Jalisco

El cempasúchil, regalo de México a la avicultura mundial

Hay una investigación de lo que ha sido la aportación mexicana a la avicultura contemporánea

GUADALAJARA, JALISCO (30/OCT/2011).-  Ahora que se avecina llamado el Día de Muertos salen a borbotones las flores típicas de esta temporada como el cordón de obispo (llamado también cresta de gallo), la siempreviva, las gladiolas y de manera destacada el cempasúchil, planta de ornato que no puede faltar en los altares de los difuntos.

Esta flor tiene raíces muy profundas en el pasado prehispánico de México, ya que se le usaba con fines rituales, medicinales y de pigmento de ropa.  
 
El cempasúchil es una planta endémica de México a Centroamérica, y desde esta región se ha dado a conocer al mundo. Estados Unidos (allá se le llama marigold) es un país que la ha adoptado y la cultiva en varias regiones de su vasto territorio, donde sus científicos agronómicos incluso han diseñado diversos paquetes tecnológicos para un cultivo con un enfoque empresarial.

Sin embargo, México ha puesto su sello distintivo en el empleo de esta flor como un pigmento de gran relevancia para darle el tono amarillo a las yemas de las gallinas, a la misma piel de esta ave y los pollos de engorda. En esto hay toda una investigación muy documentada de lo que ha sido la aportación mexicana a la avicultura contemporánea de parte de los investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Juan José Sánchez Saldaña y Juan Manuel Cervantes.

Estos académicos han puntualizado las aportaciones de los bioquímicos del Instituto de Química de la UNAM, Sergio Brambila y Alejandro Cuadra, quienes acuñaron la introducción de la harina deshidratada de cempasúchil en los años 60 del siglo pasado, bajo apoyos de la Fundación Rockefeller y del Gobierno Federal mexicano para asegurar la pigmentación de la carne de las gallináceas y de la yema de sus huevos, de una  manera natural, inocua y lograr mejorar la presentación de este alimento ante la población mexicana y posteriormente ante la de otros países.

 Por cierto, las investigaciones realizadas en nuestro país en torno al cempasúchil se dieron en un momento en que la demanda de carne de res se tuvo a la baja por la secuela de la fiebre aftosa que repercutió drásticamente contra el hato bovino nacional, lo que trajo un gran repunte en el consumo de la carne de aves y del huevo.    
 
PARA SABER


En la dieta de las aves, los nutriólogos avícolas recomiendan una dosis de flor de cempasúchil de 28 miligramos por cada kilogramo de alimento (compuesto de granos como maíz o sorgo, junto con pasta de soya).
 
México es líder en el consumo de huevo fresco con 23 kilogramos al año.
Si Jalisco fuera un país, sería el décimo productor mundial de huevo.
 
Fuente: Investigaciones de la UNAM. Unión Nacional de Avicultores. Comisión Internacional del Huevo.

EL INFORMADOR / SALVADOR Y MALDONADO
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