Jalisco

Desayunar café y cigarros 'perforó' su estómago

El estilo de vida acelerado y la mala alimentación han aumentado la presencia de enfermedades como colitis o gastritis entre la población. Daniel Bojórquez es el ejemplo

GUADALAJARA, JALISCO (16/SEP/2016).- Hay dos cosas seguras con las que Daniel Bojórquez lidiará durante su jornada laboral: muchísimas llamadas y estrés. Su trabajo le obliga a estar permanentemente al tanto de su teléfono, y su forma de ser a no desatender la fuente de ingresos que tiene.

Al despertarse, regularmente preparaba un café cargado y lo llevaba al estómago. Acompañaba ese “despertador” con un cigarro. Ése era el primer alimento que llevaba al cuerpo.

Llevó esa rutina durante años. “A veces me dolía la panza y me tomaba antiácidos. Todo lo que me pasaba yo me lo aplacaba con lo que fuera… con lo que tuviera a la mano. Si andaba decaído: una aspirina o un sedal”.

A la distancia, su ritual matutino le cobró factura. Daniel despertó un domingo con náuseas intensas y con dolor de cabeza. Minutos después la temperatura de su cuerpo se elevó y pensó que una noche de sueño lo haría recuperarse. Error.

A la mañana siguiente estaba peor. Decidió ir al médico, anticipando un caso de dengue. Faltó a su trabajo y el lunes por la mañana habló con su jefe para avisarle que no podría laborar. Después de cinco horas de espera en la Clínica 51 del IMSS, los doctores le confirmaron un cuadro agudo de gastritis y realizaron una endoscopía.

Su estómago tenía una perforación. “Vieron una herida en el estómago; un hoyo o algo así. Le hicieron una biopsia para analizarlo”.

Ya pasaron cuatro semanas desde entonces, aún no recibe sus resultados, pero en tanto eso sucede ha modificado por completo sus hábitos.

Recibió un fuerte regaño por parte de los médicos cuando les confió dónde y qué comía a diario. Hoy acumula casi dos meses sin cigarro y alcohol, y come cinco veces al día dentro de sus horarios. Gracias a ello bajó seis kilos.

“El doctor me dijo: ‘El estómago trabaja con lo que le des. Si es bueno o no, con eso trabaja’”.

Daniel regresó a su empleo. Simplemente no podía continuar descansando. Volvió al estrés, pero cambió su refresco de cola y tabacos por agua natural. Recuerda las horas invertidas en la sala de espera de su clínica, y cómo eso le pareció un alivio. “Ese día me ahorré como 300 llamadas, dos regaños y varios enojos”.

LAS DIFERENCIAS

Enfermedades

La diferencia elemental entre un cuadro de gastritis y otro de colitis es el lugar en el que afecta. La gastritis se ubica específicamente en el estómago, en tanto que la colitis afecta el funcionamiento del intestino grueso.

Los síntomas son diferentes, pero los causan los mismos problemas: fundamentalmente la mala alimentación y estrés, aunque hay otras causas como el consumo de alcohol y tabaco en exceso, no hacer ejercicio y hasta dormir poco.

Aunque la colitis sólo puede controlarse, y es una condición que sufren en su mayoría las mujeres menores de 45 años, no es una condición grave.

La gastritis, por el contrario, puede agravarse al grado de convertirse en una úlcera estomacal, o en casos más graves incluso en cáncer.

Uno de cada tres padecen colitis o gastritis

El ritmo de vida acelerado, la mala alimentación, el estrés laboral y el sedentarismo son factores que han incrementado en los últimos años la cifra de casos de colitis (síndrome de intestino irritado) y gastritis. Al menos uno de cada tres mexicanos padece estos cuadros.

Son dos enfermedades distintas; sin embargo, pueden desencadenarse por las mismas causas. El gastroenterólogo Alejandro Montaño Loza explica que ambas son las principales razones por las que los pacientes acuden a la consulta de su especialidad.

La enfermedad ácido-péptica (gastritis), explica, está presente en más del 30% de los mexicanos, en tanto que el síndrome de intestino irritable ha incrementado en fechas recientes, afectando a casi 40% de las personas. “Es un número altísimo”.

La Secretaría de Salud federal reconoce las estadísticas anteriores. Las mujeres menores de 45 años son las más susceptibles a padecer este cuadro.

Sandra Monroy es una de ellas. A los 13 años de edad, su cuerpo se paralizó debido al dolor que le causó un episodio agudo después de un coraje. “No sentía el cuerpo… mi mamá pensó que era una embolia”. Hoy cree que el tratamiento que le dieron los médicos la curó. La colitis, según la Secretaría de Salud, sólo puede ser controlada.

Las agruras, el ardor, la molestia en el estómago y diarrea o el estreñimiento son los síntomas iniciales de ambos cuadros. Para detectar situaciones más graves, es suficiente verificar si se evacua sangre o heces negras. Eso significa que hay probabilidades de sufrir una úlcera.

Laura Susana Suder Castro, del Servicio de Gastroenterología del Hospital Civil “Fray Antonio Alcalde”, invita a la gente a no automedicarse. David Paz Cabrales Balderas, de Medicina Preventiva de la Secretaría de Salud en Jalisco, agrega que son pocas las personas que se atienden a tiempo. “En más del 50% de los casos, los pacientes no acuden a los servicios de salud”. Quienes solicitan ayuda médica lo hacen cuando el cuadro es más grave. Advierte que existe un incremento en los casos cuando hay alguna festividad en puerta, debido a la ingesta desproporcionada de comida con grasas, usual en celebraciones como las de septiembre.

Una rabieta que cobró factura

Un dolor agudo en el estómago la hizo arquearse hacia adelante. No podía ni respirar y el cuerpo entero se le acalambró. Sandra Monroy siempre fue una niña “corajuda”, explica. Pero aquella ocasión en la que “una tontería” la hizo rabiar terminó sudando frío. “Tenía 13 años… fue por algo sin chiste. Como que no me dejaron salir o no me dieron permiso para ir a la casa de una amiga. Empecé a sentirme muy mal y cada vez me sentía peor”.

Al ver que el cuadro no era una de sus acostumbradas rabietas, Karla, su mamá, se alertó. En el pasado ella sufrió de una embolia y, por la condición que le mostraba su hija, pensó que también podría ser un coágulo. No fue así. Tras los análisis de sangre, los médicos concluyeron que tenía colitis.

Aunque no tiene consecuencias graves, este padecimiento “puede llegar a ser altamente incapacitante y causar ausentismo laboral”. Sandra recuerda que canceló sus clases en el primer año de secundaria durante un par de semanas. Consumió sus medicamentos de forma regular durante ese periodo. “Los doctores también me dijeron que era muy aprehensiva y que tenía que controlar mis enojos y frustraciones”.

Hoy, la joven tiene 29 años. No sabe si aún tiene la enfermedad. La Secretaría de Salud responde que eso no puede ocurrir, porque la colitis sólo puede ser controlada.

Cáncer, un riesgo latente

Hace una década, 35% de los mexicanos sufría de problemas de gastritis: un problema médico asociado al estrés y a la mala alimentación. Hoy son cuatro de cada 10. “Sí hay evidencia de que ha ido incrementando”, indica Laura Susana Suder Castro, del Servicio de Gastroenterología del Hospital Civil. Explica que regularmente los pacientes de gastritis sufren complicaciones porque consideran que se trata de una enfermedad que no atrae ninguna consecuencia mayor. Eso los lleva a automedicarse y, en consecuencia, a cometer errores en el tratamiento de la enfermedad. “Y como médicos no recomendamos, en ninguna circunstancia, que se automediquen. Cualquier medicamento comprado sin receta puede aliviar los síntomas, pero oculta un problema mayor”.

Cualquier enfermedad mal tratada puede acarrear consecuencias graves. Una de éstas, en el caso de la colitis, es el cáncer de estómago. Por eso la invitación a no ingerir paliativos es rigurosa.

“La sugerencia es que sean valorados, y ellos mismos sean capaces de identificar datos de alarma para que se les envíe a un estudio mayor, como endoscopía. Si el paciente se automedica nos oculta otros síntomas y por eso llegan después… cuando el cuadro es aún más grave”.  En casos extremos, 1% de los enfermos de gastritis puede desarrollar cáncer. Es una cifra pequeña en esa proporción, pero que significa un millón 195 mil mexicanos en riesgo latente, según la cifra de 119 millones de habitantes en México contabilizada en 2015 por el Inegi. La especialista agrega que hay una bacteria (helicobacter pylori) que tiene mayor presencia en los países en vías de desarrollo, y que causa una gran cantidad de úlceras estomacales al colonizar las paredes de ese órgano. “Hasta 80% de la población puede estar infectada; nos contaminamos por los alimentos y es una causa muy frecuente”.

GUÍA

• Las enfermedades

¿Cuáles son los tipos de gastritis?

Aguda: Inflamación repentina del estómago. Requiere de un tratamiento sencillo.
Crónica: La inflamación persiste y los tratamientos sólo disminuyen el malestar.
Erosiva: Existen erosiones o daño superficial en las paredes del estómago.
Atrófica: Es cuando el daño es tan grave que la mucosa de las paredes del estómago se ha desgastado.

¿Cuáles son los tipos de colitis?

Ulcerosa: Inflamación y úlceras en el intestino grueso. Puede llegar a afectar el colon.
Tóxica: Daño grave en la pared intestinal.
Por medicamentos: El uso desproporcionado de medicinas puede causar alteraciones en el funcionamiento de los intestinos.
Hemorrágica: Causada por una bacteria que infecta al intestino grueso.
Nerviosa: Contracciones en los músculos del intestino causadas por episodios de estrés, ansiedad y nerviosismo.

¿Cuáles son los síntomas?

Colitis: Se tiene dolor abdominal, cólicos, sangre y pus en las heces, diarrea, fiebre, dolor rectal, pérdida de peso, gases intestinales abundantes, fatiga, pérdida del apetito, anemia y deshidratación.

Gastritis: Malestar estomacal, acidez, agruras, ardor en el estómago y garganta, dolor abdominal, gases o flatulencias.

DAÑOS

Las úlceras

En el Hospital Civil, uno de cada 10 casos detectados de gastritis puede convertirse en úlcera.

Tratamientos

• Para mejorar su calidad de vida y ayudar a los medicamentos que le prescriban, siga estos sencillos consejos y mejore su salud.

• Cambie sus hábitos alimenticios. Procure integrar fibras a su dieta para facilitar el trabajo que realiza el sistema digestivo.

• Beba al menos dos litros de agua a lo largo de su día. Evite el consumo de refrescos y otras bebidas con endulzantes.

• Ejercítese. Media hora al día basta para que su salud mejore sustancialmente conforme pasen las semanas.

• Reduzca su nivel de estrés. Procure darse más tiempo para actividades lúdicas y recreativas y deje los pendientes del trabajo allí.

• Priorice la consulta médica profesional y no se automedique. Controle la dosis y los horarios en los que debe consumir sus medicinas.

• Si usted padece alguno de los síntomas, evite el consumo de alimentos como galletas o dulces, queso y otros derivados de la leche, irritantes, café y chocolate.

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