Jalisco
El agente cero cero verde y el maléfico doctor Sí
Hoy, la conocida “ley Simi” es una radiografía clara de la falta de vergüenza que impera en las pútridas, cancerígenas y altas esferas de la irrespirable política nacional
Para hablar de este hit de pantalla, con la presencia de la maléfica botarga del doctor transimi y nuestros mentirosos amigos del partido muerte oportunista, es necesario primero mencionar algunos antecedentes.
En un sexenio no muy lejano y apoyado por el negro corazón de la televisora por todos conocida, el partido oportunista de México decidió lanzar una campaña que decía algo así como “si no te lo puede pagar (el Gobierno), que te lo compre”, regresando al más absurdo sentido paternalista de la comedia política nacional. Ni crean, queridos compañeros mexicanos, que este diabólico slogan tenía una doble agenda en la que por ningún motivo estaba siquiera pensada la posibilidad de sacar al IMSS de su profunda crisis.
Hoy, la conocida “ley Simi” es una radiografía clara de la falta de vergüenza que impera en las pútridas, cancerígenas y altas esferas de la irrespirable política nacional.
Con 302 votos a favor, 95 en contra y 23 abstenciones, la Cámara de Diputados aprobó hace un mes una reforma a la Ley del Seguro Social con la que se aprueba la entrega de vales para medicinas cuando el IMSS no tenga en existencia los medicamentos. O sea, siempre. Resulta sospechoso (o más bien no) que la reforma le venga a las mil maravillas al partido familiar del tucanazo. El hecho de que el zar anticorrupción, Batman, el cero cero siete y los gemelos fantásticos no hayan aparecido en escena a decir “no manchen”, demuestra que en esta bella tierra del faisán y del venado todo, absolutamente todo, lo más recalcitrante, la grosería a flor de piel y el guano en toda la extensión de la cartera, se vale.
Así que mientras las botargas prescriben medicamentos de dudosa solvencia moral, nosotros podemos intentar lograr un buen servicio en el IMSS o en el ISSTE, sin lograrlo, hasta que el Gobierno del cambio (para peor) decida que como Telmex sólo puede ser salvado por la iniciativa privada y nos la dejen Caetano Veloso una vez más.
O bien, puede que en medio de un sueño imposible, los pensionados y pensionables del IMSS y el ISSSTE se nos despabilen y entiendan que si el de la botarga puede hacer medicamentos, también el Gobierno de Felipe el Breve puede hacerlo si se le tuerce la manita un poco. Y el IMSS y el ISSSTE pueden torcerla un mucho…
Con una buena cantidad de farmacias, medicamentos similares a precios populares y otras herramientas simples ya implementadas por un particular que ha sacado ese dinero del erario público, es posible garantizar pensiones para los trabajadores y servicios de salud para los mexicanos.
O claro, podemos seguir tranquilos aceptando tortibonos canjeables por cafiaspirratinas del doctor similar en turno, mientras nos morimos de hambre y estos señores siguen con sus copetonas bodas de alto presupuesto a nuestras costillas.
En un sexenio no muy lejano y apoyado por el negro corazón de la televisora por todos conocida, el partido oportunista de México decidió lanzar una campaña que decía algo así como “si no te lo puede pagar (el Gobierno), que te lo compre”, regresando al más absurdo sentido paternalista de la comedia política nacional. Ni crean, queridos compañeros mexicanos, que este diabólico slogan tenía una doble agenda en la que por ningún motivo estaba siquiera pensada la posibilidad de sacar al IMSS de su profunda crisis.
Hoy, la conocida “ley Simi” es una radiografía clara de la falta de vergüenza que impera en las pútridas, cancerígenas y altas esferas de la irrespirable política nacional.
Con 302 votos a favor, 95 en contra y 23 abstenciones, la Cámara de Diputados aprobó hace un mes una reforma a la Ley del Seguro Social con la que se aprueba la entrega de vales para medicinas cuando el IMSS no tenga en existencia los medicamentos. O sea, siempre. Resulta sospechoso (o más bien no) que la reforma le venga a las mil maravillas al partido familiar del tucanazo. El hecho de que el zar anticorrupción, Batman, el cero cero siete y los gemelos fantásticos no hayan aparecido en escena a decir “no manchen”, demuestra que en esta bella tierra del faisán y del venado todo, absolutamente todo, lo más recalcitrante, la grosería a flor de piel y el guano en toda la extensión de la cartera, se vale.
Así que mientras las botargas prescriben medicamentos de dudosa solvencia moral, nosotros podemos intentar lograr un buen servicio en el IMSS o en el ISSTE, sin lograrlo, hasta que el Gobierno del cambio (para peor) decida que como Telmex sólo puede ser salvado por la iniciativa privada y nos la dejen Caetano Veloso una vez más.
O bien, puede que en medio de un sueño imposible, los pensionados y pensionables del IMSS y el ISSSTE se nos despabilen y entiendan que si el de la botarga puede hacer medicamentos, también el Gobierno de Felipe el Breve puede hacerlo si se le tuerce la manita un poco. Y el IMSS y el ISSSTE pueden torcerla un mucho…
Con una buena cantidad de farmacias, medicamentos similares a precios populares y otras herramientas simples ya implementadas por un particular que ha sacado ese dinero del erario público, es posible garantizar pensiones para los trabajadores y servicios de salud para los mexicanos.
O claro, podemos seguir tranquilos aceptando tortibonos canjeables por cafiaspirratinas del doctor similar en turno, mientras nos morimos de hambre y estos señores siguen con sus copetonas bodas de alto presupuesto a nuestras costillas.
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