Jalisco
Edificada sobre rellenos, 18% de la ciudad
San Pedro Tlaquepaque es el municipio de la ZMG con la superficie más afectada
GUADALAJARA, JALISCO (29/SEP/2012).- La urbanización y construcción de vivienda durante la segunda mitad del siglo XX en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) ha ido en detrimento del paisaje y la topografía natural de la Perla Tapatía. Al menos 18% de la ciudad, casi una quinta parte, está asentada en zonas modificadas para dar paso a las colonias, según un estudio que ventila el Instituto de Información Territorial del Estado de Jalisco (IITEJ).
El documento detalla que los municipios cuya superficie ha resultado más afectada son, en ese orden, San Pedro Tlaquepaque, Zapopan y Guadalajara. La modificación ambiental es grave y, de acuerdo con esa dependencia, también irreversible, ya que esas zonas fueron alteradas y rellenadas con cualquier tipo de material, como basura y escombro. Esto, además, las hace vulnerables a accidentes como desplazamientos y hundimientos.
En Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque, Tonalá y El Salto existe una superficie exacta de seis mil 126 hectáreas de antiguas barrancas, cauces naturales, depresiones, humedales y laderas, que han sido modificados por arroyos cubiertos, problemas de desagüe, arroyos urbanizados, obturación de salida natural, urbanización de partes altas de subcuencas, problemas en la infraestructura pluvial y barrancas rellenadas, entre otros.
Del total de hectáreas afectadas, dos mil 034 están en Tlaquepaque; después está Zapopan, con mil 914; Guadalajara, con mil 584; Tonalá, con 518, y cierra El Salto, con 73.
Entre las zonas más afectadas por relleno con materiales diversos están Colomos, Mezquitán, Belén, Barranca Ancha, Barranca de Huentitán y los lechos de los ríos Atemajac, San Juan de Dios, El Arenal, El Álamo y El Chicalote.
La Secretaría del Medio Ambiente para el Desarrollo Sustentable (Semades) aprobó una norma en 2003 para atender estas eventualidades; a escala federal, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) ha hecho lo propio para disminuir lo daños.
El documento detalla que los municipios cuya superficie ha resultado más afectada son, en ese orden, San Pedro Tlaquepaque, Zapopan y Guadalajara. La modificación ambiental es grave y, de acuerdo con esa dependencia, también irreversible, ya que esas zonas fueron alteradas y rellenadas con cualquier tipo de material, como basura y escombro. Esto, además, las hace vulnerables a accidentes como desplazamientos y hundimientos.
En Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque, Tonalá y El Salto existe una superficie exacta de seis mil 126 hectáreas de antiguas barrancas, cauces naturales, depresiones, humedales y laderas, que han sido modificados por arroyos cubiertos, problemas de desagüe, arroyos urbanizados, obturación de salida natural, urbanización de partes altas de subcuencas, problemas en la infraestructura pluvial y barrancas rellenadas, entre otros.
Del total de hectáreas afectadas, dos mil 034 están en Tlaquepaque; después está Zapopan, con mil 914; Guadalajara, con mil 584; Tonalá, con 518, y cierra El Salto, con 73.
Entre las zonas más afectadas por relleno con materiales diversos están Colomos, Mezquitán, Belén, Barranca Ancha, Barranca de Huentitán y los lechos de los ríos Atemajac, San Juan de Dios, El Arenal, El Álamo y El Chicalote.
La Secretaría del Medio Ambiente para el Desarrollo Sustentable (Semades) aprobó una norma en 2003 para atender estas eventualidades; a escala federal, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) ha hecho lo propio para disminuir lo daños.
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