Jalisco

Cuestionan que pelea afuera de Secundaria 59 sea bullying

El director del plantel considera que el caso fue más de violencia entre alumnas que abuso

ZAPOPAN, JALISCO (07/MAY/2013).- Al no llegar alguna participante en calidad de víctima, sino que fue con la complacencia de los padres y el rencor mutuo de dos alumnas, la reyerta ocurrida en una plaza cercana a la Secundaria 59, en la colonia La Tuzanía, en Zapopan, no debió divulgarse como un caso de bullying sino como violencia entre alumnas más que de un abuso, consideró el director del plantel, Raúl Catáneo Duarte.
 
"Yo creo que aquí fue un acuerdo mutuo entre las dos niñas que se pelearon, en que por la situación que tenían ellas decidieron pelearse, y claro, con la aprobación de los papás, ya que los papás estaban ahí presentes, viendo el pleito y casi azuzándolas a que terminaran de pelear. El problema fue que uno de los papás sacó una pistola para agredir a una persona que quería separarlas. Entonces yo creo que no existe aquí el bullying, no hay una víctima".
 
Lo anterior se justifica en el sentido de que, tras indagar los maestros sobre este caso, se percataron de que todo se originó por disputarse los amores de un adolescente ex novio de una y enamorado actual de la otra.
 
La noche del 30 de abril pasado, dos alumnas de la Secundaria General 59 Francisco Márquez protagonizaron una pelea callejera tras salir de clases, cerca de las 20:20 horas. Una de ellas pertenecía al primer grado de estudios; la otra, era de tercer grado. La riña había sido anunciada entre los compañeros de clases y fue bien conocida por los padres de las menores, pues el papá de una y la madre de otra se encontraban presentes alentando a sus retoños, al parecer ambos defendiendo el derecho del yerno por la posesión de sus propias hijas, pues ese era el fin de la contienda.
 
Lo que destaca de esta disputa fue que el padre de una de las rijosas, Abelardo Espíritu, impidió que un joven las separara cuando éstas se revolcaban, al amenazarlo con un arma de fuego; más destacable aún es que Espíritu pertenece a la Policía de Zapopan.
 
Catáneo precisó que las diferencias comenzaron a través de agresiones mutuas en Facebook, lo cual es un problema que requiere de la intervención de los padres.
 
 Sin embargo, insistió en que este caso se debe revisar para determinar si se trata de un abuso o si la intervención del padre y su arma de fuego fueron los factores para sensacionalizar la historia.
 
Como en todas las escuelas, hay bullying
 
El director no negó que en la secundaria se presentan de manera común casos de bullying, alrededor de uno a dos por mes, pero advirtió que este es un fenómeno actual generalizado y no sólo de su escuela. Ahí, cuando se detectan, se toman cartas en el asunto de inmediato: "La propia Secretaría de Educación tiene un área de psicopedagogía donde canalizamos algunos casos de este tipo de problemas así como otras instituciones, como una asociación que se llama Sicólogos Especializados, en donde ellos vienen a hablar aquí con los alumnos, con los padres".
 
Así, se llama a las partes en conflicto junto con sus padres para tratar de solucionar el problema de abuso escolar: "Pero muchas veces no lo alcanzamos a resolver, ya que fuera del plantel es cuando se da este tipo de problemas".
 
Y de este incidente, aseguró, no tenían antecedentes que los hubieran puesto en alerta sobre presunto bullying de una alumna hacia otra: "Inclusive las dos alumnas que se pelearon son de buenas calificaciones, nos llamó mucho la atención de que se generara este pleito fuera del plantel".
 
De acuerdo con instrucciones recibidas de parte de la Secretaría de Educación Jalisco, la dependencia sugirió a la Dirección de la Secundaria 59 que se aplique a las alumnas tratamiento psicopedagógico, donde se orientará a las estudiantes para que sigan por buen camino; sin embargo, Catáneo informó que desde el día de la pelea no han regresado a clases, por lo que desconoce si por el amor del muchachito en disputa se trunque la carrera de las jovencitas, al menos en dicha secundaria. También se mandó a llamar a los padres de las menores, quienes no acudieron.
 
No obstante, el director consideró que las dos adolescentes, como numerosos casos en la colonia La Tuzanía, son víctimas de la situación social de descomposición familiar y carencias económicas que contribuyen a que en ese lugar la violencia sea vista como una manifestación normal y común en la vida de las personas; para esto, no sólo se requiere de aplicar medidas disciplinarias, sino que el gobierno debe atender a la regeneración del tejido social de esta y otras colonias conflictivas.
 
Sacan a elemento de su patrullaje
 
Con relación a Abelardo Espíritu, las autoridades de Zapopan informaron que el elemento de la Policía Municipal ya fue separado de sus actividades de patrullaje, a la vez que fue desarmado tras enterarse de que participó en la pelea entre las alumnas al evitar que éstas fueran separadas. El caso es investigado actualmente para decidir el futuro del policía.
 
En el Reglamento Interior de la Dirección General de Seguridad Pública de Zapopan, el artículo 116 obliga a los integrantes de la corporación a "tratar con atención y respeto a toda persona física, protegiendo sus derechos humanos y la integridad de la misma"; "actuar con la decisión necesaria y sin demora en la protección de las personas"; "abstenerse de todo acto de corrupción o faltas de ética"; "evitar el uso de violencia, realizando acciones preventivas antes de emplear la fuerza y las armas", entre otras. Las sanciones por la violación alguna de las anteriores disposiciones van desde la amonestación, hasta el arresto, la suspensión y el cambio de adscripción.
 
Requisitos para que exista bullying
 
Artículo 177.- Para que exista acoso o violencia escolar se requiere que se presente alguna de las siguientes condiciones:
 
I. Se trate de una acción agresiva e intencional;
 
II. Se produzca en forma reiterada, entendiéndose la agresión dada en dos o más ocasiones por un mismo victimario aunque se trate de distintas víctimas (...)
 
III. Exista desequilibrio de poder entre el agresor y la víctima, aun siendo estudiantes ambos, a causa de condiciones físicas, psicológicas o emocionales de la víctima; y
 
IV. Provoque en la víctima daño emocional, psicológico o físico.
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