunta. También existen algunos (pocos, pero los hay) que quieren expresarse con claridad sobre el tema. “Yo sí sé sobre el 22 de abril”, afirma Misus Ricalde.
A punto de comenzar sus estudios en cine, se muestra segura antes de hablar. Dice que es una fecha importante y que ella cada año la conmemora tratando de no contaminar. Cuidando los árboles. Separando la basura.
Para ella, como para buena parte del mundo (menos para muchos tapatíos), lo único que se celebra el 22 de abril es… el Día de la Tierra. Misus nació en Culiacán y vino a la Perla Tapatía para proseguir con su formación académica. Nadie en la ciudad le dijo lo que ocurrió hace 20 años.
Es probable que nadie de la generación “NoNi” lo haga.
Para Misus, como para buena parte del mundo, lo único que se celebra el 22 de abril es… el Día de la Tierra
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