Jalisco
El medio ambiente, otra víctima de los narcolaboratorios
La producción de metanfetaminas produce efectos nocivos para la salud y la ecología
Hay por lo menos tres instituciones que alertan en sus informes sobre la gravedad del impacto ecológico que dejan los laboratorios de metanfetaminas de las organizaciones criminales, tanto en zonas urbanas como rurales, ya que por su misma naturaleza clandestina, no obedecen a ningún tipo de norma sanitaria o patrón de seguridad en las instalaciones donde desarrollan los ciclos productivos de las drogas, y menos aún para la disposición final de sus desechos químicos peligrosos.
Esto se plasmó en el Informe Global sobre Estimulantes de Tipo Anfetamínico que elaboró en 2008 la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). Pero antes, había sido el Departamento de Justicia de los Estados Unidos y su Centro Nacional de Información sobre Drogas (NDIC), el que expuso desde 2003 las implicaciones medioambientales y de riesgo para la salud que deja la producción de metanfetaminas, lo que evidenció en el documento Evaluación Nacional sobre la Amenaza de las Drogas de aquel año.
La afectación medioambiental y sanitaria de los narcolaboratorios es de especial incumbencia para Jalisco, el segundo Estado con la mayor infraestructura clandestina para la producción de metanfetaminas en el país (según informó este diario desde el 21 de noviembre de 2011), sólo después de Sinaloa y seguido por Michoacán, la tríada de entidades del Pacífico mexicano que concentró 91% de todos los narcolaboratorios detectados a nivel nacional por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en 2011.
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