Jalisco

El costo de una mordida

No se trata sólo de un favor, se trata de una conducta sistematizada, institucionalizada, perdonada y tolerada en todos los ámbitos de la vida nacional

Hoy se publica una foto reveladora en la portada de este diario, una foto que registra gráficamente para la posteridad lo que durante muchos años ha sido un cáncer para el país: el momento mismo en el que la idea de corrupción se materializa en un billete doblado que pasa de manos de un conductor a las de un agente de tránsito.

La responsabilidad de ese acto es compartida y debe avergonzar, con foto o sin ella, a todos los que diariamente participan de este innoble acto que agujera nuestra convivencia. No se trata sólo de un favor, se trata de una conducta sistematizada, institucionalizada, perdonada y tolerada en todos los ámbitos de la vida nacional.

De acuerdo con Transparencia Mexicana, Jalisco es uno de los estados más corruptos del país: de los 33 que hay, sólo 11 le ganan en este feo deporte. Los automovilistas, dice el Índice Nacional de Corrupción, usan el cohecho seis de cada 10 veces en las calles de este lugar para evitar una multa. Es casi una tradición.

El conductor de la camioneta Jeep que ayer tuvo la mala fortuna de ser captado por un fotógrafo mientras actuaba como un ciudadano deshonesto, se ahorró una multa por pasarse un alto, que en esta ciudad es de ocho días de salario mínimo, más o menos 400 pesos, que pueden convertirse en la mitad si se paga en los primeros días.

Eso significa que un ciudadano consideró que los incentivos para corromper a un agente de Vialidad son muy altos. Por ahorrarse 200 pesos (en realidad menos, porque algo pagó) comete un delito, hace a otro cometer un delito, sale en una vergonzosa foto y continúa el círculo infinito de valores inadecuados en Jalisco. Si se le puede pagar a un oficial de tránsito, ¿por qué no a un perito valuador, a un ingeniero civil, a un responsable de compras, a un perito de protección civil que insiste, necio, que en esa zona no se puede construir porque se inunda?

La corrupción es un problema de todos, no sólo de las autoridades, y aunque parezca un camino para ahorrarse tiempo y dinero, es un tortuoso laberinto que entorpece la vida en sociedad. No se trata de un juicio moral, sino de una postura pragmática: al final, la corrupción encarece la ciudad.

Ejecuciones en Jalisco

El reciente cambio de postura de las autoridades estatales debe aplaudirse. La torpeza de negar el aumento en ejecuciones relacionadas con el narco es mucho más peligrosa: abre la puerta a especulaciones y a portadas irresponsables de periódicos insensatos.

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