Jalisco
Difieren sobre afectación a sitio arqueológico
El director del proyecto niega haber causado daño alguno, mientras que el INAH y la Prodeur dicen lo contrario
La organización Participación Ciudadana de Vecinos de Jocotepec envío ayer un comunicado en el que informan que el Centro INAH Jalisco denunciará penalmente al desarrollador, por la afectación al patrimonio cultural.
En el Centro INAH Jalisco no pudieron confirmar el dato, ya que no estaba personal que supiera del caso, pero el titular de la Prodeur, Aarón Vázquez Huerta, dice que no le extraña la denuncia, pues el fraccionamiento siguió construyendo, a pesar de que el INAH había pedido suspensión de obras y “no garantizaron la protección del sitio”.
Hubo destrucción: INAH
En una entrevista realizada en agosto, Marisol Montejano dijo que a finales de junio recibió una denuncia por destrucción de vestigios. “Hicimos la primera visita de inspección y corroboramos la existencia de edificación de carácter arqueológico y se levantaron fragmentos de cerámica y de lítica (obsidiana)”, explicó Marisol Montejano, del Centro INAH Jalisco.
La zona, ubicada en la Ribera de Chapala, fue acordonada con cintas amarillas. El 22 de junio, la arqueóloga realizó la segunda inspección y corroboró el daño a una plataforma. La conclusión: que al interior del fraccionamiento había una edificación prehispánica, con material cerámico de los periodos Epiclásico (650 al 900 de nuestra era) y Postclásico (900 al 1500 de nuestra era), por lo que pudo estar ocupada en ambos períodos.
“Es una gran plataforma de dos metros de altura, con probables dimensiones de entre 30 y 40 metros por los lados; no hemos podido definirlo, porque no hemos realizado las excavaciones, es probable que sea de mayor tamaño”.
La arqueóloga explicó que la construcción son muros de piedra ademados con arcilla, “con excelente factura, están bien hechos, la piedra está careada, trabajada de tal forma que se acomoda al exterior con cara plana; no es piedra acomodada nada más como se hacen los lienzos, es piedra trabajada para acomodarla y formar muros”.
Marisol Montejano reiteró que la afectación por maquinaria pesada fue documentada. “Lo que procede, de acuerdo al reglamento (de Monumentos Históricos y Zonas Arqueológicas), es realizar un rescate y estamos en trámite con la constructora, que ya fue notificada. Ellos tienen que asumir los gastos”.
La afectación se realizó durante la tercera o cuarta etapa de construcción, de la carretera hacia el cerro. “Lo que argumentaron es que no sabían que era una zona arqueológica y querían nivelar el lugar para construir las casas y aprovechar los materiales de esta elevación como banco de materiales. Entonces, meten la máquina, comienzan a rebajar este montículo y no se dan cuenta que comienzan a destruir muros y están tan bien definidos que se detuvieron, esta destrucción de muros trajo gran cantidad de materiales arqueológicos”.
El Centro INAH Jalisco detectó que hay otros muros arqueológicos que no han podido definir su naturaleza. “Lo que pudimos advertir es que es asentamiento, si no es monumental, es de considerables dimensiones, que es menester investigarlo”.
—¿Donde ya se construyó podría haber algo?
— Es imposible saberlo.
—¿El área donde pretenden construir se tendrá que modificar?
— Hubo afectación y lo primero que se hace es el rescate, y con éste vendrán las consideraciones pertinentes. Por ahora no pueden construir, ya se les notificó. De entrada la destrucción es delito, pero lo hacen después de estar notificados, incurren en un delito mayor.
—¿Cuál es la importancia de este asentamiento?
— La importancia es que en la región de la Ribera de Chapala no se han realizado investigaciones hace 50 años. Lo que hay aquí es falta de investigación.
Además, hay elementos del periodo Postclásico, lo cual se acerca al periodo del contacto español, y este periodo Postclásico no ha sido estudiado en Jalisco.
—¿Qué se sabe de la ocupación en la Ribera?
— Lo que sabemos por investigaciones de los años 50, es que hay materiales de tumba de tiro, Epiclásico, contemporáneo y Postclásico. Entonces la ocupación en el lago fue ininterrumpida desde el Formativo Tardío hasta el Postclásico. Con lo que encontramos, corroboramos este último periodo.
—¿Cómo determinas que es Postclásico?
— Por las formas, la decoración, el tratamiento, algún elemento decorativo, son típicos de una época.
El arqueólogo Rodrigo Esparza, quien realizó un estudio en la Isla de Mezcala, ha mencionado que no hay una investigación “madura en la Ribera”, a excepción de los Guachimontones, que Phil Weigand encontró hace décadas.
Es un lugar riquísimo en vestigios. Los hay en todo alrededor del lago. Y la evidencia de vestigios de la cultura Teuchitlán es posible por el comercio de productos que no se tenían en la laguna, como la obsidiana, que existe en la Región Valles, y la intercambiaban por productos salientes del lago. Posteriormente, en esta relación empieza una cuestión más ideológica, más religiosa.
Esta zona es clave para la historia de Mesoamérica por las rutas de comercio que había a través de los ríos. Y precisamente Chapala era una especie de lugar de encuentro de diferentes regiones. Por ejemplo, de la cuenca del río Lerma, de toda esa parte del Bajío, venían a desembocar en Chapala; hacia el sur, hacia Colima; la entrada era por la cuenca de Sayula. La gente que bajaba de los Altos o de la Zona Norte, cercana al volcán, seguía el río Santiago hasta Chapala. Por eso hay comunión de distintas culturas ahí. Por eso es importante no sólo fijarse en lo histórico, sino también tener un mejor estudio en toda esta zona.
–¿Por qué acuden a Chapala tantas culturas?
–Lo que les llamaba la atención era el agua. En todas las culturas prehispánicas era sumamente importante, no sólo para la supervivencia, sino también para sus rituales. En otras lagunas siempre hubo asentamientos importantes y obviamente Chapala no es excepción.
Textos: Alejandra Guillén
Para saber
El director del proyecto Senderos del Lago señala vía telefónica que la semana pasada se reunió con autoridades del Centro INAH Jalisco y están en trámite para la firma de un convenio, en el cual se comprometen a rescatar el monumento y a dejar un área verde.
Dice que las declaraciones de que hubo daño son “un error”. Es decir, no hubo afectación en ningún momento.
“Son mentiras, nosotros hemos hecho lo que nos ha dicho el INAH. No hemos movido una sola piedra que mencionan es un monumento”.
Síguenos en