Jalisco
El Parque Solidaridad, entre abandono y contaminación
Usuarios coinciden en que es necesario más personal para mantener limpio este espacio, además de mayor vigilancia por las noches
Tonalá), y construido sobre el lecho de la Presa Osorio, el Parque Solidaridad hoy muestra los estragos de la desatención y el paso del tiempo. Sus vialidades (de acceso y desplazamiento al interior) distan de ser las óptimas, y muchos de los usuarios señalan que, o bien conocen a alguien, o han padecido alguna torcedura o caída por la terracería en las vías para trotar o correr.
Pese a ello, las lluvias le han sentado bien; el panorama verde impera por sobre las cientos de botellas vacías que yacen entre el pasto, aunque éstas no dejan de ser la constante y llamar la atención. Los botes de basura existen, y en gran cantidad, pero paradójicamente los usuarios de este espacio eligen el suelo para botar sus desechos. Las flotillas de limpieza hacen lo propio para evitar que esto crezca a todo el parque; sin embargo, el personal se ve ampliamente rebasado por individuos que igual eligen el arroyo, las áreas de juegos, o bien, la zona arbolada más recóndita para lanzar sus desperdicios.
El temporal de lluvias, señalan vecinos, no ha permeado las condiciones del lugar, por el contrario, le ha ayudado sobremanera. Celebran que luzca verde y que el arroyo que lo atraviesa “sólo haya rebasado su cauce en dos ocasiones” durante el temporal, cuando en años previos esto era más constante. Las instalaciones cuentan con anuncios para prevenir sobre la eventualidad, pero pese a ello, los residentes del área señalan tener conocimiento de varios muertos, quienes “quedaron atrapados en los puentes” años atrás.
José Luis Camarena, vecino del lugar, expuso que otra problemática de peso es la inseguridad, pues si bien durante el día el lugar es frecuentado por deportistas y familias completas, la falta de alumbrado vuelve inseguro al barrio cuando el Sol se oculta. Detalla, sin “buscar problemas” al hablar ante una grabadora, que constantemente oye de “cholos” que roban a quien camina por el parque en las noches.
La contaminación también es constante; este medio corroboró que una zona del parque es usada como tiradero de llantas, y que la basura (incluso desechos orgánicos) arrojada al riachuelo le ha dado un color turbio que, aunque no molesta al sentido del olfato, sí guarda un considerable nivel de contaminación, toda vez que ya hay presencia de espuma en las zonas donde el agua toma una mayor fuerza al desplazarse.
Pese a todo esto, las familias continúan asistiendo. Los tres pesos que se cobra por acceso personal (10 más, si hace uso del estacionamiento) facilitan que una vasta cantidad de personas lo visite; en su mayoría se dijeron satisfechas con las condiciones del sitio, pues el pasto está recortado y “en lo general luce muy bonito”.
Al interrogar a un usuario detectado en flagrancia al arrojar su basura al lado de un bote, éste titubeó y expuso que “no le había atinado”. Después, encendió su aparato de audio, siguió su carrera y no miró atrás.
La problemática, concordaron al menos 20 entrevistados, se vería resuelta si hubiera más personal trabajando en el parque y vigilándolo, pues el grafiti también se ha vuelto su “dolor de cabeza”; sin embargo, a ninguno de ellos le pasó por la mente hacer limpieza de ambos aspectos por iniciativa propia.
Para saber
El Parque Solidaridad se extiende a lo largo de 19.5 hectáreas que, de acuerdo con el portal del sitio (parquesolidaridad.jalisco.gob.mx), son consideradas “zona de alta densidad forestal”.
Al igual que el Parque Montenegro, corre a cargo del Gobierno del Estado.
La cifra
“Está chido, pero la verdad un poco cochino; la gente debería ver más por el lugar y quitar la basura”.
Ernesto López Hernández, 15 años.
“Pues yo traigo a mis hijos y nos la pasamos a gusto; ellos juegan y la verdad que está bien verde”.
Josefina Montelongo Gutiérrez, 41 años.
“En las noches sí se oye mucho eso de la robadera; yo sí pediría más seguridad a los policías”.
Joaquín Valtierra Montes, 36 años.
“Mi mamá sí tiró basura en el suelo, pero ya la recogí y la regañé”.
Emilio Gutiérrez, 6 años.
GUADALAJARA, JALISCO (14/AGO/2011).- Enclavado en el corazón de la colonia Benito Juárez, en Guadalajara (colindante a su vez con el municipio de
Pese a ello, las lluvias le han sentado bien; el panorama verde impera por sobre las cientos de botellas vacías que yacen entre el pasto, aunque éstas no dejan de ser la constante y llamar la atención. Los botes de basura existen, y en gran cantidad, pero paradójicamente los usuarios de este espacio eligen el suelo para botar sus desechos. Las flotillas de limpieza hacen lo propio para evitar que esto crezca a todo el parque; sin embargo, el personal se ve ampliamente rebasado por individuos que igual eligen el arroyo, las áreas de juegos, o bien, la zona arbolada más recóndita para lanzar sus desperdicios.
El temporal de lluvias, señalan vecinos, no ha permeado las condiciones del lugar, por el contrario, le ha ayudado sobremanera. Celebran que luzca verde y que el arroyo que lo atraviesa “sólo haya rebasado su cauce en dos ocasiones” durante el temporal, cuando en años previos esto era más constante. Las instalaciones cuentan con anuncios para prevenir sobre la eventualidad, pero pese a ello, los residentes del área señalan tener conocimiento de varios muertos, quienes “quedaron atrapados en los puentes” años atrás.
José Luis Camarena, vecino del lugar, expuso que otra problemática de peso es la inseguridad, pues si bien durante el día el lugar es frecuentado por deportistas y familias completas, la falta de alumbrado vuelve inseguro al barrio cuando el Sol se oculta. Detalla, sin “buscar problemas” al hablar ante una grabadora, que constantemente oye de “cholos” que roban a quien camina por el parque en las noches.
La contaminación también es constante; este medio corroboró que una zona del parque es usada como tiradero de llantas, y que la basura (incluso desechos orgánicos) arrojada al riachuelo le ha dado un color turbio que, aunque no molesta al sentido del olfato, sí guarda un considerable nivel de contaminación, toda vez que ya hay presencia de espuma en las zonas donde el agua toma una mayor fuerza al desplazarse.
Pese a todo esto, las familias continúan asistiendo. Los tres pesos que se cobra por acceso personal (10 más, si hace uso del estacionamiento) facilitan que una vasta cantidad de personas lo visite; en su mayoría se dijeron satisfechas con las condiciones del sitio, pues el pasto está recortado y “en lo general luce muy bonito”.
Al interrogar a un usuario detectado en flagrancia al arrojar su basura al lado de un bote, éste titubeó y expuso que “no le había atinado”. Después, encendió su aparato de audio, siguió su carrera y no miró atrás.
La problemática, concordaron al menos 20 entrevistados, se vería resuelta si hubiera más personal trabajando en el parque y vigilándolo, pues el grafiti también se ha vuelto su “dolor de cabeza”; sin embargo, a ninguno de ellos le pasó por la mente hacer limpieza de ambos aspectos por iniciativa propia.
Para saber
El Parque Solidaridad se extiende a lo largo de 19.5 hectáreas que, de acuerdo con el portal del sitio (parquesolidaridad.jalisco.gob.mx), son consideradas “zona de alta densidad forestal”.
Al igual que el Parque Montenegro, corre a cargo del Gobierno del Estado.
La cifra
“Está chido, pero la verdad un poco cochino; la gente debería ver más por el lugar y quitar la basura”.
Ernesto López Hernández, 15 años.
“Pues yo traigo a mis hijos y nos la pasamos a gusto; ellos juegan y la verdad que está bien verde”.
Josefina Montelongo Gutiérrez, 41 años.
“En las noches sí se oye mucho eso de la robadera; yo sí pediría más seguridad a los policías”.
Joaquín Valtierra Montes, 36 años.
“Mi mamá sí tiró basura en el suelo, pero ya la recogí y la regañé”.
Emilio Gutiérrez, 6 años.
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