Jalisco
El contralor tapatío pide licencia; denuncia espionaje
Se ausentará de su cargo en lo que se termina la indagatoria sobre su viaje a Las Vegas
El funcionario relató que, tras pedir permiso para faltar los días 25 y 26 de noviembre, él y su esposa invitaron al viaje al empresario Mauricio Romero Lugo, también con su pareja, pues son amigos desde hace siete años. Inicialmente mintió y rechazó haber asistido a esa ciudad, justificó, pues lo “atemorizó” saberse sujeto, junto a su familia, de una labor de “espionaje”, de la que habrían resultado las fotografías publicadas en medios impresos.
“Todos indagaban y yo me asusté, me atemoricé. No entendía cómo era posible que viajar para ver un concierto pudiera generar estas indagatorias; me sentí una vez más seguido, espiado, vulnerado en mi privacidad. No supe manejar la situación. Oculté mi estancia en Las Vegas. Es un hecho por el cual me disculpo públicamente con la ciudadanía de Guadalajara. Por temor a que podrían seguirme espiando, intenté desviar su atención a Tucson, donde había estado la noche anterior. Puntualizo que mi ánimo siempre fue el de proteger a mi familia; a mi esposa. Para nosotros, como para cualquier otra familia, es fundamental el respeto a nuestra privacidad y es atemorizante pensar que, aun fuera del país, y sin estar haciendo nada ilegal, puedan seguirte con el afán de intimidarte y construir una historia sin fundamentos”.
Reconoció, sin embargo, que viajó en el avión de su otro amigo Diego Valencia, un empresario de la industria alimenticia, por lo que tanto él como Romero Lugo pagaron solamente la turbosina utilizada en partes iguales.
Aunque se le expuso la prohibición presente en la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos para aceptar “dádivas o servicios”, rechazó haber cometido alguna ilegalidad. Dijo que otorgará toda la información relacionada con su patrimonio que requiera la Oficina de Combate a la Corrupción para que esclarezca esta situación, como sus cuentas bancarias y las de su esposa.
“Esta experiencia me deja claro que ‘alguien’ gasta mucho dinero en seguirme, en espiarme y en hostigarme, así lo dejó claro todo lo sucedido. No es normal que te sigan, no es normal que en días de descanso te fotografíen, no es normal que dichas fotografías estén perfectamente cuadradas para golpear la imagen de un funcionario y, con ello, lastimar la imagen de un gobierno”.
Más adelante, aseveró que “sentarse a la mesa con un empresario (como aparece en las imágenes), que de forma honrada ha consolidado una posición en nuestra ciudad, no es ningún delito. ¿Desde cuándo los empresarios son delincuentes? Que quede claro, yo como contralor, por mi ámbito de acción, no tengo facultades para influir en decisiones en materia de obras o construcción”.
Finalmente, el “espionaje” sobre el cual dijo que también se está aplicando a otros integrantes del gabinete (no puntualizó quién es el responsable), es resultado de las labores de su dependencia en el señalamiento de irregularidades durante la anterior gestión municipal, sobre las que ha denunciado ante distintas instancias 533.1 millones de pesos.
Se le insistió en el hecho de su mentira: “Quiero aclarar que en la esfera pública, mis actuaciones y en las auditorías siempre me he conducido con la verdad hacia ustedes y la sociedad; en mi esfera privada funciona distinto, si no digo la verdad de a dónde me voy cuando se me pregunta, tengo derecho a guardar esa privacidad, más siendo el contralor, más por motivos de seguridad”.
Y concluyó: “Lo que me pasó, y sin dejar de reconocer ante los tapatíos mi error, constituye el inicio público de una campaña de desprestigio en contra de un personaje, y da cuenta también del tamaño del miedo de muchos ex funcionarios que, en ejercicio de su cargo, dejaron inconsistencias que hoy son investigadas y por las cuales tendrán que dar explicaciones”.
FRASE
"Esta experiencia me deja claro que ‘alguien’ gasta mucho dinero en seguirme, en espiarme y en hostigarme, así lo dejó claro"
Víctor Urrea, contralor tapatío con licencia.
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