Jalisco
El estadio errante
Es una obra que sale perfectamente en 12 meses, por lo que los políticos tensarán el hilo hasta el final
Nada sintetiza mejor el conflicto político de Jalisco que las decisiones panamericanas. Primero fue la Villa, que se convirtió en rehén de los intereses políticos y la vimos sucumbir en el Centro de la ciudad para irse a El Bajío. Pero el que más ha sufrido de los jaloneos políticos es el Estadio de Atletismo. Originalmente se habló del Parque de la Solidaridad, en la confluencia de Guadalajara y Tonalá.
Estuvo cerca de construirse en el Politécnico de la UdeG, pero luego en la Barranca de Huentitán. Después se especuló que iría a El Bajío, a un lado de la Villa Panamericana, luego en el Autódromo Hermanos Gallo, al pie de La Primavera, donde comenzó la construcción hace tres meses.
Ante la indecisión de Zapopan de otorgar los permisos, Tlaquepaque presentó recientemente un proyecto para hacerlo en el Cerro del Cuatro. Finalmente, siempre se ha hablado del plan B, que es poner una gradería portátil en la Unidad Revolución. La pregunta obvia es: ¿Por qué el estadio ha sido objeto de tanto manoseo?, mucho más que cualquier otro.
¿Qué tiene el estadio de atletismo de particular?
Hay dos razones fundamentales para la indecisión: la primera es que es el estadio relativamente más sencillo de construir, lo que le permite a lo políticos jalar esa liga más que en cualquier otro edificio. Ninguno de los complejos importantes que se requieren para los Panamericanos de 2011 podría hacerse en 14 meses y 10 días que faltan para la inauguración, excepto el de Atletismo.
Es una obra que sale perfectamente en 12 meses, por lo que los políticos tensarán el hilo hasta el final. La segunda razón por la que el estadio de atletismo ha sido tan codiciado es por los usos que se le pueden dar. Quien se quede con la administración del estadio tendrá un lugar ideal para eventos masivos, llámese conciertos, espectáculos o misas. Este espacio podrá competir perfectamente con los tres estadios que existen en la zona metropolitana (el Jalisco, el todavía llamado 3 de Marzo y el Chivas-Omnilife) en eventos de 15 a 20 mil asistentes.
Así las cosas, de lo único que podemos estar seguros es que no hay nada seguro para el Estadio de Atletismo. La propuesta de Zapopan de hacerlo en la unidad deportiva conocida como La Curva (en el terreno que está en Laureles, entre Santa Lucía y Dr. Luis Farah), no es definitiva. Hay otras propuestas y hay incluso una fuerte presión para que continúe el que ya se está construyendo en La Primavera. La decisión final en torno al estadio errante deberá tomarse en este mes (ahora sí que el tiempo se agota) y de lo único que podemos estar seguros es que el factor menos importante en la decisión, sea cual sea el resultado, es el uso posterior que a la ciudad le convenga.
Estuvo cerca de construirse en el Politécnico de la UdeG, pero luego en la Barranca de Huentitán. Después se especuló que iría a El Bajío, a un lado de la Villa Panamericana, luego en el Autódromo Hermanos Gallo, al pie de La Primavera, donde comenzó la construcción hace tres meses.
Ante la indecisión de Zapopan de otorgar los permisos, Tlaquepaque presentó recientemente un proyecto para hacerlo en el Cerro del Cuatro. Finalmente, siempre se ha hablado del plan B, que es poner una gradería portátil en la Unidad Revolución. La pregunta obvia es: ¿Por qué el estadio ha sido objeto de tanto manoseo?, mucho más que cualquier otro.
¿Qué tiene el estadio de atletismo de particular?
Hay dos razones fundamentales para la indecisión: la primera es que es el estadio relativamente más sencillo de construir, lo que le permite a lo políticos jalar esa liga más que en cualquier otro edificio. Ninguno de los complejos importantes que se requieren para los Panamericanos de 2011 podría hacerse en 14 meses y 10 días que faltan para la inauguración, excepto el de Atletismo.
Es una obra que sale perfectamente en 12 meses, por lo que los políticos tensarán el hilo hasta el final. La segunda razón por la que el estadio de atletismo ha sido tan codiciado es por los usos que se le pueden dar. Quien se quede con la administración del estadio tendrá un lugar ideal para eventos masivos, llámese conciertos, espectáculos o misas. Este espacio podrá competir perfectamente con los tres estadios que existen en la zona metropolitana (el Jalisco, el todavía llamado 3 de Marzo y el Chivas-Omnilife) en eventos de 15 a 20 mil asistentes.
Así las cosas, de lo único que podemos estar seguros es que no hay nada seguro para el Estadio de Atletismo. La propuesta de Zapopan de hacerlo en la unidad deportiva conocida como La Curva (en el terreno que está en Laureles, entre Santa Lucía y Dr. Luis Farah), no es definitiva. Hay otras propuestas y hay incluso una fuerte presión para que continúe el que ya se está construyendo en La Primavera. La decisión final en torno al estadio errante deberá tomarse en este mes (ahora sí que el tiempo se agota) y de lo único que podemos estar seguros es que el factor menos importante en la decisión, sea cual sea el resultado, es el uso posterior que a la ciudad le convenga.
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