Jalisco

El Rebalse, la necedad que imperó durante “Jova”

Miembros del equipo de rescate aerotáctico que maniobran sobre el helicóptero Fénix describen la reacción de los pobladores

CIHUATLÁN, JALISCO (14/OCT/2011).- Antes muertos que fuera de su hogar, tal fue la ideología que mantuvieron las cerca de 100 personas que habitan el sitio conocido como El Rebalse, zona de grave afectación en el municipio de Cihuatlán que previo al huracán “Jova” fue advertida de la inminente afectación que dejaría a su paso el meteoro por costas jaliscienses.

Todos viven de los platanares, aquellos que desaparecieron los vientos de la tormenta en una sola madrugada. Su negación a abandonar la zona de desastre, aún después de que “Jova” devastara su hogar, fue rotunda. “Prefirieron quedarse ahí; nos gritaban que nomás les lleváramos víveres, que no saldrían”, narra uno de los miembros del grupo aerotáctico Fénix, de Protección Civil estatal, comisionado a buscar y trasladar a los tercos “rebalseros”.

Antes del impacto, la Unidad Municipal de Protección Civil, el Ayuntamiento de Cihuatlán, la propia Unidad estatal e incluso el Ejército Mexicano acudieron a la zona costera para exhortar a los habitantes a desalojar de inmediato el lugar. El Rebalse se quedó; ninguno de sus vecinos dudó siquiera un momento en dar su brazo a torcer.

Hoy, los miembros de esa comunidad aún se encuentran arriba de sus casas, esperando a que llegue alguna autoridad que les arroje insumos. Abandonar a estas alturas no es una opción viable a este momento. Ya su decisión se tomó desde un principio, y no se quebrantaría una vez que los fuertes vientos y lluvia inundaran su modesto patrimonio.

“Los tratamos de convencer; no sirvió. Les pedimos en innumerables ocasiones que se salieran de ahí, que ‘Jova’ ya estaba cerca, pero nada de eso sirvió”.

Un inmenso árbol que ha estado ahí por más de un siglo es su fuente de subsistencia. No es broma, en realidad son innumerables las voces que lo aseguran: una soga atada al árbol y al cuerpo es su “blindaje” ante los embates naturales.

“Se trepan al árbol y se amarran entre sí; de verdad, y son todos, ¿eh? Niños, ancianos, señoras embarazadas. Todos, nos preguntaban: ‘¿Y usted me asegura que cuando llegue del albergue ahí van a estar mis vaquitas y mis cosas en casa?’ Cuando decíamos que no, ese era su pretexto para salir de ahí”.

Hoy, miles de hectáreas de plátano están dañadas a causa del meteoro que, con su categoría 2 en la escala Saffir-Simpson, destrozó la costa Sur de Jalisco. Su fuente de subsistencia se fue, recuperarla demorará “al menos un año”, según el presidente de Cihuatlán, Roberto Gallardo.

Todos vivieron la jornada entera expuestos a la fuerza del meteoro, y el acceso a dicha localidad a dos días de que “Jova” tocó tierra aún está impedido, al menos por la vía terrestre.

El precedente es que siempre lo han sabido llevar de esta manera; el “árbol de su vida” les mantiene seguros, aunque este fenómeno en específico sea el más grave desde 1959, según la gente longeva de Cihuatlán, y aunque exista el precedente de desaparecidos que han demandado asistencia de emergencia de los cuerpos de rescate en previos sucesos de menor intensidad.

Tal es la razón por la cual el saldo en la zona hasta el momento no se ha confirmado.

EL INFORMADOR / ISAACK DE LOZA

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