Jalisco
El camino del tren: la gran oportunidad
Si Guadalajara aspira a una verdadera modernidad, debe recuperar el servicio del tren de pasajeros interregional
Desde luego, la vía férrea tapatía contribuyó en gran medida a determinar los usos de suelo industriales y su misma viabilidad. Hubo señalados errores: la creación arbitraria y autoritaria de la zona industrial del Poniente de la ciudad (aceiteras, vidriera, etc.). Esta imposición del Gobierno del Estado, realizada hacia 1943, provocó la renuncia colectiva de quienes entonces estaban a cargo del Plano Regulador de Guadalajara: Ignacio Díaz Morales, Juan Palomar y Arias y otros. Una petición de éste último, realizada con toda oportunidad, fue también rechazada: la de deprimir —como sucede en tantas ciudades de Europa— el trazo de la vía para evitar la crónica segmentación urbana que ha sido tan costosa para la urbe.
La vía férrea y su derecho de vía resultaron en su tiempo hasta cierto punto coherentes con determinadas circunstancias. Éstas han cambiado radicalmente. Desde hace mucho se viene insistiendo en la necesidad de establecer el macrolibramiento ferroviario, que evitaría que una alta cantidad de carga, que no tiene nada que ver con la ciudad, circule por la zona urbana con los consabidos perjuicios para ella. Por otro lado, muchos usos industriales que se desempeñarían con mayor eficiencia y menores riesgos fuera del área citadina deberían ser adecuadamente reubicados en nuevas zonas. Éste es un punto delicado que requeriría un apropiado apoyo oficial para ese sector. Pero dentro de un esquema bien articulado, la misma liberación y desarrollo de valiosas y estratégicas reservas urbanas podría hacer viable esta reconversión.
Es importante no perder de vista el hecho de que si Guadalajara aspira a una verdadera modernidad, debe recuperar el servicio del tren de pasajeros interregional, y asegurar su acceso —por el actual trazo— a la zona central de la mancha urbana, a la actual e inoperante estación. Una vez asegurado el futuro del tren de pasajeros dentro de Guadalajara, existen casi mil hectáreas de derechos de vía y patios ferroviarios, más las superficies que gradualmente fueran liberando las industrias a reubicarse, que pueden significar el gran proyecto urbano tapatío. A partir de esta ordenada reconversión, adecuadamente operada en términos financieros, económicos, sociales, técnicos y urbanos es posible obtener los recursos necesarios para el gran proyecto.
Éste podría incorporar muchos de los elementos que por estos días se han mencionado, más otros: extensas áreas verdes, un corredor de movilidad multimodal con tren de pasajeros, tren eléctrico y BRT, ciclovías, amplios accesos y conexiones peatonales, áreas de usos mixtos y habitacionales, equipamientos diversos…
Es evidente que existe ahora una concesión de las áreas ferroviarias y múltiples factores a considerar. Sin embargo, es necesario pensar en grande. Las distintas voces sociales que se han hecho oír estos días a propósito del tema parecen coincidir en ubicar con gran relevancia este tema en la agenda comunitaria. El reto está ante nosotros.
Síguenos en